*El inventor del protocolo que permite conectarse a las computadoras asegura que Internet está ingresando en una etapa superior, al convertirse en interplanetaria.
Unos días atrás, caminando por las oficinas argentinas de Google, Vint Cerf tropezó con una mesa y cayó al suelo. Entonces alguien hizo un chiste que estaba servido en bandeja: “Uy, se cayó Internet”, espetó y corrió una carcajada. Es que Vint Cerf, en efecto, es Internet. Ahora también es vicepresidente de Google en su cargo de “evangelizador de la red”. Pero para la comunidad tecnológica mundial, Cerf es el hombre que junto a Bob Kahn en 1973 pensó el protocolo TCP/IP por el cual las computadoras se conectan entre sí. Con apenas treinta años, Cerf trabajaba en el área de defensa e investigación de los Estados Unidos (Darpa), lugar del cual salieron los primeros experimentos de conexión entre computadoras. Afuera corría la Guerra Fría y el Sputnik soviético surcaba los cielos interestelares. La estructura de Internet fue diseñada para evitar ataques nucleares; pero jamás nadie pensó que iba a tomar el tamaño actual.
Con la Guerra Fría acabada, Cerf fundó las dos organizaciones que todavía hoy funcionan como la estructura política de Internet: la Icann, organismo que administra los números de Internet (IP) entre otras cosas, y la Internet Society, organización que trabaja en ofrecer soluciones tecnológicas vinculadas a la red. Así que, hay que repetirlo: Vint Cerf es Internet. Aun a pesar de su increíble capacidad de predicción, Cerf jamás pensó en sus comienzos que las 4300 millones de direcciones disponibles en la versión inicial de Internet (IPv4) iban a terminarse. Pues bien, eso sucedió este año, cuando la Icann se quedó sin reservas de direcciones IPv4. Recién entonces se aceleró un cambio que venía muy paulatinamente hacia una tecnología nueva llamada IPv6, que tiene una cantidad espectacular de direcciones disponibles (3,4 x 10 a la 38).
En conversación con Página/12 en una de esas oficinas donde “Internet se cayó”, Cerf observa una calcomanía pegada en la computadora de este cronista y se pone contento: “¿Estás listo para IPv6?”, dice la calco. “Yo le haría esa pregunta a cada proveedor de la Argentina”, sentencia.
–¿Usted cree que el cambio de IPv4 a IPv6 está yendo lento?
–Este año se acabaron las IPv4. Pero nosotros nos dimos cuenta en 1992 de que eso iba a pasar. Cuando diseñamos IPv6 trabajamos fuertemente para conservar la versión anterior, y eso funcionó tan bien que no se nos acabaron hasta 2011. Ahora estamos vacíos. Lacnic (el órgano que controla Internet en América latina) tiene algunas direcciones, Arin (Estados Unidos) también tiene algunas. Pero Apnic (Asia y el Pacífico) ya no tiene más direcciones IPv4.
–¿Y por qué no incorporan el nuevo protocolo?
–Los proveedores de Internet están diciendo dos cosas: primero, “los usuarios no me piden IPv6, ¿por qué debería dárselos?”. Pero los usuarios ni siquiera saben de qué se trata. Saben de nombres de dominio y direcciones, pero nunca van a pedir IPv6, ni siquiera por IPv4, porque no saben que existe. Es una respuesta tonta. La segunda cosa es que están diciendo básicamente que aunque se acaben las direcciones todavía pueden servir a sus usuarios con la IPv4 sin problema. No están preocupados en implementarlo, porque no se les acaban a ellos. Pero no entienden que el usuario en América latina tiene que hablar con alguien a quien que se le acabó el IPv4 en Asia y la única forma de hacerlo es sirviendo IPv6 para ver a alguien que ya no tiene IPv4. Y se rehúsan a reconocer estas cosas. Algunos proveedores como Comcast en Estados Unidos son muy agresivos en implementar IPv6, otros están esperando demasiado tiempo. Algunos creo que piensan que están ahorrándose plata pero les va a costar más al final. ¡Hay que implementarlo ahora!
Hace 38 años, Vint Cerf era menos conocido que su padre Vinton Thurston Cerf, un ejecutivo espacial. Se recibió de matemático en la Universidad de Stanford, trabajó en IBM, se doctoró en la UCLA, donde conoció a Bob Kahn, quien ya trabajaba en Arpanet, la primera red de la cual surgió Internet. En ese entonces, Cerf y Kahn subestimaron su propio invento. “En 1973, cuando estábamos trabajando en el diseño, pensamos que había tres grandes redes en Estados Unidos: una era Arpanet, otra era la radial y otra era la satelital. Pero estas redes son caras, pensamos. No habrá más de una o dos por país. Si hay 120 países, entonces 256 redes deberían ser más que suficientes. Además estábamos haciendo un experimento. No pensábamos en hacerlo como una cuestión comercial, sólo tratábamos de ver cómo funcionaba la tecnología. De pronto creció muy rápido cuando apareció la tecnología de ethernet y teníamos millones de redes. De hecho, con IPv4 interpretamos que había que cambiar estas redes que iban a ser millones, pero aun así nos quedamos sin direcciones en 2011.”
El lector podría pensar que con la nueva versión de Internet habrá lugar para casi cada átomo del planeta. Pero Cerf va más allá, siempre va más allá: lleva años trabajando en la creación de una Internet Interplanetaria junto a la NASA, desarrollando una tecnología que permita comunicarse a través de los planetas y las naves espaciales. El desarrollo fue iniciado por Cerf a través del Jet Propulsion Laboratory y desde hace unos años los satélites enviados al espacio también llevan esta tecnología que permite comunicarse a través del espacio interestelar. “Pasamos a un nivel diferente de Internet”, dice Cerf.
–¿A qué se refiere?
–Usamos dos niveles de direcciones de Internet. Si alguien está en Marte y quiere mandar algo a la Tierra hay dos niveles de routers: primero hay que saber dónde está la Tierra. Y luego, en algún lugar de la Tierra, saber dónde está yendo uno realmente en el planeta. En la parte interestelar sólo hay que preocuparse por cómo llegar al planeta, y luego de tener este destino, entonces entra en juego la dirección local.
–Si no fuera usted, no le creería una sola palabra.
–(Se ríe.) Estamos estandarizando protocolos planetarios. Las naves espaciales ya están usando el protocolo interplanetario. El mismo protocolo está en Marte, estamos empujando esta tecnología paso a paso, misión por misión.
–O sea que si hubiese Internet en Marte, usaríamos directamente IPv6 desde el principio.
–También podemos usar IPv4. Las direcciones son independientes, los routers que van entre planetas hablan en otro idioma. Primero nos fijamos si vamos al planeta correcto, o al satélite correcto, y luego vemos en el interior.
*Por Mariano Blejman
@blejman
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