lunes, 30 de octubre de 2017

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DE LA NACIÓN MAURICIO MACRI BLANCO VILLEGAS



Buenos Aires, 30 de octubre de 2017

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DE LA NACIÓN MAURICIO MACRI BLANCO VILLEGAS
            Señor funcionario público:
            Muy probablemente usted a mí no me conozca. Yo supe de usted hace muchos años, pero confirmé quién era usted, en realidad, apenas asumió cuando, a tono con su condición e historia y con sus costumbres de patrón de estancia, no le tembló el pulso en perseguir y despedir trabajadores estatales con un único objetivo: usar los recursos del Estado –o sea el dinero de todos- para su propio beneficio.
            Me llamo María Teresa García; hasta el 10 de diciembre soy Diputada de la Nación y secretaria Parlamentaria del bloque del Frente para la Victoria. Actualmente soy Presidenta de la Comisión Administrativa de la Biblioteca del Congreso Nacional.
            Puede que si tiene intención de darse una vuelta por la Biblioteca y ver la inmensa labor que hacemos no me ubique si me llama por ese cargo. Pregunte por la “guardiana del quórum”, como me bautizó un periodista, o por “La Tere” o “la negra García”, como me llaman mis amigos, amigas y compañeros y compañeras. Ah, y soy peronista, para más datos.
            No me sorprendió lo suyo de hoy. Usted y su familia le deben dinero al Estado argentino desde el fondo de los tiempos, desde los tiempos oscuros, cuando en sociedad con la más cruenta dictadura nos obligó a todos –incluida mi nieta que aún no había nacido y que hoy tiene apenas un año- a pagar las deudas de sus empresas y de su familia.
            Usted pasó de poseer 7 empresas en 1973 a 47 al fin de la dictadura, las más conocidas: SEVEL, SIDECO Americana, SOCMA y MANLIBA. Sus jugadas empresariales, a los argentinos, nos terminan costando caras: la deuda de FIAT de 170 millones de pesos terminó transformándose en bonos del Estado que le permitieron a ustedes, los Macri Blanco Villegas, pagar su deuda a un valor que equivalió a 10% de la original. Y como si con esto no hubiera alcanzado, ustedes, los Macri Blanco Villegas acumularon endeudamientos por cerca de 180 millones de dólares, que fueron transferidos a la sociedad a través de los seguros de cambio.
            Su deuda, como parte de la deuda de todos los argentinos, fue la que nos llevó a la más tremenda crisis que la Argentina recuerde y fueron nuestros gobiernos, los del período 2003-2015, los que le permitieron recibir un país desendeudado; un país liviano de herencia.
            Así que, en principio, Sr Presidente funcionario público Mauricio Macri Blanco Villegas, usted a mí y a mi nieta nos debe dinero.
            No contento con endeudarnos, Ud asume como presidente de la Nación y apenas lo hace hostiga, humilla y despide a miles de trabajadores. Los desinformados pueden creerse el versito de la eficiencia de los CEOS. Yo no, ¿y sabe Ud, Sr Presidente funcionario público Mauricio Macri Blanco Villegas, por qué no? Porque leo mucho y entre tantas cosas que leo, leo el diario La Nación. Y a menos que usted me diga que La Nación miente, su gobierno aumentó la planta de empleados del Estado Nacional. Usted incrementó en un 25% promedio la estructura de la administración pública.
            Es decir, despidió trabajadores para poner empleados lo más amarillos posibles. Así que el cuentito de la austeridad, a otro; no a mí.
            Hoy usted volvió a hacer lo que sabe: comportarse como un amenazador patrón de estancia y humilló a trabajadores. Yo no voy a entrar a discutirle números. ¿Sabe por qué? Porque ya le descubrimos el juego. Usted hace la de los teros: chilla en un rincón para hacer lo que realmente le importa en otro sitio. Usted nos quiere poner a debatir una cantidad de trabajadores del Estado cuando acaba de estafar a millones de jubilados. Y yo no voy a entrar en su juego coacheado,  premeditado y distractivo. Si tiene algo que averiguar, pida los datos; los tengo bien a mano. Y si le sirve, le comento al pasar que bajo mi administración la Biblioteca no sólo no subió en cantidad de empleados, sino que bajó. Cualquier consulta de nombramientos anteriores, vaya por el lado de sus socios que eran quienes la administraban.
            Sr Presidente funcionario público Mauricio Macri:
-      Usted es el creador del cargo "Directora de Despacho y Mesa de Entradas de la Dirección General de Administración de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales" que ocupa la millonaria hermana de la reina de Holanda, Inés Zorreguieta.
-      Usted es el creador de la "Dirección Nacional de Movilidad en Bicicleta", que ocupa una amiga de su ministro Dietrich.
-      Usted es el creador de los absurdos cargos: "Director Nacional de Políticas y Desarrollo de Internet", "Coordinadora de la Coordinación de Desarrollo y Plataformas Tecnológicas de la Dirección de Datos Públicos de la Dirección Nacional de Datos e Información Pública de la Subsecretaría de Innovación Pública y Gobierno Abierto de la Secretaría de Gestión e Innovación Pública del Ministerio de Modernización", "Coordinadora de la Coordinación de Fortalecimiento de la Cultura Organizacional de la Dirección de Fortalecimiento de las Capacidades Institucionales de la Oficina Nacional de Innovación de Gestión de la Subsecretaría de Planificación de Empleo Público de la Secretaría de Empleo Público del Ministerio de Modernización", "Coordinadora de la Coordinación de Estadística, Calidad y Minería de Datos de la Dirección de Gestión de la Información de la Dirección Nacional de Gestión y Soporte de la Secretaría de Modernización Administrativa del Ministerio de Modernización", "Coordinador de la Coordinación de Aplicación de Políticas Transversales de Recursos Humanos de la Dirección Nacional de Coordinación Interministerial de Recursos Humanos de la Subsecretaría de Relaciones Laborales y Fortalecimiento del Servicio Civil", "Coordinador de la Coordinación de Asuntos Contenciosos de la Dirección General de Asuntos Jurídicos de la Subsecretaría de Coordinación", “Coordinador de Asuntos Regulatorios de la Dirección de Dictámenes y Asesoramiento Legal de la Dirección General de Asuntos Jurídicos de la Subsecretaría de Coordinación", "Director Nacional de Comunidad y Capital Humano dentro de la Subsecretaría de Emprendedores de la Secretaría de Emprendedores y de la Pequeña y Mediana Empresa", "Director Nacional de Foros Sectoriales en la Subsecretaría de Articulación Federal y Sectorial de la Secretaría de la Transformación Productiva", "Director de la Dirección de Coordinación de la Red de Recursos Humanos dependiente de la Dirección Nacional de Coordinación Interministerial de Recursos Humanos de la Subsecretaría de Relaciones Laborales y Fortalecimiento del Servicio Civil" y “Gerente Operativo de la Gerencia Operativa de Planificación Urbana de la Dirección General de Planificación de Seguridad de Recursos No Policiales de la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana del Ministerio de Justicia".
            Y esos cargos, no sólo no bajan de los 120 mil pesos mensuales de salario, sino que no han llegado ahí por concursos quienes los ocupan: han sido elegidos entre el ejército de tuiteros que nosotros –todos los argentinos- mantenemos y, sobre todo, soportamos en las redes sociales.
            Así que, Señor Presidente funcionario público Mauricio Macri Blanco Villegas, le solicito que deje de humillar a trabajadores que sostienen y sostuvieron nuestro país cuando Usted estaba de vacaciones o haciendo trámites en Panamá; devuélvanos la deuda de su empresa que pagamos todos los argentinos; compórtese como un caballero y no como un patrón; vea de qué modo atajará a los jubilados cuyo fatal destino hoy Ud anunció y trabaje un poco más.
            Lo saludo a Usted con todo el respeto que merece su investidura y no le digo que “quedo a su disposición” porque los militantes políticos sólo estamos a disposición de nuestro pueblo.

María Teresa García
Diputada de la Nación
Peronista
DNI 12285771


domingo, 15 de octubre de 2017

La supuesta peronización de Macrì, a una semana de las elecciones


Apotegmas
Si para el peronismo primero estaba la Patria, después el movimiento y por último los hombres, para la nueva derecha en el gobierno la prelación comienzan con la familia, sigue con los amigos y termina con los socios. A una semana de las elecciones, un gobierno exultante confía en la justicia procíclica que protege a los poderosos y hostiga a sus adversarios, mientras el FMI calcula una inflación similar a la que se anticipó en esta columna y diez puntos superior a la anunciada por el gobierno.




Un tópico recurrente del análisis político es la supuesta peronización de la Alianza Cambiemos, que algunos mencionan con ilusión y otros con temor. Luego de deglutir al radicalismo, que Ernesto Sanz y Gerardo Morales convirtieron sin pudor en el ala derecha de la coalición oficial, el presidente  Maurizio Macrì avanza sobre el justicialismo, en varios frentes simultáneos: 
  • la incorporación individual de dirigentes, por el sendero que Emilio Monzó, Diego Santilli y Cristian Ritondo inauguraron sin conflictos culturales; 
  • el reformateo de la estructura partidaria remanente, con la insinuada liga de gobernadores, su delegado en el Congreso, Micky Pichetto, y la posible adición de Sergio Massa a la amalgama, y 
  • la adopción de algunas medidas caracterizadas como populistas (sin mayor rigor ya que se pusieron en marcha para incrementar el consumo en vísperas de los comicios y no contradicen el anunciado ajuste postelectoral): ley de emergencia social, atraso cambiario sostenido por un gigantesco endeudamiento externo y un empapelamiento de letras en pesos, créditos para beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, descuentos del 50 por ciento en supermercados bonaerenses. 
Las políticas de Macrì han sido comparadas con las de Justo en la década de 1930, con las del golpe de 1955, la dictadura de 1976 y el menemismo. Esta semejanza obvia, que la semana pasada ratificó con estridencia el ex ministro Domingo Cavallo, es una eficaz manera para dejar de lado su especificidad: un partido nuevo, creado hace apenas 10 años, que llega al gobierno por elecciones libres, en competencia con las dos fuerzas históricas que tienen un siglo y cuarto y tres cuartos de siglo de existencia. Como ellas, es un partido atrapa todo, un arca política de Noé donde cabe también toda la Coalición Cívica Libertadora. 
Nenas de mamá
Su candidata en la Ciudad de Buenos Aires, Elisa Carrió, quien obtuvo la mitad de los votos en las PASO, prosigue su campaña sin inmutarse. Aunque despotrique contra Jaime Duran Barba, no desdeña sus consejos. Su cálculo de probabilidades sobre la hipotética presencia de Santiago Maldonado en Chile y la exclusión de la Gendarmería de cualquier sospecha por su desaparición, avala el discurso negacionista de Patricia Bullrich en el ministerio de Seguridad. Durante el debate entre los candidatos porteños, Daniel Filmus exhibió a la vista de Carrió un cartel con la frase con que ella fulminó a Macrì en 2003, cuando fracasó en su primer intento por alcanzar la jefatura de gobierno: “Yo no sabía cómo iba a explicarles a mis hijos que empresarios ligados al robo del país pudieran ganar”. Sólo respondió que había rezado mucho y creía en la redención. En las redes antisociales circuló una foto de Carrió con Graciela Ocaña y Alfredo Bravo, cuando entraban a Comodoro Py en 2001 para denunciar a Federico Sturzenegger por el megacanje. Pese a seguir procesado en 2015, Macrì lo designó al frente del Banco Central, y en julio del año pasado una justicia procíclica lo sobreseyó, para que siguiera contrayendo deudas insensatas que otros pagarán. Más preocupante para Sturzenegger es el informe del FMI sobre Perspectivas de la Economía Mundial, donde sostuvo que en la Argentina y Turquía “la tasa de inflación aún se ubica muy por encima de las metas del Banco Central” y estimó que en 2017 será del 26,9 por ciento. El 9 de julio esta columna estimó que no bajaría del 26 por ciento (“La única realidad es la posverdad”). Esto son diez puntos más que el tope de la meta fijada por Sturzenegger. Algo similar prevé el FMI para 2018: 16,7  por ciento, mientras el Banco Central insiste en un ilusorio 10 por ciento.
Carrió y Bullrich llegan a la coalición Cambiemos por líneas paralelas. Ambas fueron jóvenes rebeldes de familias de buena posición, en escala nacional una, en el pago chico chaqueño la otra. Bullrich extremó su contestación familiar sumándose a la guerrilla montonera, Carrió expresó ese proceso en sus ideas y en su aspecto descangayado. A cierta edad, ambas volvieron atrás y hoy se acomodan a su clase y a las aspiraciones de su mamá.
Con la hipocresía de la peor versión radical y la inescrupulosidad del peronismo burocrático, la mayor originalidad de Cambiemos es que por primera vez los intereses del capital financiero internacional y del sector energético conducen el proceso político y el modelo de acumulación, a través de sus propios gerentes, que ahora se llaman CEOs. La oligarquía de raíz agropecuaria, pero diversificada en industrias e internacionalizada, quedó marginada de la conducción. El punto de encuentro de estas fracciones de capital es la interminable batalla contra el salario, el empleo y la organización sindical, que desplegó su show amenazante en el coloquio patronal de IDEA. Además Cambiemos tiene un dominio de los artificios de comunicación y de propaganda sólo comparable con el de Perón en la década de 1940, cuando cautivó al país a través de la radio. La diferencia está en el contenido. Los discursos de Perón eran didácticos sobre problemas complejos. Macrì crea una realidad virtual forzando los datos reales, con abstracciones optimistas y falsedades a granel. Esto le ha permitido instalar la imagen de un triunfador, a una semana de las elecciones, sin siquiera prescindir de los matices. En Cambiemos también hay espacio para el jefe de gabinete bonaerense, Federico Salvai, quien insiste en que la contienda provincial sigue siendo muy reñida y no será posible conocer el desenlace hasta que se escrute la última mesa, tal como ocurrió en agosto. Según sea el resultado del domingo y el devenir posterior, esto podrá ser visto como un matiz dentro de la homogeneidad o como una contradicción que refleja cuestiones de fondo y podría acentuarse. Algo similar ocurre con la decisión de CFK de crear el nuevo sello de la Unidad Ciudadana en vez de lidiar con Florencio Randazzo en las PASO del Partido Justicialista. La ley suprema de la democracia dice que cuando hay elecciones, el deber es ganarlas. Por eso, recién el lunes 23 será posible evaluar si esa opción fue acertada. Además, el paso del tiempo cambia la perspectiva y resignifica la valoración de los hechos. Los argumentos de Cristina fueron que de otro modo, toda la campaña hubiera girado en torno de su gobierno y no del actual y que una vez electos los nuevos diputados y senadores, aquellos de la minoría encabezada por Florencio Randazzo repetirían el periplo de los Pichetto, los Urtubey y los Bossio, prontos a correr en socorro del vencedor, como plantearon en forma explícita en IDEA. El primer razonamiento es atendible, dado que la candidatura de Cumplir fue impulsada y sostenida desde el gobierno bonaerense con la exclusiva finalidad de dañar las chances del kirchnerismo. Pero de todos modos la campaña se centró en la discusión sobre Cristina y buena parte de sus apariciones en los medios se pareció a una memoria y balance de su gestión, por más que ella pusiera el eje en las consecuencias que la política en aplicación tiene y tendrá sobre la población. A ello contribuyó también el Frente Renovador, en el que la pareja estelar de Massa y Margarita Stolbizer sólo se explica por el concepto borgiano de las uniones de ocasión. En este caso su espanto no ha sido Macrì sino Cristina, lo cual refleja con bastante aproximación las relaciones sociales que respaldan a cada uno. Pero el deslizamiento de votos que se presume de 1País hacia Cambiemos, expresa el desequilibrio a favor de los CEOS en la alianza inestable entre fracciones del capital. Randazzo se superó a sí mismo la última semana al sentenciar que “Cristina es la única que no nos garantiza una victoria en 2019”, una frase reveladora de su enemistad con la sintaxis castellana, porque no puede haber querido decir lo que dijo, salvo que sea más rudimentario de lo que parece. El domingo próximo se verá qué éxito tuvo la explicación de Cristina de que esta elección no es ni el balotaje de 2015 ni las PASO de 2019. 
Familia, amigos y socios
Si el apotegma peronista pretende que primero está la Patria, después el movimiento y por último los hombres, para la nueva derecha en el gobierno la prelación comienzan con la familia, sigue con los amigos y termina con los socios, que en muchos casos se solapan. Lo que sigue es una apretada síntesis de unos pocos casos:
Odebrecht y Macrì. El primer viaje de Macrì fuera del país al asumir fue a Brasil, donde gestionó un crédito del BNDS para el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento, a cargo de la empresa familiar de los Macrì, IECSA, la italiana Ghella (en la que Franco Macrì sostiene que también hay participación de sus hijos Maurizio y Gianfranco) y Odebrecht. La primera visita internacional que recibió fue la del primer ministro italiano, a quien llevó a ver esa obra. Como los brasileños no concedieron lo solicitado, Macrì otorgó por decreto 45.000 millones de pesos al consorcio, cuando la concesión original decía que el contratista debía aportar el financiamiento. Durante las investigaciones del Lava Jato en Brasil, Odebrecht admitió haber pagado sobornos por esa obra. El 6 de agosto, en la columna “Emerge el iceberg”, se reveló aquí que el Grupo Macri es socio de Odebrecht en el fondo de inversión Blackwood Group, creado en 1998, cuando el actual jefe de Estado era vicepresidente ejecutivo del holding familiar Sociedades Macri (Socma). Blackwood es un grupo internacional que manejó diversos fondos de inversión y uno especializado en energía y comunicaciones, con inversiones en todo el mundo. Pese a la abundancia y precisión de los datos el gobierno hizo silencio, que ningún otro medio del país perturbó.
Correo Argentino. En 2003, el dirigente radical Gerardo Morales denunció a las empresas del Grupo Macrì por el vaciamiento del Correo Argentino. Según Morales, los Macrì incumplieron el contrato de concesión y el pliego de bases y condiciones, no realizaron las inversiones comprometidas y causaron daño patrimonial al Estado al no pagar el canon. Sumando todos los rubros determinaron una deuda de 610 millones de pesos/dólares y solicitaron que esos montos se reintegraran al Estado y se revocara la concesión. Pero cuando Morales llegó a la gobernación de Jujuy, pagó con su silencio la pasividad del gobierno nacional ante la persecución a Milagro Sala. La fiscal general Gabriela Boquín denunció la condonación de esa deuda. El 26 de junio de 2016, el Correo Argentino ofreció pagarla con una quita del 99,1%, que el Estado rechazó. Luego de un cuarto intermedio el Correo propuso una quita del 98,8 por ciento y el gobierno la aceptó. Se entiende mejor así porqué un banco caribeño de Odebrecht ayudó a los Macrì a manipular las mayorías en perjuicio de los acreedores en el concurso del Correo Argentino, soportando para ello fuertes pérdidas. Según el dictamen de la fiscal general Gabriela Boquín el Meinl Bank (filial de un banco austriaco en la guarida fiscal de Antigua y Barbuda) compró créditos del BID y del Banco Mundial contra el Correo Argentino por 400 millones de dólares, con la expectativa de recuperar sólo 8 millones. Según Boquín, el banco de Odebrecht “ha votado en forma contraria a su interés, por lo que su decisión equivale a la renuncia al cobro de su crédito”. El Meinl Bank también otorgó créditos a los principales accionistas del Correo, Socma, Sideco e Inversid, todas del Grupo Macrì, con garantía de acciones.
Blanqueo de capitales. La ley de blanqueo de capitales permitió una participación restringida a familiares de funcionarios. Macrì la amplió por decreto, contradiciendo su texto. Entre los principales beneficiarios están el hermano presidencial, Gianfranco Macrì; la suegra y dos cuñadas del presidente; el primo segundo del jefe de gabinete de ministros, Alejandro Jaime Braun Peña; el socio y amigo de Macrì, Nicolás Caputo; el emprendedor Marcelo Mindlin, íntimo amigo de Gianfranco, con una suma homóloga a la que trascendió que habría pagado por la constructora de la familia Macrì; Manuel Lucio Torino Ortiz, cuñado del secretario Legal y Técnico de la presidencia, Pablo Clusellas Zorraquín, entre otros. 
Los hermanos sean unidos. Una investigación del interesante blog “Nuestras Voces”, que dirige la periodista y dirigente política kirchnerista Gabriela Cerruti, reveló que Norberto Eladio Quintana, del estudio de abogados de Nueva York Holland & Knight, cobró las comisiones por los bonos de Buenos Aires, Salta, Mendoza y Chubut provinciales por más de 2200 millones de dólares. Su hermano Mario es el vicejefe de gabinete y coordina el endeudamiento de las provincias. 
Aerolíneas low cost. El gobierno autorizó el ingreso al espacio aéreo argentino de compañías de bajo costo, en perjuicio de la línea de bandera, Aerolíneas Argentinas. Una de ellas es la colombiana Avianca, que adquirió la línea aérea de la familia Macrì, MacAir, rebautizada Avian. Pese a la venta, los directivos siguen siendo los mismos. Otra de las líneas autorizadas es Flybondi, entre cuyos accionistas está el vicejefe de gabinete, Mario Quintana.
Gas para Shell. El ministro de Energía, Juan José Araguren firmó un acuerdo de importación de gas desde Chile, provisto por una subdidiaria de Shell, la empresa cuya filial argentina presidió Aranguren hasta junio de 2015 y de la que conservaba acciones. Los precios casi triplican los que se pagaban por la importación desde Bolivia. Aranguren explicó que Bolivia no podía abastecer toda la demanda argentina, pero su ministro de Hidrocarburos replicó que  Aranguren no le pidió incrementar los envíos antes de acudir al gas natural licuado (GNL) chileno.
Los dos lados del mostrador. Por no plegarse a la estrategia del Correo Argentino, el Procurador del Tesoro Carlos Balbín fue despedido y en su lugar el Poder Ejecutivo designó a Bernardo Saravia Frías, quien fue abogado de empresas del Grupo Macrì. Esto pasa por alto las restricciones de la ley de ética pública.
Autopistas del Sol. El holding familiar de los Macrì poseía las Autopistas del Sol. El gobierno autorizó una fuerte suba de los peajes y luego la familia presidencial vendió sus acciones por un precio cuatro veces mayor al que tenían el año anterior. 
La energía de Caputo. Pese a que Macrì dijo que le había pedido que no participara en licitaciones durante su gobierno, Nicolás Caputo ganó la licitación para que la empresa Central Puerto de la que es accionista construya dos centrales de generación eléctrica en Mendoza y Santa Fe. Además posee un cuarto del paquete accionario de la segunda generadora del país, Sociedad Argentina de Energía S.A. (Sadesa). En total genera el 16 por ciento de la energía del país. Sus utilidades se duplicaron en un año.
Sin remedio. El director de PAMI, Carlos Regazzoni, renunció luego de oponerse en vano al aumento de precios de los medicamentos, que impulsó el subjefe de gabinete Mario Quintana, fundador y directivo de la cadena Farmacity, que tiene un juicio multimillonario contra el Estado, en el cual lo representaba el estudio del ahora juez de la Corte Suprema Carlos Fernando Ronsenkrantz. 
Un ajuste productivo. El otro vicejefe de gabinete, Gustavo Lopetegui fue CEO de la línea área LAN, que absorbió buena parte de los vuelos al exterior de Aerolíneas Argentinas, discontinuados por el plan de ajuste que diseñó Lopetegui. Por oponerse debió dejar el cargo la presidente de Aerolíneas, Isela Constantini. 
Gente de Consulta. Tanto Quintana cuanto Lopetegui fueron directivos de la consultora estadounidense McKinsey, que asesora en forma reservada al gobierno en la elaboración de un nuevo marco regulatorio para el desarrollo y la innovación en TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Aunque sus honorarios son de 400 mil dólares por mes más un 18 por ciento de gastos para ejecutar el proyecto, en este caso decidió bajarlos a la mitad para “acompañar al gobierno argentino en este momento de transición histórico”. El gobierno porteño le adjudicó una licitación privada por 14 millones de pesos para “optimizar el mantenimiento de las veredas”. El pliego fue económico (en palabras): sólo decía que “deberá realizar un diagnóstico preciso y detallado del estado de las veredas de la ciudad”. Sólo se presentó McKinsey. Macrì celebró con los adjudicatarios en la fiesta privada en el Salón Dorado del Teatro Colón con la que la consultora estadounidense celebró sus 25 años en el país.


sábado, 7 de octubre de 2017

A cincuenta años del asesinato del Che


Por Miguel Mazzeo
A cincuenta años del asesinato del Che

El escritor e historiador Miguel Mazzeo.

Para hablar del guevarismo, del guevarismo del siglo XXI, utilizamos el concepto de “horizonte” en el sentido que le asignó la arqueología; es decir, como distribución de las características culturales en una vasta región durante un determinado período (por lo general muy extenso). También podríamos haber hablado del guevarismo como una “tradición ideológica”, una “sensibilidad política”, una “subjetividad política”, una “subjetividad militante” o una “plataforma”. Jamás de una “horma mental”. Pero creemos que el sentido más recóndito del concepto de horizonte contiene a todas estas definiciones.

Vale aclarar que hace algún tiempo existe una caricatura del guevarismo que lo presenta como una corriente militarista pragmática, anti-intelectual, anti- ideológica y hasta anti-política. A lo largo de las últimas décadas, un conjunto de organizaciones han asumido el guevarismo en términos ora caricaturescos, ora sórdidos: el guevarismo como otra versión del “blanquismo” o reducido a una teoría “oficial” de la Guerra Revolucionaria. De este modo, han alimentado el estereotipo simplificador de la izquierda tradicional, dogmática y anti-guevarista, y también el estereotipo de la derecha.

El horizonte guevarista, al margen de sus versiones más folklóricas, setentistas y/o blindadas, se caracterizó por instalar enfáticamente la idea de la actualidad del socialismo y por resignificar la teoría de la revolución permanente en una clave creativa, enraizada, no dogmática, situada y eficaz.

Otro rasgo distintivo del horizonte guevarista ha sido y es su capacidad de articular varias tradiciones políticas revolucionarias y un conjunto extenso y heterogéneo de culturas emancipatorias que jugaron (y juegan) roles fundamentales en lo que respecta al rearme ideológico y político de las clases subalternas y oprimidas. Esa capacidad del guevarismo para hacerse cauce ancho y caudaloso, para conformarse como “ideología de lo periférico” respondió a diversos factores, entre otros:

- El énfasis puesto en la praxis real de las clases subalternas y oprimidas por sobre toda abstracción teórica o burocrática. Esto plantea, a su vez, la necesidad de una teoría dinámica, en permanente reelaboración, capaz de dar cuenta de las nuevas dimensiones abiertas por la experimentación popular en el marco de la lucha de clases. En ocasiones, por no hacer profecías, esta teoría dinámica se confundió con una teoría de la no teorización o, lisa y llanamente, con el oscurantismo. Craso error. El horizonte guevarista permite la apropiación de diferentes categorías culturales y su resignificación en clave emancipatoria y hace posible el desarrollo de una subjetividad colectiva que se educa (se auto-educa) en la praxis. Esta interioridad, este colocarse invariablemente en situación de inmanencia respecto de los procesos de masas, se traduce en la capacidad del guevarismo para dialogar con los procesos históricos populares y produce, también, la autoridad para criticarlos, para impulsarlos y/o encabezarlos.

- Un contenido humanista radical, revolucionario, expresado en una concepción del comunismo como una sociedad radicalmente nueva, anclada en requerimientos subjetivos –la idea del hombre nuevo y la mujer nueva– además de materiales. Este humanismo radical remite a la dimensión ética del guevarismo que retoma y resignifica los costados éticos del marxismo. El guevarismo constituye una reacción contra el sadismo propio del sistema capitalista. Pero una reacción “eficaz”, crítico-práctica: “endurecerse sin perder la ternura”.

- Un anticolonialismo, un latino-americanismo y un internacionalismo consecuentes y bien concretos, nunca declamativos y siempre orientados a lograr niveles altos de eficacia.

- La voluntad de hallar formas unitarias de acción en función de una estrategia común de los sectores revolucionarios. La idea de que una revolución no es tarea de una sola organización popular.

- El fracaso de todos los intentos por reducir al guevarismo a una doctrina o una forma de acción. El reduccionismo doctrinario o metodológico, las instituciones lógicas, las culturas homogeneizadoras, no encontraron en el guevarismo un suelo fértil. No resulta tan sencillo hablar de “posguevarismo” sin caer en alguna especie de simplificación y recorte arbitrario.

- Su permanencia en el tiempo como filosofía de la praxis inmanente y directa, una praxis de redención y utopía estructurante del presente. El proceso de estatización de la Revolución Cubana no logró deteriorar la potencia instituyente del guevarismo, su aptitud para alimentar la imaginación política popular. Se puede afirmar que, en buena medida, este proceso avanzó sobre el olvido o la memoria recortada del guevarismo. En el Discurso de Argel de 1965, el Che no sólo cuestionaba los afanes imperialistas de la Unión Soviética, sino también la noción del socialismo como sistema mono-cultural compulsivo y totalizante. El guevarismo es incompatible con toda forma de conformismo.

- Su facilidad de arraigo y extensión en la sociedad civil popular, sus aptitudes para descubrir el universal concreto en cada situación y, de este modo, hacerse cultura y modos de vida y multiplicar las resistencias: “crear dos, tres, muchos Vietnam”, con el fin de modificar la correlación de fuerzas a favor del movimiento popular.

- Su versatilidad a la hora de luchar contra la fatalidad capitalista y contra el dominio de cualquier tipo de potencia objetivada (el capital, por ejemplo), sobre la potentia de los hombres y las mujeres.

Con un enfoque que, de alguna manera, daba cabida a lo identitario, con el reconocimiento de las especificidades de Nuestra América (y las de cada una de sus naciones); provisto de un método que buscaba traducir la teoría a las propias condiciones (y así producir nueva teoría, teoría situada); con una predisposición que permitió descentrar el Estado como objeto único de toda reflexión y de toda lucha, el guevarismo se constituyó en un campo de fusión de diversos legados, como la posibilidad misma de construir lo común emancipatorio con elementos divergentes. Esa condición ecuménica del guevarismo, su capacidad de sintetizar o mezclar –pero sobre todo radicalizar– experiencias, ideas, identidades, su idoneidad a la hora de construir la unidad de clase, son los elementos que mejor se han proyectado, sin dejar de transformarse permanentemente, hasta nuestros días.

Se trata de una condición que le permitió al guevarismo, a lo largo del los años y en diferentes contextos, asociar la cotidianidad popular con la política revolucionaria, las prácticas micro-sociales con los proyectos macro-políticos, lo sensorial y lo subjetivo con lo conceptual general.

Una condición que le otorgó licencia –hablamos principalmente de legitimidad– para articular los “sistemas de denuncia” (basados en identidades étnicas, culturales, de género, en tradiciones populares, en factores religiosos, ideológicos, etc.) con los movimientos contraculturales, con las culturas libertarias, con los pensamientos críticos y, sobre todo, con el marxismo.

El horizonte guevarista fue y es el locus de intersección de la teología liberación, la insurgencia indígena, el black power, la tradición nacional-popular (no burguesa, no populista), de las nuevas y viejas formas de la resistencia anticapitalista, anticolonial y antipatriarcal. El verdadero fantasma para las clases dominantes, para la derecha. El horizonte guevarista como locus de intersección hizo y hace posible diferentes mixturas de las que pueden participar: Jesús de Nazaret, Tupac Amaru, Simón Bolívar, Juana Azurduy, Flora Tristán, Carlos Marx, José Martí, Emiliano Zapata, V. I. Lenin, León Trotsky, Rosa Luxemburgo, José Carlos Mariátegui, Julio A. Mella, Mao Tse Tung, Amilcar Cabral, Frantz Fanon, Camilo Torres, John William Cooke, Mario Roberto Santucho, Miguel Enríquez, Raúl Sendic, Paulo Freire, Jean Paul-Sartre, Pier Paolo Passolini, entre otros y otras. De este modo, el guevarismo puede ser considerado como la cifra de una identidad política flexible, susceptible de ser apropiada y reinterpretada por cada militante popular.

En el contexto de este horizonte guevarista las experiencias de la “nueva izquierda” de los 60-70 se fueron eslabonando hacia delante. Primero con las de diversos colectivos y organizaciones populares que, en las décadas del 80 y del 90, resistieron a la ofensiva neoliberal y a la idea de la democracia como función de la hegemonía burguesa. Poco después con los colectivos y organizaciones que cuestionaron radicalmente los fundamentos del modelo neo-desarrollista y neo-populista y que han persistido en la búsqueda, desde abajo, de una alternativa anticapitalista.

El horizonte guevarista combinó un registro amplio y abierto con una mayor cercanía respecto de las contradicciones fundamentales. Ciertamente, sus límites fueron imprecisos y estuvo (y está) expuesto a las impurezas.

En relación a estas últimas, la más intolerable tal vez sea la que presenta una disociación del guevarismo y su principal orientación estratégica mencionada más arriba: la que establece la actualidad del socialismo en Nuestra América, en fin, la que se inspira en la teoría de revolución permanente presente en Lenin y Trotsky, pero también en José Carlos Mariátegui y Julio Antonio Mella. Son poco consecuentes, frívolas y superficiales las invocaciones guevaristas de los y las que creen que, en Nuestra América, las tareas democráticas pueden ser resueltas por “gobiernos progresistas” en los marcos impuestos por el capitalismo periférico. Son ingenuas, o abiertamente oportunistas, las invocaciones a un guevarismo sin socialismo. El “guevarismo etapista”, constituye un oxímoron.

Asimismo, no podemos olvidar que existió y aún existen retazos de un guevarismo integrado al proceso de “modelización” de la Revolución Cubana. El modelo de revolución que se consolida en Cuba, básicamente después del asesinato del Che en La Higuera, Bolivia, en octubre de 1967. Se trata un modelo paradójicamente ajeno a las circunstancias concretas del proceso revolucionario histórico real. Es un modelo que posee una lógica que parte de algunos presupuestos no siempre evidentes: el reconocimiento implícito de la posesión de un conjunto de recursos y de una retaguardia (¡que es mismísimo Estado!). Esa lógica subyacente lo tornó un modelo poco apto para los movimientos revolucionarios que surgían desde el llano en medios hostiles, un modelo en donde primaban los aparatos, la “planificación logística” y la centralización.

Cabe señalar también que, al igual que la izquierda tradicional y dogmática, el horizonte guevarista no ha permanecido al margen de la confusión entre directividad y manipulación. No ha sido ajeno a las posturas políticas centralistas, a las metodologías antidemocráticas de resolución de las diferencias en el seno del campo popular. Tampoco ha sido impermeable a las frustraciones elitistas, al dogmatismo mecanicista, al fatalismo redentor y a la ceguera sectaria. Existe un guevarismo que se siente cómodo en los moldes preestablecidos, que tiene una visión estática de las interacciones sociales; un guevarismo que, por ejemplo, ubica “al partido, organización o núcleo político en el centro de anudamiento del proceso político. En ese sentido el núcleo se conforma como la cabeza y las agrupaciones de base en que él está inserto en sus brazos (“el brazo sindical, estudiantil, territorial, etc.…)”. (1).

Pero estas versiones del guevarismo no lograron opacar su dinámica general y su potencia revolucionaria que están más vigentes que nunca y a la espera de ser actualizadas y proyectadas por los movimientos sociales y las organizaciones populares de toda Nuestra América y todo el mundo periférico. Porque el Che se resiste a ser transformado en ídolo y sigue siendo el signo de una presencia.

(1). La Caldera, Relación organización política y organizaciones de base, Serie documentos, Buenos Aires, La Caldera Ediciones, 2012: p.6.