Alejandro
Bercovich
abercovich@diariobae.com
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—Estas
cagadas pasan cuando los temas no se discuten en la mesa chica. Cuando
propusimos los jueces para la Corte fue igual. Aparece uno que se corta solo,
le vende la idea a Mauricio, se manda y nos hace chocar...
Sin eufemismos, como en las
charlas entre Cristina Kirchner y Oscar Parrilli, el balance sobre el plan
Precios Transparentes de un miembro del gabinete en su despacho en la Casa
Rosada distaba de ser positivo a una semana de su implementación. Los
responsables del blooper, sobre quienes se pronunciaron epítetos aún peores en
el entorno más próximo del Presidente, son dos: el latín lover Francisco
Cabrera, como llama Macri a su ministro de la Producción, y el secretario de
Comercio Mike Braun, el PhD de Harvard que compró llave en mano la idea que le
acercó Carlos García, CEO de Garbarino, y que derivó en un encarecimiento
generalizado de los bienes de consumo durables que se venden tradicionalmente
en cuotas.
La preocupación es comprensible
a las puertas de una campaña electoral y se notó en la celeridad con la que los
bancos Nación y Ciudad salieron a ofrecer planes de financiación para el
consumo de hasta 50 cuotas con tasas subsidiadas, a los cuales se sumará en
breve el Provincia. “Con esto al menos vamos a compensar un poco”, comentó a
BAE Negocios el atribulado ministro a cuyo celular acababa de llegar el martes
el informe de la consultora Elypsis que enterraba la promesa de rebajas al
contado del 20% que había hecho el dúo Cabrera-Braun al presentar dos semanas
antes su polémica resolución.
La consultora de Eduardo Levy
Yeyati halló que a siete días de la puesta en marcha del plan, menos de la
mitad de los productos se abarataron al contado y el descuento promedio fue de
apenas el 5%. Una cuarta parte del universo relevado incluso se encareció,
justo al revés de lo previsto. Quienes necesitan pagar en cuotas, en cambio,
vieron subir los precios entre el 20% y el 50% según las asociaciones de
consumidores. Para quienes no poseen una tarjeta de crédito, el sablazo fue aún
peor: Frávega, por caso, ofrecía anteayer planes de 15 cuotas con solo
presentar el DNI, pero con un costo financiero total (CFT) del ¡92,9%!
La prohibición de las cuotas sin
interés era un viejo anhelo de las dos grandes cadenas de electrodomésticos con
presencia en todo el país, enfrentadas desde hacía años con los bancos que las
forzaban a absorber parte del costo financiero implícito de vender en cuotas
“sin interés”. Aunque nada les impedía dejar de promocionar esas financiaciones
y “desinflar” los precios al contado, siempre se cuidaron de hacerlo porque las
cuotas eran un imán para los clientes. La resolución que empujó el hábil Carlos
García (quien le propuso lo mismo sin éxito al menos media docena de veces al
antecesor de Braun, Augusto Costa) les sirvió a ambas cadenas para salir de esa
encerrona y avanzar sobre la pata financiera de su propio negocio. Ahora dejaron
de compartirlo por la fuerza con los bancos, pero a costa de los consumidores.
La reforma, además, dejó a la intemperie a los comercios más chicos, que ahora
tendrán más difícil vender a plazo.
Lucha de
clases
Nicky Caputo, el viejo amigo y socio de Macri que volvió a frecuentarlo con asiduidad tras haber compartido Año Nuevo con su familia en Villa La Angostura, es uno de los miembros de la mesa chica gubernamental que más subraya la necesidad de que el consumo vuelva a crecer con vigor antes de las elecciones. Para todos los que coinciden con él, Precios Transparentes fue un tropezón que se compensará con los esfuerzos de los bancos públicos, con la cuota de abril de la movilidad jubilatoria y con el pago retroactivo a los pasivos con haberes mal liquidados. En ese sector del oficialismo se especula con que las paritarias también empujarán, aunque no en todos los sectores. Solo en los que puedan aumentar los sueldos algo más que la inflación.
Nicky Caputo, el viejo amigo y socio de Macri que volvió a frecuentarlo con asiduidad tras haber compartido Año Nuevo con su familia en Villa La Angostura, es uno de los miembros de la mesa chica gubernamental que más subraya la necesidad de que el consumo vuelva a crecer con vigor antes de las elecciones. Para todos los que coinciden con él, Precios Transparentes fue un tropezón que se compensará con los esfuerzos de los bancos públicos, con la cuota de abril de la movilidad jubilatoria y con el pago retroactivo a los pasivos con haberes mal liquidados. En ese sector del oficialismo se especula con que las paritarias también empujarán, aunque no en todos los sectores. Solo en los que puedan aumentar los sueldos algo más que la inflación.
¿Será el Gobierno el que decida
quiénes pueden y quiénes no? Jorge Triaca lo dijo clarito en un encuentro que
compartió con los ojos y oídos del Presidente, Mario Quintana y Gustavo
Lopetegui, tras la reunión del lunes en la que ambos coordinadores ordenaron a
las cámaras de bancos no pagar el aumento que tres de ellas habían pactado con
el sindicato. “Las paritarias son libres hasta que afectan a otros sectores o
al conjunto de la economía”, afirmó allí el ministro de Trabajo. El 24% a
cuenta que cerró La Bancaria, al parecer, era un mal ejemplo para el resto. “Eso
no era un acuerdo paritario. Era un arreglo entre Brito, Melco y Palazzo”,
agregaron cerca suyo ante BAE Negocios, no sin algo de rencor contra el
eyectado jefe del Nación, cuyo amigo y vice Enrique Szewach seguirá al frente
de la entidad mientras dure la larga recuperación que le espera a Javier
González Fraga de su intervención cardíaca.
El otro gremio que el Gobierno
apunta a disciplinar para que el resto modere sus pretensiones es el docente,
que se encamina a no iniciar el ciclo lectivo ante la negativa oficial a
convocar a la paritaria nacional que siempre antecede a las negociaciones en
cada provincia. “El conflicto se venía igual. Lo que evitamos al no llamar a
esta paritaria es fijar un piso para sueldos que nosotros no pagamos. El año
pasado terminó siendo peor haberlo hecho”, reflexionó ante este diario el
ministro con despacho en la Rosada. Lo que no esperaba el Gobierno era que la
CGT le diera demasiado aire al reclamo docente. “Es insólito que reciban a
sindicatos que no pertenecen a la CGT, después de todo lo que les dimos”, se
ofuscaban anoche cerca de Triaca.
Bizcocho y
algo más
Mientras se discutan las paritarias, una mesa de campaña integrada por Rogelio Frigerio y los recientemente reconciliados Emilio Monzó y Marcos Peña definirá junto con Macri los nombres para encabezar las listas que se presentarán a fines de junio para las elecciones de octubre. Elisa Carrió competirá donde ella prefiera, aunque en el PRO especulan con que sus problemas de salud la inclinarán por el distrito porteño, menos exigente físicamente que la inabarcable provincia de Buenos Aires. Resta definir quién enfrentará a Cristina Kirchner si, como cree el oficialismo, la exmandataria va por esa banca en el Senado.
Mientras se discutan las paritarias, una mesa de campaña integrada por Rogelio Frigerio y los recientemente reconciliados Emilio Monzó y Marcos Peña definirá junto con Macri los nombres para encabezar las listas que se presentarán a fines de junio para las elecciones de octubre. Elisa Carrió competirá donde ella prefiera, aunque en el PRO especulan con que sus problemas de salud la inclinarán por el distrito porteño, menos exigente físicamente que la inabarcable provincia de Buenos Aires. Resta definir quién enfrentará a Cristina Kirchner si, como cree el oficialismo, la exmandataria va por esa banca en el Senado.
Sergio Massa siente que la
polarización entre Macri y Cristina licúa su papel y por eso replanteará su
estrategia con su asesor ecuatoriano Sergio Bendixen, a quien espera para los
próximos días. El renovador también aguarda el regreso al país de Roberto
Lavagna, previsto para el martes próximo. Apuesta a que su artillería contra el
plan económico oficial también ayude a reposicionar su propia candidatura.
Uno de los aspectos sobre los
que machacará Lavagna, como ya hizo meses atrás, es el vertiginoso raíd de
endeudamiento público que pilotea el ministro de Finanzas, Toto Caputo, para
postergar un ajuste fiscal que Nicolás Dujovne recién prevé encarar en 2018. El
riesgo de que se vuelva insostenible en el corto plazo ya fue advertido por
Melconian antes de su despido. A lo que todavía no se decidió el massismo es a
denunciar un aspecto mucho más controvertido de ese proceso, incluso para los
actores de la City que se quedaron afuera del negocio: la prioridad que asigna
el primo de Nicky a la banca extranjera, para la que trabajó toda la vida.
Las preguntas sobre las últimas
emisiones empiezan a acumularse. No solo el Deutsche Bank (que viene de
presidir Caputo) viene brillando entre los bancos emisores que contrata el
Estado para cada colocación de deuda, sino que además es el único banco
extranjero sin oficinas en Argentina que participó de la última, a mediados de
enero, por u$s 6.000 millones. Su sucursal en Buenos Aires, que tenía 128 años
y empleaba a unas 100 personas, fue cerrada unos días antes de la asunción de
Macri.
Hay algo en danza más sensible
aún, que incluso podría derivar en causas penales si se comprobara que Caputo
lo favorece: una operatoria conocida entre los banqueros como “hacer bizcocho”,
consistente en obtener ganancias de capital de la venta de bonos de la deuda
para los cuales la oferta supera la demanda. Como suelen quedar clientes ávidos
de conseguir esos bonos al cabo de cada colocación y los bancos emisores saben
quiénes son y cuánto están dispuestos a pagar, pueden ganan dinero fácil con
solo mantener esos títulos en su cartera (o en la de sus clientes favoritos)
durante unas horas. Mejor que la bicicleta.
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