Violeta del Carmen
Parra Sandoval (1917-1967), nació en
San Fabián de Alico, San Carlos, al norte de Chile. Hija del
profesor Nicanor Parra y la modista Clarisa Sandoval. Fue una
mujer multifacética: cantante, poetisa, compositora, pintora,
escultura, bordadora, ceramista, madre de cuatro hijos, también tocaba la
guitarra, el charango, la percusión, cuatro, quena y el Arpa. Falleció a sus 49
años en Santiago de Chile.
Hoy, cinco de febrero, se
cumplen 51 años de la desaparición física de una de las cantautoras más
recordadas por el mundo de la música. Violeta Parra, una chilena que se
convirtió en la folclorista más importante de América Latina y
fundadora del género popular de su país.
La gran trayectoria artística de
esta cantautora fue y es considerado de gran valor y trascendencia para el
mundo artístico. A los 51 años de haber fallecido sigue siendo
inspiración para innumerables artistas con gran trayectoria en
el mundo, quienes han seguido sus pasos y versionado los
temas de Violeta.
¿De dónde
salió tanto talento?
Esta cantante chilena formó
parte de una familia con un gran talento artístico quienes han
desencadenado grandes triunfos en el mundo de la música de generación en
generación. el padre de Violeta fue poeta, matemático y físico. Sus
obras han tenido profunda influencia en la literatura hispanoaméricana, fue uno
de los mejores poetas de Occidente, galardonado con el Premio Nacional de
Literatura y Cervantes.
De allí vienen las
raíces de la multifacética y creó 13
obras en arpilleras, 24 en óleos y 10 en papel maché. También publicó
sus poemas y canciones en 23 libros.
Violeta
compuso al menos 128 canciones, diez
de ellas musicalizadas por su hija Isabel Parra.
Artistas de la talla de Juan
Luis Guerra, Soledad Bravo, Laura Pausinni, Fito Páez, Andrea Echeverri,
Shakira, Pablo Milanés, Juanes, Mercedes Sosa, Joaquín Sabina, Alejandro Sanz,
Placido Domingo, Miguel Bosé, Joan Báez, Chavela Vargas, Óscar Chávez, entre
otros tantos han versionado las inspiradoras letras de Violeta y varios de
ellos han compuesto canciones en su honor.
En Chile la
han honrado a lo grande
En Chile se han
inaugurado un cantidad de instituciones y fundaciones con el nombre de Violeta
Parra con el objetivo de mantener el legado de la cantautora en el
tiempo. además de ello, fue creado un museo donde están expuestas sus obras
artísticas.
Pero no sólo allí ha
quedado las conmemoraciones a este gran artista, su labor también llegó al cine
y al teatro. Se han hecho películas y obras de teatro inspirados en ella
para mostrarle a las nuevas generaciones de una manera más sencilla
la vida de la compositora.
“Violeta se fue a
los cielos”, este fue el largometraje presentado en 2011 por
Andrés Wood basada en el libro de Ángel Parra, la cinta ha sido
acreedora de varios galardones entre los que destaca el gran premio
Internacional del Jurado en el Festival de Sundance (2012).
Su vida
La infancia de
Violeta transcurrió principalmente en el campo, desde pequeña mostró su
inclinación por el canto junto a su hermano Lalo. A los nueve años ya Violeta
tocaba guitarra y a los 12 compuso sus primeras canciones.
Parra dejó sus
estudios para trabajar, tras el mal estado de salud en el que cayó su
padre. Los hermanos Parra se ganaban unos pesos en el campo y haciendo lo que
más le gustaba, cantando en restaurantes, posadas, circos, trenes, campos,
pueblos, calles e incluso en burdeles.
En 1931 falleció
su padre y los problemas económicos se agravaron, Violeta se fue a vivir a
Santiago de Chile donde formó un duo de música folclorica junto a su
hermana.
En 1938 Violeta se
casa por primera vez con un empleado ferroviario y de quien tuvo dos hijos. Ellos
no dudaron en seguir el camino artístico de su madre. El matrimonio no duró, en
1948 se separaron y al año siguiente quedó embarazada de quien fue su segundo
esposo, tres años después la cantante chilena tuvo otra hija.
Pero la carrera
artística de Violeta no se detuvo por eso, en ese mismo año editó sus primeros
discos junto a su hermana Hilda, para ese momento canciones como El Caleuche,
La Cueva del Payaso y La Viudita, fueron los single más famosos, pero estos era
boleros y cantos españoles.
Así empezó a
brillar
La música folclórica fue la que
hizo brillar a Violeta y esto lo descubrió a principios de la década de los 50
cuando inició su extensa labor de recopilación de tradiciones musicales en
diversas comunidades populares de Santiago y por todo el país.
Este trabajo le permitió
descubrir los valores de la identidad nacional como ningún otro artista lo
había hecho antes.
El trabajo que aquí desempeño
Violeta quedó plasmado en más de tres mil canciones, reunidas en el libro
Cantos folclóricos chilenos y sus primeros discos en solitario.
Es así como inician los viajes y
junto con ellos las premiaciones. En 1953 grabó los exitosos sencillos
“Casamiento de negros” y “Qué pena siente el alma”, convirtiéndose para ese
entonces en dos de sus canciones más conocidas. Al siguiente año ganó el Premio
Caupolicán a la folclorista del año, lo que le valió una invitación para
presentarse en un festival juvenil en Varsovia, Polonia.
Aprovechó este viaje para
recorrer la Unión Soviética y partes de Europa y en Paris grabó sus primeros
discos de larga duración, el éxito fue inevitable, pero allí se
enteró de la muerte de su hija Rosita Clara quien padecía de cáncer.
“Gracias
a la vida que me ha dado tanto, me ha dado la risa y me ha dado el llanto”
La nostalgia se apoderó de
Violeta, detuvo su trabajo musical y se dedicó a las artes plásticas creando
obras en cerámicas, pinturas al óle y arpilleras, trabajó en un museo y luego
viajó por Chile ofreciendo cursos de folclore y recitales.
Ya en 1961, Violeta viajo rumbo
a Helsinki, Finlandia para participar en el VIII Festival Mundial de
la Juventud y los Estudiantes. Luego se instaló en Paris y aunque continuó sus
grabaciones la nostalgia seguía latente.
Grabó temas como “Recordando a
Chile”, también conocido como “Una chilena en París” así como otros temas
importantes en su carrera “Paloma ausente” , “Arriba quemando el sol” y
“Violeta ausente”.
En 1964, logró una marca
histórica al convertirse en la primera latinoamericana en exponer
individualmente en el museo del Louvre de Francia. También escribió el libro
Poesía popular de Los Andes y la televisión suiza filmó el documental Violeta
Parra.
Para esta época conoció al gran
amor de su vida, el antropólogo y musicólogo suizo Gilbert Favre, con el que
vivió en Ginebra, pero también se convirtió en el destinatario de sus más
importantes composiciones de amor y desamor: «Corazón maldito», «El gavilán,
gavilán», «Qué he sacado con quererte», entre muchas otras.
El final de
una gran artista
La muerte de Violeta Parra fue
sorprendente para su familia y el mundo, jamas se imaginaron que la autora del
tema más famoso para ese entonces “Gracias a la Vida” fuese la misma persona
que decidió suicidarse, un año después del gran lanzamiento del tema.
“Me falta
algo, no sé qué es. Lo busco y no lo encuentro. Seguramente no lo hallaré
jamás”, fueron algunas de
las palabras que le expresó Violeta a un periodista luego del lanzamiento de su
ultimo disco. Violeta uso un revólver para quitarse la vida y las razones las
dejó plasmada en una carta que guardó su hermano Nicanor.
Dos años antes de ese suceso
(1965) Violeta regresó a Chile e instaló una gran carpa en la comuna de La
Reina con el objetivo de convertirlo en un importante centro de cultura
folclórica, pero la respuesta del público no fue la esperada y por el
contrario, este sitió fue el escenario de su muerte.
“Me
falta algo, no sé qué es. Lo busco y no lo encuentro. Seguramente no lo
hallaré jamás”
Junto a ello, llegó el final de
su relación con Gilbert Favre quien se fue a Bolivia, partida que la inspiró a
crear la canción “Run run se fue pal’ norte”. Ambas acciones colocaron a
Violeta en un estado de ánimo muy vulnerable, que empeoró cuando se marchó a
Bolivia a buscar a su gran amor, pero lo encontró casado.
A pesar del estado
de ánimo, Violeta lanzó en 1966 un disco junto con sus hijos que incluyeron las
últimas composiciones y que se convirtieron himnos humanitarios “Gracias a la
vida” y “Volver a los 17”. Al año siguiente, un cinco de febrero, Violeta
eligió morir, dejando su legado artístico a Chile y al
mundo.
Fuente: Nota de http://www.telesurtv.net (2015)
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