Se habla, y con fruición a veces, del voto calificado. Generalmente quienes enarbolan el argumento son quienes sacan menos votos que mi tía abuela Eduviges en el último concurso de la Cola Reef del verano (cuando la vieja consigue escapar de la pieza donde la tenemos encerrada, claro).
Fernando Solanas, el cineasta anti minero -¿cuándo se vió una película popular sin minas lindas? Un despropósito-, nos recordó recientemente a los argentinos una gran verdad: el voto de baja calidad del NOA (aquí propusimos un método para medir su calidad). Pero el análisis fue parcial: en realidad la baja calidad de voto es un mal endémico de nuestro país, como lo son el gusto por el asado de tira, la alergia, el reggeaton y Oscar Ahumada. La prueba más contundente acerca de la baja calidad de voto es que Cristina no va a sacar el 99,9% en octubre. Malísima la calidad del voto. Como si lo hubieran fabricado en China, mire.
"Los negros no deberían votar", me dice por MSN un amigo norteamericano. "Que le impugnen el voto a Obama", completa. ¿Y a su señora?, le pregunto. "Le re doy", me contesta el depravado. Yo no sería tan radical, le comento. Si fuera más radical hubiera puteado en mil idiomas la elección de González Fraga como vice de Ricardito. Pero no deja de asistirle algo de razón a mi amigo: si impidieran el voto de los rednecks ganarían siempre los demócratas y podrían bombardear cuanto país se les antojara como ciudadanos civilizados y no como vulgares cowboys. Amerita el voto calificado en norteameriyanquilandia. Miren si no:
Los biempensantes se escandalizan cuando escuchan a alguien pedir voto calificado. ¿Pero es que deberían poder votar Susana Giménez, Belén Franchese y Beatriz Sarlo? ¿Nicolás Reppeto debería poder votar después de cantar tantos años Saracatunga? ¿Un voto de Lanata debería valer lo mismo que el voto de uno de los de Cuestión de Peso? ¿Por qué porcentaje ganaría De Narváez un Bailando por un Voto?
Lo tengo que decir: mi opinión respecto al voto calificado es no positiva Es por la negativa. Soy un hombre de familia y mi corazón me dicta eso... Sí estoy a favor, por el contrario, del voto des-calificado. A nadie debería privárselo del derecho a votar. Eso sí, los fiscales y Presidentes de Mesa podrían tener algún tipo de código para señalar al votante cuyo voto va a ser descalificado. Algo así como decir, fuera de contexto, "Luis Majul". Supongansén (sic): el tipo entrega el documento y el Presidente de Mesa, al detectar este voto de bajísima calidad que se avecina, puede decir algo como lo que sigue: "Oia... qué frío que me hizo. Me hace acordar a Luis Majul". Inmediatamente los integrantes de la mesa entenderán que ese voto debe ser descalificado y podrán marcar el sobre para su recupero posterior. Estará mal visto, de todas maneras, burlarse del voto emitido luego. Etiqueta, que le dicen.
- De repente me dieron ganas de tomarme un café con Luis Majul, mirá que raro...
- ¿Por qué?
- Un café. Con-Luis-Ma-jul.
- (?)
- ¡LUISMAJUL!
- ¡Ah! Tenemos que descalificarle el vot...
- (le mete un chirlo) ¡Pero callate, pedazo de infeliz!
Para que se entienda mejor, vamos con un ejemplo: el voto de un bloguero o tuitero nacional y popular es un voto maravilloso, altamente calificado. Casi que podría decirse que no existe nadie que vote más mejor. Distinto es el caso de alguien que posea una cuenta de Facebook y no un blog o twitter. Inadmisible. Tristísimo. Ciudadanos de segunda. Voto calificado ya. Ah, no, cierto: voto descalificado.
¿Sentendió? Veamos otros causales de voto descalificado:
• postear imágenes WTF? en Taringa.
• bloguear en la radicalósfera.
• haber mirado La Ola Está de Fiesta por las canciones y no por Flavia Palmiero.
• ser Macri.
• haber sido el consentido de la maestra en la primaria.
• seguir a los de Gran Hermano en Twitter.
• haber estado del lado de Dj Deró en su enfrentamiento con Pappo.
• no saber quién es Pappo.
• saber quién es Dj Deró.
• ser parecido a Horacio Rodríguez Larreta.
• comenzar alguna frase con la expresión "Porque en los países serios...".
• haberse sacado alguna vez una foto con Gerardo Sofovich.
• haber coincidido alguna vez con Gerardo Morales.
• tener el mismo IQ que Karina Jelinek.
Agravantes del voto descalificado:
• usar un peinado parecido al de Ricardo Fort.
• ser Ricardo Fort.
• usar los trajes de Raúl Alfonsín.
• no saber jugar al fulbo ni preparar un asado como Dió' manda.
• haber votado por Leopoldo Moreau en 2003.
• alguna vez haber dicho "esto se soluciona con 500 ladrillos en Plaza de Mayo".
• prender y apagar la luz porque Lapegüe te lo dice.
• usar anteojos similares a los de Sergio Lapegüe.
• ser Sergio Lapegüe.
• llamar a la Pitonisa "la Dra. Carrió".
• decir "porfa".
• admirar a Marcelo Bonelli.
• haber pensado que Patricia Bullrich podría ser alguna vez candidata a Presidenta.
• haber fantaseado un trío con Susana Giménez y Graciela Alfano. Ahora.
• pasarle la aspiradora al interior del auto.
• leer Los Huevos y las Ideas.
Si no tomamos -y en carácter de urgente- medidas como el voto descalificado, no faltará mucho para que sea el negrerío el que ponga y saque Presidentes y no Su Excelencia Don Héctor Magnetto. Quedan advertidas las fuerzas vivas de la Nación. Y de LA NACION también, por supuesto.
Posteado por Ricardo (blog loshuevosylasideas)
No hay comentarios:
Publicar un comentario