.
FEBRERO 8, 2017
Con este modelo de
país marchamos inexorablemente al fracaso, al menos la inmensa mayoría de los
argentinos. Ya lo vivimos.
Sabía que iban a venir por los derechos de los
trabajadores. Lo supe siempre. También lo advertí en muchas oportunidades.
Querían volver a tener mano de obra barata. Para eso era necesario generar olas
de despidos. Para poder provocar reducción de salarios. Miedo a perder el
trabajo, entonces aceptas cualquier cosa. Angustia de no llegar a fin de mes,
pero más temor a no tener siquiera para poder empezarlo. El miedo ha sido a lo largo de la historia un
gran disciplinador social. La señal de largada de los despidos
empezó en el sector público, como siempre. Y como no podía ser de otra manera,
continúo en el privado.
También sabía que iban a
perseguir. Que iban a cercenar libertades derechos y garantías. Cualquiera que
haya escuchado mi despedida en la Plaza de Mayo, el 9 de diciembre, lo puede
recordar. ¿Dotes de adivina? ¿Nostradamus contemporánea? No, simplemente
conocer la historia de nuestro país y la de los que llegaron al Gobierno. Esta
vez por el voto popular. Por una escasa diferencia (1,5%), es cierto, frente a
pronósticos de propios y extraños que nos auguraban una diferencia de 10 o 12
puntos después de 12 años y medio de gobierno y la oposición -de medios y
corporaciones- más feroz de la que se tenga memoria.
Causas y procesamientos
armados con las “pruebas” de los códigos mediáticos, pero violando todos y cada
uno de los códigos de fondo y de forma vigentes.
Personajes extraditados, que
funcionarios del actual gobierno anunciaban en conferencias de prensa, pondrían
al descubierto los delitos cometidos por funcionarios del anterior, pero que
cuando mencionan como coimeros a jueces o dirigentes políticos oficialistas,
les declaran la falta de mérito y los extraditan.
Difusión pública e ilegal
de escuchas, demostrativas no solo de la persecución a los dirigentes políticos
opositores, sino también de la inocultable interna del propio gobierno y los
intereses encontrados entre los distintos grupos corporativos que forman parte
del mismo sistema.
Divulgación de conversaciones
que convierten a la Argentina en una copia grotesca de esa gran película: “La
vida de los otros” que retrató, como pocas, los regímenes totalitarios de
control social.
Hechos que están convirtiendo al
país en una ciénaga y a la democracia en una parodia.
Es más grave de lo que
pensamos. Es gravísimo, porque la virulencia del ataque y el escalamiento de
los hechos está directamente vinculado a la profundidad del desastre económico.
Y nada permite pensar que vaya a mejorar, pese a las expectativas que el Gran
Diario Argentino dibuja en sus tapas y copian los demás, salvo honrosas
excepciones. Aunque ya se sabe: la excepción marca que hay regla.
El Gobierno debería comprender
que esta metodología, lejos de morigerar los problemas solo va a contribuir a
profundizarlos. La falta de trabajo, la creciente desocupación, la inflación
imparable, el desmantelamiento del Estado y sus programas inclusivos, el cierre
de comercios, los tarifazos, la falta de consumo, entre otros. En síntesis: Los
síntomas de una economía que no está funcionando.
¿O tal vez sí está funcionando?
Pero en lugar de hacerlo para los trabajadores, los científicos, los maestros,
los comerciantes, los empleados, los estudiantes, los jóvenes, las pymes, la
industria nacional, las economías regionales, funciona solo para la
Confederación General de Empresas. Esa posmoderna CGE del neoliberalismo,
conformada por los CEOS que forman parte del Gobierno, la banca extranjera
-como brazo armado del endeudamiento- y el sector agroexportador concentrado.
Por lo que nos enteramos todos
los días -a través de redes y medios de comunicación no oficialistas- pareciera
que para algunos está funcionando más que bien. Y sino pregúntale a la familia
presidencial, a la que le acaban de condonar 70 mil millones de pesos de la
deuda que nunca pagaron por el Correo Argentino. Nada de que asombrarse, ni
sorprenderse: de la Patria Contratista a la Estatización de la deuda de sus
empresas, lo que está pasando es solo un capítulo más de la historia que los
argentinos pareciera estamos condenados a repetir una y otra vez.
El Gobierno debería entender,
que fue posible ganar el balotaje mintiendo y diciendo que iban a dejar todo lo
bueno y solo cambiar lo malo. También que es posible silenciar a parte de la
oposición con un sistema de medios de comunicación cómplices y encubridor que
oculta lo evidente, ataca lo diferente e inventa lo que falta.
Lo que es imposible, y ya
deberían saberlo, es hacerlo siempre y mucho menos en un mundo que el gobierno
no entiende y en un país que no conoce.
Nadie puede estar
contento con lo que está pasando. Nunca fui devota del tanto peor tanto mejor.
Pero con este modelo de país marchamos inexorablemente al fracaso, al menos la
inmensa mayoría de los argentinos. Ya lo vivimos. No es de gente inteligente
suponer que haciendo las mismas cosas vamos a tener resultados diferentes.
Estoy terminando de escribir
estas breves líneas cuando alguien me envía un correo con una nota de Infobae,
el verdadero portal judicial, que ya tiene el escrito que presente esta mañana
en Comodoro Py.
Había pensado viajar a
Dubrovnik, en Croacia. Lugar desde donde partieron hacia Punta Arenas
(inmigrantes) los padres de María Ostoich Dragnich, la matriarca de la familia,
abuela de mis hijos. El 17 de febrero se cumple un nuevo aniversario de su
fallecimiento y el 19 es mi cumpleaños. Hacía años que no me tomaba vacaciones
y la pequeña ciudad es patrimonio histórico de la humanidad, declarada por
UNESCO. Ya se sabe, me encanta la historia. Hasta me criticaron por eso.
Finalmente, es curioso, pero
Ricardo Lorenzetti sigue creyendo que el portal judicial es el de la Corte que
él preside y que además controla las escuchas judiciales. Parodias de la
división de poderes en la Argentina de Macri y ruidosos silencios de los otrora
parlanchines institucionales. Semblanzas apenas, del enorme deterioro y
decadencia de la democracia, en las que estamos inmersos.
Ah… el título de Infobae
“Cristina Kirchner suspendió su viaje a Cr
oacia por las escuchas y le echó la
culpa a Mauricio Macri”, es mentiroso por incompleto. Lo que está pasando… no
solo es responsabilidad de Macri.
http://cfkargentina.com/la-democracia-en-emergencia/
No hay comentarios:
Publicar un comentario