miércoles, 17 de noviembre de 2021
martes, 28 de septiembre de 2021
Juan Valerdi - Economista : La Argentina y las guaridas fiscales
sábado, 25 de septiembre de 2021
CONJETURA
Los porcentajes calculados y predefinidos por gurúes, politólogos encuestadores, estarían dejando sin consideración en estas elecciones a una franja de electores importante. Si bien no hay rigurosidad científica, la hay empírica. Esta franja un 1/5 aprox. (20%) que algunos llaman indecisos, avenida del medio u otro adjetivo que usaba Arturo Jauretche.
Si ud lee el artículo de Adrián Paenza podrá establecer (a
su gusto) la analogía que se conjetura en este escrito; Concurso-Elección, Jugadores-Candidatos.
Por supuesto, lo interesante de esto es que -naturalmente-
Keynes no escribió el capítulo 12 de su libro pensando en Políticos argentinos. Lo que sí hizo
fue tratar -por ejemplo- de describir cómo él creía que
funcionaba “la bolsa o el mercado de valores en Gran Bretaña”. Keynes subrayó
que no se trata de comprar acciones de una compañía porque usted “cree” que
la compañía es buena y por lo tanto, la acción va a aumentar.
Eso está bien, pero sería como votar por SU
CANDIDATO. En realidad, lo que usted debería (o podría) hacer, es
deducir qué es lo que usted “cree” que suficientes personas van a
suponer cuál o cuáles compañías son buenas, y por lo tanto van a
comprar las acciones correspondientes, y ante mayor demanda, eso hará subir el
precio. Y así siguiendo. “Esas” serían las acciones que usted
tendría que comprar.
Es decir que una gran cantidad de electores, no votaran por
su candidato, lo harán por quienes la agenda mediática (vía mucho
presupuesto) haya instalado en la
sociedad. Donde influyen los preconceptos de encuestas, estadísticas,
propaganda etc. “Yo voto al que dicen que va a ganar”
“La idea sería no votar por su candidato, sino
votar por el que usted cree que es el favorito de la mayoría”
Conjetura basada en un art. de Adrián Paenza escrita en Pag. /12, el 12 de Agosto de 2021
RENE GADO
¿Cómo
se vincula la Teoría General de Keynes con Riquelme y Ponzio?
El problema que sigue es una adaptación libre (como verá dentro de un par de párrafos resulta ser muy muy libre mía) sobre un escrito del famosísimo economista inglés John Maynard Keynes. La obra completa de Keynes es considerada como seminal y referencial. Obviamente, yo no solo no soy un experto en economía sino que tome cualquier opinión que aparezca acá abajo, como una no educada. Sin embargo, el caso que quiero ofrecer acá me parece espectacular y dice mucho más sobre el comportamiento humano que sobre cualquier teoría económica. Verá también que todo lo que hace falta es pensar... y encima, en algo que realmente vale la pena por las implicaciones que tiene en la vida cotidiana. En todo caso, después de leer el texto, haga usted su propia versión libre.
El trabajo al que voy a hacer referencia está en el capítulo 12 del libro “The General Theory of Employment, Interest and Money” (“La Teoría General del Empleo, Interés y Dinero”) que Keynes (1883-1946) publicó en el año 1936. Sígame por acá y verá qué interesante.
Keynes escribió en su texto: “uno tiene que dedicar su inteligencia en
anticipar lo que el promedio de los participantes supondrá cuál será el
promedio de las opiniones de los participantes”. Y así siguiendo. Naturalmente,
uno puede seguir avanzando de nivel en forma indefinida.
https://www.pagina12.com.ar/360984-como-se-vincula-la-teoria-general-de-keynes-con-riquelme-y-p
martes, 7 de septiembre de 2021
El tonto útil
· Pánfilo no era tonto, era un hombre que creía en la rectitud y la bondad. Fue elegido presidente de la agrupación de simpatizantes de Clodomiro Ofertorio, candidato a una maxima magistratura .Organizo la campaña con todas las de la ley. La afluencia de los partidarios fue enorme; pero tuvo que pasar por momentos muy desagradables. A menudo llegaban a la directiva algunos misteriosos aparecidos que, incluso con alabos por las diligencias que Pánfilo practicaba, empezaron a darle órdenes, según ellos, necesarias para la conducción correcta de la campaña, y unos eran más insolentes que otros. Al principio le decían:
-Pánfilo, sería bueno hacerlo así.
-Pánfilo podríamos mejorar
esto.
Un poco después:
-Pánfilo, hay que hacerlo así.
-Pánfilo, mejora esto así.
Y más adelante:
-Pánfilo hazlo así y punto.
Pero el poco caso les hacía y realizaba los asuntos como estimaba conveniente.
Las llamadas por teléfono, las visitas y entrevistas aumentaban de
manera por demás molesta El pobre Pánfilo no podía desarrollar sus propios
quehaceres con libertad. Todos los días y a cualquier hora, recibía la horda de
ilustres pedigüeños, algunos respetuosos y otros groseros y entre estos, los
misteriosos aparecidos.
La campaña fue exitosa Clodomiro
Ofertorio salió electo .La euforia se hizo general entre los partidarios y
Pánfilo, por fin feliz y descansado, pudo meditar acerca de las forma correcta
conque habia llevado los trabajos previos; le vino una paz sin límites y estaba
contento ya que sus propósitos, desde el principio, fueron los del hombre
sincero y altruista, de aquel que siempre piensa en hacer el bien a los demás
sin aspirar nada para sí mismo.
Los partidarios e incluso los miembros de la directiva de la agrupación
de simpatizantes ni siquiera se acercaron a felicitarle por el gran trabajo
realizado y se escurrieron, un tiempo, en los vericuetos y galerías de sus
raras convicciones. Eran subterráneos.
Un polincromo dice
así:
Todos hablan sin saber;
quien más calla ese lo sabe;
en lo posible no cabe
penetrar lo que ha de ser;
mucho se ve disponer
en esta ocasión presente;
nada se sabrá, es patente;
de lo que se haya tratado,
hasta que el golpe este dado,
Inténtelo quien lo intente
Y el mismo polindromo con la
última decima al principio :
Inténtelo quien lo intente
hasta que el golpe esta dado
de lo que se haya tratado
nada se sabrá, es patente
en esta ocasión presente
mucho se ve disponer;
penetrar lo que ha de ser
en lo posible no cabe,
quien más calla este lo sabe;
todos hablan sin saber
Cuando durante la campaña se
acordaba de pedir dinero, de los diez de la directiva, nueve de ellos de buena
situación, no daban ni un céntimo. Pánfilo, el más pobre, tenía que sufragar
los gastos algunas veces a costa de su propio peculio.
A propósito. En una antigua
ciudad oriental el gobernador pidió dinero a los ricos con el fin de hacer unas
cuantas mejoras. Estos, singularmente, eran nueve. Y todos estos nueve ricos se
negaron a darle dinero .El gobernador encarcelo a todos. Pero habia otro
hombre, el décimo, que era más pobre que una rata, un vago, al que también
encarcelo. El gobernador dijo entonces: Si no me dan dinero les corto la cabeza
uno a uno. Los nueve se negaron rotundamente a dar dinero y el décimo para que
decirlo. El gobernador mando a ejecutar al vago. Los ricos, al constatar que la
amenaza se cumplía, muy temerosos comenzaron a desprenderse de sus dineros pues
la cosa iba en serio. Después de haber cercenado la testa del pobre diablo y de
haber recibido los emolumentos de los adinerados, de los adinerados, el
gobernador recapacitó:
- Así he matado dos pájaros de
un tiro; me he librado de un inútil y he obtenido el dinero que necesitaba.
Pánfilo estimó prudente citar a la directiva a una reunión para tratar el rumbo
que tomaría la agrupación y dar cuenta de la exitosa marcha y de los esplendidos
resultados obtenidos .La cita sería a las veinte horas de un día tal . Como él
era puntual, allí estaba cuando recién faltaban diez minutos para la hora
convenida; pero ¡oh sorpresa! Apenas abrió la puerta de la sala vio a todos sus
compañeros de directiva, más a dos o tres nuevos adherentes, a quienes durante
la campaña no había visto ni en pintura, sentados ante la mesa y tratando temas
poscampaña. Todos asumían la nueva directiva y tenían, los perlas, los cargos
distribuidos. Al único que no habían considerado era a él, precisamente a
Pánfilo. Nada tenía que hacer en ese lugar. Pánfilo dio media vuelta y se
retiró del local. Total pensó, el caso está cerrado. Los topos, ya eran
exitosos, tomaban las riendas de la agrupación Era el comienzo de la nueva era.
Pánfilo el tonto, que no era tonto fue, sin embargo, útil para ellos durante la
campaña. Así como la vida nos depara tantas sorpresas, esos rostros alevosos y
subterráneos iniciaban su salida a la luz .A Pánfilo lo embargó la desilusión y
desde entonces duda de los hombres que, como estos, solo demuestran interés
después de los resultados y siempre y cuando sean favorables.
Pánfilo recordó a Celine: “Las
cosas que tenemos dentro, cuando han sido dichas, sirven para que los demás se
rían .¡ Pobre del que las dice seriamente! Mejor decirlas ya en tono de burla.
Pero se han de decir. Lo que aún no se ha dicho es una espina clavada, y solo
estaremos tranquilos cuando ya lo hayamos dicho todo de una vez para todos.
Entonces, al fin, callaremos y ya no nos hará daño el silencio.”
Más Pánfilo, pese a tales
tristes acontecimientos fue un “tonto útil”; sin embargo, jamás perdió su
sentido rectitud ni su entrañable bondad: bonhomía que muchos confunden con
epítetos que debieran aplicarse a sí
mismos.
Cuando las ratas cayeron ayudo
a algunas a salir de la trampa.
“Las penas de Booz” (Cap.2
Pág. 11)” de
*Silvestre Fugellie
domingo, 6 de junio de 2021
Día del Periodista en Argentina
“El 7 de junio se conmemora el
Día del Periodista en Argentina, día en que Mariano Moreno en 1810 fundó la
"Gaceta de Buenos Aires" primer periódico que aparece luego de la
Revolución de Mayo.
La Primera Junta indicó por decreto su fundación, por ser necesario anunciar al público los actos oficiales y las noticias exteriores y locales.
Sus primeros redactores fueron Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli
La elección del 7 de junio como
día nacional fue establecida por el Primer Congreso Nacional de Periodistas en
1938, en recuerdo del primer medio de prensa con ideas patrióticas.
Comenzaron el primer número con una cita de Cornelio Tácito (c. 55 - 120 d.C.- considerado un gran historiador de la antigua Roma) que dice: "Rara felicidad de los tiempos en que se puede decir lo que se siente y sentir lo que se quiere".
La conmemoración del Día del
Periodista puede resultar una buena oportunidad para pensar y reflexionar sobre
la profesión. Para ello será necesario entender que el periodista no es sino un
tornillo en cinta transportadoras y zarandera de una de actividad humana
entendida como la comunicación. Cuyo material es limpiado modificado, preparado
según ingeniero constructor (editor) y su ingeniero Jefe de Obra. La
comunicación –el proceso de comunicación, para ser más preciso– es una práctica
social cooperativa de la que participan empresas (constructoras de la verdad?), ciudadanos,
dirigentes, líderes económicos, sociales y políticos y, también, los
periodistas (albañiles?)
Si el periodismo es comunicación; la principal función en la comunicación es la transmisión de información., acerca de la realidad. Sin embargo, ya desde la Filosofía Clásica, se reconocen tres importantes funciones, que tardíamente fueron formalizadas por Karl Bühler, a principios del siglo xx: La comunicación es para: informar acerca del mundo; expresar la realidad subjetiva del emisor e;- influir sobre el receptor,
Entendiéndose además que en una situación comunicacional, se pueden estar dando una, dos o todas ellas:
a) Función referencial: Se hacen aseveraciones o suposiciones sobre el mundo objetivo, sea real o ficticio, presente, pasado, futuro o simplemente posible. Ej.: “la Cuenca esta triste”, Los unicornios se pasean por el jardín, “Es probable que mañana llueva”, etc. Cualquier comunicación que se haga, de un modo u otro, implica información acerca de la realidad extra-comunicativa, por lo tanto casi cualquier comunicación será referencial, pero hay mensajes que lo son más enfáticamente, como aquellos que implican exposición objetiva de conocimientos o información sobre hechos de carácter científico, periodístico, descripciones, biografías, mapas, retratos, imitaciones sobre política etc...
b) Función emotiva: Centrada en el emisor del mensaje. Ocurre cuando éste manifiesta su realidad subjetiva: Sentimientos, emociones, opiniones, experiencias, etc. Ej.: “¡Qué bueno que hoy es sábado, me voy a Chile!”, declaraciones de amor, insultos agradecimientos, felicitaciones, etc... Generalmente corresponde a exclamaciones, diminutivos, aumentativos, gestos.
c) Función conativa: Se refiere al receptor. Tienen la finalidad de apelar directamente a él, dando órdenes, solicitando, preguntando o intentando persuadirlo a actuar de determinada manera. Esta comunicación trata de dirigir la conducta del receptor. Ej.: “decime la hora, `por favor”, leyes, manuales de instrucción, discursos políticos.
Según la Teoría Comunicacional de
Berló, “el hombre se comunicaría con el fin de influir y afectar a los demás”.
Según esta afirmación esta sería la única y real función de la comunicación
humana, y no creo que deba o sea así el periodismo, en su función informativa,
se encarga de dar a conocer acontecimientos que el público desconoce. Requiere
objetividad de parte del periodista. Es decir, ausencia total de juicios,
opiniones o apreciaciones personales acerca de la noticia que está dando.
En una nota decía - :(…) P. Urondo; “Tan importantes como los periodistas lo son las empresas. Cada quien con intereses diferentes. Los periodistas son asalariados a los que se les paga por su trabajo, por un servicio que brindan a ese proceso cooperativo de la comunicación Se puede decir que los periodistas venden su trabajo. Nunca que las empresas compran las opiniones o las ideas de los profesionales de los medios. Porque, como bien lo señala el código internacional de ética periodística (París, 1983), “la información se comprende como un bien social, y no como un simple producto”, y esto significa que el periodista es “responsable no sólo frente a los que dominan los medios, sino, en último énfasis, frente al gran público, tomando en cuenta la diversidad de los intereses sociales” Por esta razón, sostiene la filósofa española Adela Cortina, la “meta” del periodismo sería “generar una opinión pública madura, de modo que haya ciudadanos y no vasallos, pueblo y no masa” (...) -
Lamentablemente., en los últimos tiempos el periodismo bastardeado por seudo programas de chimentos mesturados ellos y sus personajes, han terminado por desacreditar la credibilidad de los buenos periodistas y junto a los Vasallos, de las corporaciones, Lacayos, después, terminan en Cipayos
En una metamorfosis constante y sostenida, una gran cantidad de “periodistas”, pasan el síndrome obligacional V.L.C.
Los Jorge, Márcelos, Laura, Joaquines, Marianos, Beatrices, ese ejercito de mercenarios. Los mercenarios y las leyes de la guerra En el protocolo adicional a la Convención de Ginebra del 12 de agosto de 1949 (APGC77), relativa a la protección de las víctimas de conflictos armados internacionales (protocolo I, de 8 de junio de 1977, se establece que, un mercenario es cualquier persona que:
1.- Ha sido reclutado o embarcado específicamente con el fin de luchar en un conflicto armado o mediático de intereses privados y no de Estado.
2.- Toma, en efecto, parte directa en las hostilidades y operaciones de corte difamatorio inductivo, perjudicial.
3.- Su motivación para tomar parte en las hostilidades es principalmente el deseo por el beneficio personal, y de hecho, se le promete una recompensa material por una de las partes en el conflicto, o en favor de ésta que excede de forma sustancial al pago que los combatientes ideológicos de las fuerzas mediáticas, graficas de dicha parte reciben con similares rangos o funciones:
Vasallo es el término
con el que en el feudalismo se designa a un noble de categoría inferior u
hombre libre que pide protección a un noble de categoría superior, su señor
feudal. Le jura fidelidad, da asistencia y presta servicio militar en su favor,
recibiendo a cambio el control y jurisdicción sobre la tierra y la población de
su feudo o señorío.
Lacayo. Servil, bajo, rastrero: Criado de librea que acompañaba a su amo a pie, a caballo o en coche. Servil, rastrero:
Es el lacayo del jefe.
Cipayo
Soldado indio que en los siglos XVII y XIX servía en los ejércitos de Inglaterra, Francia o Portugal"
Conclusión ; digo modestamente que como existen soldados que defienden la Patria , otros defienden la institución como tal, los hay defendiendo su sector ,su familia y están los que solo el dinero es su bandera, estos son mercenarios. Entonces tenemos Periodismo informativo, Interpretativo, de opinión etc. Con lo cual, como los soldados, los periodistas existen en varias categorías si se puede denominar así.
Feliz Día del Periodista para todos aquellos que con su trabajo construyen día a día un país mejor. Solo la verdad nos hará libres. Solo la libertad nos hará justos, solo la justicia nos hará soberanos.
ANDRES PEEBLES (para P3M) 07/06/2013
lunes, 22 de marzo de 2021
YOID 20 - ID, EGO Y SUPEREGO –
Se dice que en la personalidad siempre están presentes tres
partes: ID O ELLO, EGO O YO, y SUPEREGO O
SUPER YO. Es así que Freud uno de los más grandes representantes de la
Psicología, especialmente del Psicoanálisis; indica que cada una de estas
partes cumplen una función primordial en la personalidad del individuo de forma
diferente. Por ello es necesario saber que es cada una de estas partes.
El ID (ello) es
de carácter impersonal, está formado por disposiciones congénitas y todo
aquello que es o ha sido reprimido por el individuo a lo largo de su vida;
también están presentes dos grandes instintos: Eros y Thanatos, el instinto de
vida o libido (deseo) y el de muerte o destrucción. Es el instinto de vida lo
que dirige la existencia del hombre y lo protege contra el de destrucción.
Constituye el subconsciente, lo que para Freud es lo primordial para determinar
la personalidad del individuo.
El EGO (yo) se
entiende como un plano de adaptación por medio de los sentidos, las
representaciones verbales, la razón y la moral así como las expresiones de
distensión de la vida instintiva. Está formado por la experiencia consciente y
lo preconsciente, por lo cual dicha experiencia consciente no entrega al hombre
sino una representación engañosa de sí mismo, de los demás, de la humanidad y
del mundo. El psicoanálisis pretende encontrar la verdadera imagen del hombre
dando predominancia al subconsciente.
El SUPEREGO (Superyo), es
la parte cumbre donde el aprendizaje social y los valores aprendidos operan. De
él provienen la conciencia moral y la censura, la represión y la sublimación, y
se encuentran los remordimientos y los sentimientos de culpabilidad.
YO-ID (Ego tamásico).
Este ego caracteriza a las personas que solo creen y confían
en la propia capacidad personal, despreciando tácitamente o en forma explícita
a otros.
Presumido: desde
su propia visión de sí mismo, él o ella siempre quiere tener razón, cueste lo
que cueste. Lo enojan las críticas, no puede asumir el fracaso y da
constantemente consejos aunque no se los pidan. Para aumentar su ego aún más
necesita poner en evidencia lo bueno que es en hacer algo. Vive del
reconocimiento ajeno. Eso es el YO-ID.
(Yoismo)
Cuando hablamos de la naturaleza humana nos enfrentamos al
problema de su compatibilidad con la libertad de la que estamos indudablemente
dotados. Para ser libre, el hombre tiene que estar abierto. Una naturaleza
completamente hecha, cerrada, acabada, no puede dar lugar a un obrar libre. Se
necesita un amplio margen de indeterminación, y una reserva de energía
polivalente y autorregulable.
El hombre no es algo que esté hecho de una vez y para
siempre, sino algo por hacer. Literalmente, un "qué hacer", movilidad
pura, libertad sin condición, siempre en proceso, pura existencia desnuda, puro
proyecto, mero afán de ser.
Las técnicas y las ciencias abordan el ser humano
fraccionado. Los psicólogos ponen el foco en la personalidad, los empresarios
en los potenciales compradores, los políticos en los ciudadanos... electores ¿Y
la persona?
La ciencia y la técnica responden al cómo, la filosofía al
por qué. Hoy nos preguntamos… cuándo? Cuando esta anomalía que se pandemiza
como virus comenzó a profundizarse en nuestras conciencias, mentes, acciones
etc.
El por qué es individual. La experiencia individual es el
patrimonio intransferible que cada uno de nosotros aporta a la existencia.
Aristóteles habla del individuo como ser social por
naturaleza. Esa naturaleza no le quita al hombre su necesidad por naturaleza,
su individualidad y su dignidad. Son cualidades intrínsecas. Cada sociedad,
cada cultura, debe encontrar maneras de proteger y hacer crecer esa humanidad.
Esto celebramos. Celebramos ser una totalidad en sí, completos, que no puede
ser dividida arbitrariamente manipulada por quienes padecen este síndrome del yoismo.
El uso de Bozal moral (honestidad intelectual) es esencial para contener
el YOID-20
El YOID-20 no solo afecta al que lo padece sino
a su entorno.
El YOID-20 no es una "caprichito"
El YOID-20
tiene origen animal (y no fue producido en un laboratorio)
El contagio por lectura o ver Tv es
"mínimo"
Es posible contraer el YOID-20 dos o más veces (casos incurables)
Digo con esto (trato), que el COVID
despertó una de las cepas más dañinas que prexisten en el ser humano, el “YOISMO”.
Vemos a diario, personajes de la política, periodistas, de la ciencia, ni
que hablar en las “redes sociales” como construyen desde su visión (egoísta)
una realidad particular, manipuladora, acomodaticia a sus propio interés. El
contagio es exponencial.
El YOISMO que causa el YOID‑20 se transmite principalmente a través de las redes,
generadas cuando una persona escribe, opina y concluye sin argumentos
valederos, en forma irreflexiva, carente de honestidad intelectual, agregando a
todo esto, su desconocimiento del tema en cuestión.
Usted puede infectarse si está
cerca de una persona con YOID‑20 o si, tras leer prensa (pasquines)
contaminada, lee o escucha ciertos periodistas (algunos no lo son, es solo una
changa). #infodemia
Rene Gado
Bonus track
*¿Qué hemos aprendido sobre la decisión y la
libertad?
Aquí, en estas líneas, también me gustaría detenerme sobre
algunas inercias, pero de carácter conceptual: ¿qué hemos aprendido sobre
la decisión y la libertad? Abordémoslo con dos
conceptualizaciones: una del filósofo y ensayista español José Ortega y Gasset.
Otra del filósofo y pedagogo naturalista Jean-Jacques Rousseau.
Ortega entiende la vida como una coexistencia de nuestro yo
(nuestra identidad personal e individual) con el mundo.
El mundo es el conjunto de circunstancias que nos vienen
dadas e impuestas. Circunstancias con las que tenemos que lidiar para transitar
por nuestro sendero vital.
No sé si recordarán: “yo soy yo y mis circunstancias”,
probablemente sí. No es tan conocida su continuación: “si no las salvo a ellas,
no me salvo yo”. Llevamos un año “salvando las circunstancias” para salvarnos
nosotros, aprendiendo a (sobre) vivir con lo que nos la pandemia. Pero “la vida
no elige su mundo”, advierte Ortega. (…)
(…) El recorrido vital que realicemos por ese mundo estará
determinado por nuestras decisiones. Esto es, por las elecciones que hagamos
sobre aquello que nos viene impuesto.
Si echamos la vista atrás, veremos que la crónica de la
pandemia es la crónica de una toma de decisiones ante las circunstancias. Desde
decisiones de nivel político, como decretar el estado de alarma y el
confinamiento domiciliario, hasta decisiones personales, como mantener una
distancia de seguridad o no abrazar a nuestros padres.
Desde este enfoque incluso podemos tomar la temperatura del
ejercicio de la libertad superior en distintos países. Si en un país se han
necesitado muchos “pañales” (restricciones, multas, controles, etc.) sus
ciudadanos sufren aún de “incontinencia”, esto es, del ejercicio inadecuado de
la libertad inferior o individual.
En este año tenemos que haber aprendido, más que nunca, que
nuestras decisiones no solo nos afectan a nosotros. Estas no solo tienen
impacto en nuestros asuntos. Además, el pretexto de la libertad es un falso
pretexto, porque se juega con un doble sentido del término.
Por ello, uno de los aprendizajes más importantes que
deberíamos extraer de estas circunstancias, con las que llevamos coexistiendo
desde hace un año y que han reconfigurado nuestra vida, es que el ejercicio de
la libertad moral. Gracias a él, somos capaces de autoimponernos una norma, por
el bien de todos y por el nuestro propio. Somos capaces, al fin y al cabo, de
realizar un ejercicio de humanidad. (…)
* https://theconversation.com/un-ano-de-pandemia-que-hemos-aprendido-156811
lunes, 8 de febrero de 2021
Crítica a la rosca política
"Por mucho que les apene, Perón no publicó un libro
sobre la rosca, sino sobre la conducción política. Como ya sugerimos, ambas son
incompatibles. Donde hay rosca, no hay conducción".
Por Gastón Fabián*
Hasta el día de hoy, se nos ha enseñado que la historia de
la humanidad es la historia de la rosca política. Por decirlo en los términos
inauditos de Jean Paul Sartre, la rosca es el ser. El ser es lo
macizo, lo idéntico a sí mismo, lo cosificado, lo que se pudre. El ser es lo
que es. La militancia, en cambio-lo sabemos desde Badiou-, es del orden del
acontecimiento, o sea, de lo que interrumpe y subvierte la rosca. Podrá parecer
muy supraterrenal, pero la militancia es bastante simple, poco
enroscada. Dos palabras cifran su santo y seña, que es en realidad una verdad
accesible para todos y todas: confianza y conducción. Precisamente, ambas
relaciones están ausentes en las intrigas palaciegas y en la politiquería de
café, donde siempre se trata de sacar ventaja, quedar bien parado o salir en
una foto que solo interesa al “mundillo”. La rosca, al fin y al cabo, es el
reino del ego. El ego quiere acumular, llevar el agua para su molino, que se
hable de él, que se le rinda pleitesía infinitamente. Desde su visión, el
problema de la política no es formar más y mejores militantes, sino, por el
contrario, ser más poderoso que el otro. Permanecer en el nivel de la
militancia de base, asistir a eventos de baja concurrencia, juntarse a
intercambiar con compañeros y compañeras, allí donde las cámaras no ponen el
ojo, representaría, para él, un terrible y vergonzoso estancamiento.
La militancia debe desterrar para siempre de su marco
conceptual la ecuación rosca=política. Semejante fórmula, atractiva para el
insaciable y ambicioso “paracaidista” que prioriza el atajo por sobre la
construcción colectiva (“la vida es una carrera y llegar a la meta, llegan
pocos…”), es la que, salvo excepciones, ha gobernado a los seres humanos desde
que el mundo es mundo. De sus entrañas proviene el hediondo y repugnante
capitalismo de hoy. Algunos sostendrán que, más allá de la inmoralidad o la
indecencia, el mundo es así y no tiene sentido (o hasta resulta peligroso)
querer transformarlo. El mundo es el que es y ya. Al rosquero (el
imponente Trasímaco) no le preocupa en lo más mínimo la justicia. Abierta o
secretamente, se burla todo el tiempo de ella. Como afirmaría Meñique, el
arquetipo del conspirador en Game of Thrones y quien con sus
tejes y manejes desencadena la secuencia de acontecimientos que constituyen el
thriller de la serie, el ascenso es todo lo que hay. La falta de
convencimiento respecto a esto llevaría, nos guste o no, a una caída
estrepitosa y mortal.
El gran conjunto de los portales digitales que se dedican a
“informar” de política, no hablan más que de la rosca y sus maquinaciones. Se
considera que lo que “vende” es revelar quién traicionó a quién, quién negocia
a escondidas con quién, quién pidió tal cargo, quién apunta para ser ministro,
quién va a modificar su voto a último momento en el Congreso y a qué precio.
Ardides, triquiñuelas y otros subterfugios devienen el centro de atención. ¿Qué
público consume y hace circular estas notas, excitado por las novedades de la
“cocina”? ¿Quién se divierte jugando a adivinar qué persona “filtró” el secreto
y cuáles son los objetivos de su maniobra? En la jerga, a dichos lectores los
denominamos “politizados”. Aunque altanero y con orgullo exclame que “todo es
político”, el politizado asume que la política pertenece a un ámbito que no lo
cuenta. El politizado es un espectador, un “fana” de la política. Y la política
que devora con gula es lo que se nos ha vendido como gran política, su
lado oscuro. Convengamos que a cualquier lector de El Príncipe no
le produce ninguna emoción que Maquiavelo sostenga que todos los Estados
existentes pueden ser divididos en principados o repúblicas. Pero sí lo
apasiona profundamente la estratagema que César Borgia utilizó con Ramiro de
Orco: primero se valió de su crueldad para disciplinar una ciudad y luego, para
ganarse el favor del pueblo, lo ejecutó de manera sensacional en la plaza
principal de Cesena. Tal vez por eso somos adictos a Game of Thrones y
nos vanagloriamos de la Boda Roja, como si allí aconteciera la manifestación
divina, sublime y erotizada de la política.
Sería tarea de arqueólogos hallar en Game of
Thrones rastros de un momento popular o de una invención militante. De
hecho, la única organización que se presenta por fuera de lo estrictamente
militar es una abominable secta de fanáticos religiosos. El mundo se divide
entre ingenuos y oportunistas, entre tontos honorables y maestros de la realpolitik.
Los soñadores inquietos y los profetas visionarios son la real y más palpable
amenaza. Que hace no mucho tiempo se escribiera en nuestro país un “elogio de
la rosca” y se pretendiera instalar la idea de que la rosca tiene mala prensa
(por no superar los estándares de la “corrección política”) pero que, en el
fondo, es útil y provechosa para todos, pues inculca el sano hábito de la
discusión plural entre personas que piensan diferente, no puede más que causar
risa. Típico de cualquier imperialismo es colocarse en el lugar de la víctima
para atacar con más fuerza. ¿Acaso lo que consolida a una democracia es la
conversación ocasional de pasillo o el sigiloso encuentro entre dirigentes en
un despacho a puertas cerradas? El razonamiento según el cual el operador
político es el alma oculta de las instituciones que funcionan no difiere
demasiado de aquella reflexión del contrarrevolucionario De Maistre, que decía
que el tenebroso y desacreditado verdugo es el pilar elemental de la sociedad.
Por mucho que les apene, Perón no publicó un libro sobre la
rosca, sino sobre la conducción política. Como ya sugerimos, ambas son
incompatibles. Donde hay rosca, no hay conducción. Donde hay conducción, no hay
rosca. La rosca es una tentación, incluso una necesidad, del pensamiento de
Estado. Es un arcana imperii. Más la militancia (habrá que
grabárselo) no es el Estado y no debe pensar como él. Para un militante, el
otro no es alguien que tiene que ser gobernado, a fin de que el Estado pueda
fortalecerse y volverse más próspero. Para un militante, el otro es siempre
militante. Lo cual implica una confianza, que no es probada o calculada; es
axiomática, decidida, comienzo. En el idioma del Estado (basta leer
a Hobbes para comprenderlo), la desconfianza es la regla. Hay que presuponer la
maldad e incorregibilidad de los demás y, en todo caso, generarles un interés
en cooperar, aunque teniendo en última instancia la espada de Damocles sobre su
cuello. El Estado es el topo de la política tradicional, que
es urgente traducir como momento no político de la política o como política de
la antipolítica, es decir, como pequeña política, insignificante, vana. Quien
se ve envuelto en la rosca, quien busca el camino más corto con tal de imponer
su voluntad, es, por definición, el que no conduce. Podrá tener dinero,
contactos, influencias, apellido o astucia, pero confunde la conducción con la
preeminencia del yo. Su salto a la fama le permitirá, en la mejor de las
circunstancias, convertirse en el líder de una facción, o en un armador o
tejedor de acuerdos que de vez en cuando es consultado en un canal de
televisión. Carece, sin embargo, de lo esencial de la conducción militante.
Lo anterior no significa que la militancia deba renunciar a
la sagacidad, el talento o las mañas del político "exitoso"
(¿comprendemos lo mismo por “exitoso”?). Es importante desarrollar el
"tacto", el "olfato", la "intuición", el
"cálculo de probabilidades", el "criterio", la
"prudencia", la "audacia", la "visión panorámica",
la "paciencia", la "disciplina partidaria", el
"sentido de la oportunidad", el "sentido de las
proporciones" o la "oratoria". Pero existe una insalvable
diferencia de principio entre el político "weberiano" y el militante.
Mientras la tarea del primero es equilibrar la ética de la responsabilidad y la
ética de la convicción, teniendo que responder por las consecuencias de sus
actos, para la militancia la responsabilidad es su convicción. Ella
se asume responsable de todo. Su responsabilidad es absoluta. No
hay jurisdicción sobre la que abdique soberanía. Las cualidades del político sensato
representan para los militantes una mera técnica (como lo es la retórica) y de
ningún modo lo fundamental de su praxis. No somos rosqueros, arribistas o
"borrachos de poder", porque no se nos va la vida en las intrigas
palaciegas. Negociar, se negocia con un aliado o con un adversario político a
quien, de momento, no se puede conducir. Entre militantes, la rosca es un
pecado, una negligencia estratégica. Cuando la rosca gana "sustancia"
y deviene manifestación divina de la política; cuando la responsabilidad se
sacrifica en su "altar", la militancia está perdida. Hay que barajar
y dar de nuevo.
El resurgimiento de la militancia durante los gobiernos de
Néstor y Cristina sucedió en contra y no a favor de la rosca. La rosca era
sinónimo de los 90, la premisa indiscutible de que “la política es una mierda”.
Devolverle el prestigio a aquella palabra equivaldría a traicionar toda nuestra
experiencia reciente. Tamaña barahúnda sólo puede derivarse de que todavía, en
términos teóricos, no se sabe muy bien qué significa conducción. Los mismos
analistas y comentadores que enaltecen (o denuncian) la rosca, suelen
interpretar que conduce quien mejor rosquea. En definitiva, conducir es
persuadir y rosquear es una manera de persuadir, independientemente
del método que se use. La pregunta que debemos hacernos es: ¿persuadir
para qué? La militancia responde: para sumar militantes, para
construir organización política, para generalizar la responsabilidad absoluta,
que es la responsabilidad por la responsabilidad del otro. Los motivos del
rosquero, en cambio, son egocéntricos. El individualista se mueve en la rosca
como pez en el agua. Quiere ganar, a menudo para que el otro pierda. La
comparación, la necesidad de “medirse”, era para Hobbes una de las bases de la
“guerra de todos contra todos”.
Siguiendo estas consideraciones, podemos aducir que
si en una organización política no hay lugar para la rosca, es porque los
momentos horizontales están subordinados al principio verticalista. La política
tradicional, en la lógica del gentleman y de los partidos de
notables, siempre ha sido horizontalista, porque el horizontalismo allana el
terreno para el cabildeo y las peleas de egos, en tanto nunca está claro quién
conduce (ergo, conduce el “yo”, el “libre pensamiento”, omitiéndose que el
pensamiento es de otro). Cuando ejercitó el verticalismo, se trató por lo
general (como en el Partido Comunista Francés) de un verticalismo sin
conducción (donde los militantes son sacrificables peones de ajedrez), o sea,
más de lo mismo, Estado en miniatura. En la política tradicional,
la conducción es siempre medio para un fin: trepar posiciones, tomar el poder y
el prestigio que conlleva o garantizar la felicidad del pueblo. En la política
militante, la conducción busca la conducción, entregar el "bastón de
mariscal". Militamos para que otros militen, porque confiamos en que la
militancia organizada, como vida no-individual, es la verdadera vida. El
militante se conduce a sí mismo y, a la vez, conduce a otros: los conduce a que
se permitan ser conducidos por la conducción. Y en última instancia, todos los
militantes son conductores del conductor, aunque resulte contraintuitivo. Pero
nadie conduce ya en la clave de una voluntad-una, de un Yo moderno o una res
cogitans. Un militante no es per se (no es una sustancia).
Un militante es no-uno. Un militante es lo que representa al sujeto [el
pueblo] para otro militante.
La vida militante es una vida que es siempre dada por el
otro (el militante es elegido, ungido, “bañado en aguas del Jordán”, por otro
militante) y que, desde el comienzo, está entregada al otro militante. No
queremos que los otros se transformen en un pasivo e inocente rebaño de
personas conducidas, manipuladas o “llevadas de la nariz”, sin iniciativa y
creatividad. Aspiramos a que todos seamos buenos conductores o, como decía
Perón, a inculcar en el pueblo el sentido de la conducción. Todos respondemos
por todos (el rosquero solo responde por él mismo). Todos somos responsables.
El báculo o cayado del pastor nadie lo retiene para sí. El poder no se acumula
ni se atesora. Se comparte. Se reparte. Se da. Militancia es empoderamiento.
Para la política tradicional, si el conductor quiere
triunfar frente a las ambiciones, la vanidad y la maldad de los demás seres
humanos, tiene que seducirlos, acariciar su orgullo, inflarlo en ciertos
momentos, poner a unos contra otros y administrar (mediante la política del
“péndulo”) las tensiones de un equilibrio precario, que más temprano que tarde
se vendrá abajo por la hybris en la que inevitablemente caen
hombres y mujeres. El destino de todos los Imperios es perecer por sus propias
contradicciones. La conducción militante, en cambio, tiene que estar a la
altura de principios más exigentes, empezando por el legendario axioma de
Cristina: la Patria es el otro. Misión de la militancia es combatir
el ego, el cualunque que cada uno es, o sea, vaciarnos de sustancia. Cuando
Jesús convoca a Pedro y Andrés a ser “pescadores de hombres”, no los considera
más importantes que aquellos a quienes dirigen su prédica, pues lo que define a
los apóstoles es que no son nada en sí mismos, como individuos
(apóstol quiere decir “enviado”: se es en tanto enviado, llamado, interpelado o
convocado por la conducción). Su riqueza reside en su pobreza, que no es otra
cosa que pobreza de sustancia. Viven en Cristo (en el Mesías) y esa
vida-en-Cristo mediatiza todas sus relaciones, que quedan para y desde
siempre resignificadas. Por eso la conducción no puede conducir sin
verse afectada también, sin verse conducida. La adulación (no la disciplina) y
la competencia de egos es lo que echa a perder a los gobiernos populares.
Característico de la política tradicional es que los
dirigentes se "arranquen los ojos" por un lugar en una lista o por un
“contrato jugoso”. Cristina, por el contrario, renunció a la “dignidad” de ser
tres veces presidenta electa, con el fin no solo de ganar una elección o de
poder gobernar la Argentina posmacrista, sino de despertar el sentido de la
responsabilidad en el conjunto del pueblo. No quería que la aplaudamos o que
aclamemos sus dotes de estratega. Quería que la imitemos, porque si no la
imitamos, la estrategia está condenada al fracaso. Todo el tiempo la militancia
se enfrenta o se encuentra expuesta a la tentación de esa fenomenal máquina
productora de egocéntricos que es la politiquería o "pequeña
política", basada en la eterna comparación o en el ¿qué dirán? Lo
que prevalece en la praxis no hay forma de anticiparlo a priori. El veredicto
lo dan los efectos, el saldo político. Vence la conducción militante allí donde
emergen más y mejores militantes, que se hacen cargo de sumar más y mejores
militantes. Hay que escuchar el llamado de la época que, ante las calamidades,
convoca a la militancia. Empecemos por elogiar las reuniones políticas y no las
mesas de rosca. Empecemos por militar.
* El autor es militante del barrio de
Boedo (Comuna 5).
https://www.agenciapacourondo.com.ar/debates/critica-la-rosca-politica-por-gaston-fabian
martes, 5 de enero de 2021
THC - Trabajo, honestidad y control
¿Qué
es el trabajo?
Como trabajo denominamos al conjunto de
actividades que son realizadas con el objetivo de alcanzar una meta, solucionar
un problema o producir bienes y servicios para atender las necesidades humanas.
... El significado de trabajo tiene enfoques en diversas
áreas, como la economía, la física, la filosofía, política, (mandato
democrático) etc.
¿Qué
significa la palabra honestidad?
Hace referencia a la sinceridad y a la virtud de tener
buenos hábitos. La honestidad es uno de los valores morales más fundamentales
porque ayuda a entablar relaciones interpersonales que se basan en la confianza
e interviene en la interacción que se tiene con los demás, pues un individuo
honesto se mantendrá apegado a sus buenos principios y todo lo tomará con
responsabilidad.
Ser honesto es ser sincero, franco, no
tener segundas intenciones en el trato con las otras personas; no sacar ventaja
de las posibles debilidades o situaciones de inferioridad de otros individuos.
Por ejemplo: reconocer si nos hemos equivocado, devolver los
objetos encontrados, además de la *honestidad intelectual.
*( Honestidad intelectual es considerada un culto a la verdad; un modo de aprecio por la objetividad y la comprobabilidad, y el desprecio por la falsedad y el autoengaño)
¿Que
el control?
El control es la función administrativa
por medio de la cual se evalúa el rendimiento. El control es
un elemento del proceso administrativo que incluye todas las actividades que se
emprenden para garantizar que las operaciones reales coincidan
con las operaciones planificadas
El control puede definirse como la
evaluación de la acción, para detectar posibles desvíos respecto de lo
planeado, desvíos que serán corregidos mediante la utilización
de un sistema determinado cuando excedan los límites admitidos y
predeterminados por leyes o acuerdos.
El control es un mecanismo del proceso administrativo
creado para verificar que los protocolos y objetivos de una empresa,
departamento o producto cumplen con las normas y las reglas fijadas. El control
tiene como objetivo evitar irregularidades y corregir aquello que dañe o afecte
normas comunitarias en diferentes circunstancias (pandemia).
Dicho esto, que es fácil de corroborarlo por la ciberteca que elijamos; esta trilogía (THC), que no es Tetrahidrocannabinol, son los pilares o patas de base en la mesa de una sociedad que pretenda ser justa, libre y soberana.
Entonces con este modesto y
básico pensamiento de mi parte no pretendo tener respuestas, creo en el
colectivismo, en el entre todos, es por eso que; tengo preguntas, quisiera que
nos preguntemos:
Están a la altura de las circunstancias los poderes que
tienen que ver con el TRABAJO? (cuidar, generar, modificar)
Estos los que tienen que ver (Políticos, gremios, instituciones,
etc.) son HONESTOS?
Los anteriormente nombrados y alguno más asumen la
responsabilidad del CONTROL?
Me gustaría ser optimista en pensar (solo eso) las posibles respuestas .
Solo me atrevo a decir una frase de San Agustín; “No
hay tiempos mejores ni peores. Seamos nosotros mejores y los tiempos serán
mejores.”
RENE GADO