La Argentina, en el puesto 17 de un ranking mundial de la felicidad
El estudio mide la esperanza de
vida al nacer, el bienestar autopercibido y la huella ecológica, que indica el
impacto ambiental de la actividad humana. Costa Rica encabeza la tabla. Otros
países americanos también están bien arriba.
En medio de crisis económicas,
subas y bajas, y estadísticas que calculan el bienestar social en distintas
partes del mundo, un informe internacional demostró una vez más que la
felicidad no podrá comprarse, pero puede medirse. Según la tercera edición del
“Happy Planet Index” (Índice Planeta feliz) organizado por la New Economics
Foundation (NEF) la Argentina es uno de los 20 países más felices del mundo.
Ocupa el lugar 17.
El primer puesto lo ocupa Costa Rica, y el último es para Botswana, al sur de África, lugar donde, hace dos meses, el rey Juan Carlos de España viajó para matar elefantes, pero terminó lastimado y tuvo, además, que pedir disculpas.
Para efectuar la medición se contemplaron tres componentes fundamentales: el bienestar que los habitantes de una nación dicen tener (la autopercepción), la esperanza de vida al nacer (un dato objetivo), y la huella ecológica de cada país. Este último es un indicador de las acciones que se hacen a favor del ambiente en comparación con el uso y abuso de recursos naturales y actividades que dañan al ecosistema. En la medición de las huellas ecológicas se tuvo en cuenta, por ejemplo, el área ocupada por la infraestructura, y el área requerida para absorber emisiones de CO2.
De esta manera, para explicarlo con un ejemplo, el CO2 asociado con la fabricación de un teléfono celular fabricado en China, pero comprado por alguien que vive en Chile, sumará a la huella ecológica chilena.
Vietnam ocupó el segundo lugar de los países más felices, con una calificación de 60,4 y Colombia el tercero, con 59,8 puntos. Los últimos tres lugares los ocupan Qatar, con 25,2 puntos; Chad, con una calificación de 24,7 y Botswana con 22,5 puntos.
Según el documento, los costarricenses le dan una calificación de 7,3 a su vida, la esperanza de vida al nacer es de 79,3 años y la huella ecológica es de 2,5 g per cápita. Estas características dan a Costa Rica una calificación global de 64. Según el informe, sus habitantes viven vidas largas y felices, utilizando sólo una fracción de los recursos de planeta. “Es un modelo económico que realmente puede llevar a vidas saludables, felices y sostenibles.” Por algo los “ticos”, como les dicen y se llaman a sí mismos, tienen como lema, e incluso saludo, la frase “¡pura vida!”
La Argentina ocupó el puesto 17, entre Pakistán y Albania, ya que según el informe los argentinos puntuamos en 6,4 nuestro bienestar, la expectativa de vida es de 75,9 años y 2,7 es el puntaje en huella ecológica.
Los más felices, en general pertenecen a Centro y Sudamérica. En el top ten figuran Jamaica, Panamá, Nicaragua, Venezuela y Guatemala. Mientras que países considerados del Primer Mundo, como Gran Bretaña, Estados Unidos, Alemania y Francia, figuran recién después del puesto 50˚.
“A los largo de la historia, nos hemos adherido a modelos incompletos que sólo miden el desarrollo económico. El Producto Bruto Interno (PBI) fue usado como un indicador de progreso nacional”, expresó Nic Marcs, coautor del estudio en un comunicado de prensa.
Sin embargo, en el estudio aseguraron que en el siglo XXI, políticos, organizaciones no gubernamentales, académicos y el gran público pueden mirar más allá del crecimiento económico para poder entender el progreso.
“El objetivo es llegar a un acuerdo general en el que la actividad económica sea vista como un medio para alcanzar el bienestar social, y no como un fin en sí mismo.” Este punto se vio reflejado en el estudio, ya que de los 40 primeros países que poseen el más alto índice de felicidad, sólo cuatro tienen un PBI per cápita de más de 15 mil dólares.
Estados Unidos se ubicó en el puesto 105˚, de un total de 151 países, manifestándose como uno de los países de ingresos altos, pero que ha sido rebajado en la tabla por su puntaje en cuanto a huella ecológica, de 7,2. El argumento es claro: una sociedad que alcanza un alto bienestar en el presente, pero con un consumo tan alto que no deja recursos suficientes para futuras generaciones, “no puede ser considerada como una actuación acertada”, destacó el informe. Mientras los países de ingresos altos, caen en la tabla de la felicidad, debido a sus huellas ecológicas elevadas, los países latinoamericanos de desarrollo alto y medios tienden a anotarse en lo más alto en cuanto a la expectativa de vidas largas y felices, con una huella ecológica relativamente baja. En conclusión, los resultados del índice 2012 confirman que pocos países son capaces de combinar el éxito en los tres componentes que miden la felicidad, según estos indicadores. <
El primer puesto lo ocupa Costa Rica, y el último es para Botswana, al sur de África, lugar donde, hace dos meses, el rey Juan Carlos de España viajó para matar elefantes, pero terminó lastimado y tuvo, además, que pedir disculpas.
Para efectuar la medición se contemplaron tres componentes fundamentales: el bienestar que los habitantes de una nación dicen tener (la autopercepción), la esperanza de vida al nacer (un dato objetivo), y la huella ecológica de cada país. Este último es un indicador de las acciones que se hacen a favor del ambiente en comparación con el uso y abuso de recursos naturales y actividades que dañan al ecosistema. En la medición de las huellas ecológicas se tuvo en cuenta, por ejemplo, el área ocupada por la infraestructura, y el área requerida para absorber emisiones de CO2.
De esta manera, para explicarlo con un ejemplo, el CO2 asociado con la fabricación de un teléfono celular fabricado en China, pero comprado por alguien que vive en Chile, sumará a la huella ecológica chilena.
Vietnam ocupó el segundo lugar de los países más felices, con una calificación de 60,4 y Colombia el tercero, con 59,8 puntos. Los últimos tres lugares los ocupan Qatar, con 25,2 puntos; Chad, con una calificación de 24,7 y Botswana con 22,5 puntos.
Según el documento, los costarricenses le dan una calificación de 7,3 a su vida, la esperanza de vida al nacer es de 79,3 años y la huella ecológica es de 2,5 g per cápita. Estas características dan a Costa Rica una calificación global de 64. Según el informe, sus habitantes viven vidas largas y felices, utilizando sólo una fracción de los recursos de planeta. “Es un modelo económico que realmente puede llevar a vidas saludables, felices y sostenibles.” Por algo los “ticos”, como les dicen y se llaman a sí mismos, tienen como lema, e incluso saludo, la frase “¡pura vida!”
La Argentina ocupó el puesto 17, entre Pakistán y Albania, ya que según el informe los argentinos puntuamos en 6,4 nuestro bienestar, la expectativa de vida es de 75,9 años y 2,7 es el puntaje en huella ecológica.
Los más felices, en general pertenecen a Centro y Sudamérica. En el top ten figuran Jamaica, Panamá, Nicaragua, Venezuela y Guatemala. Mientras que países considerados del Primer Mundo, como Gran Bretaña, Estados Unidos, Alemania y Francia, figuran recién después del puesto 50˚.
“A los largo de la historia, nos hemos adherido a modelos incompletos que sólo miden el desarrollo económico. El Producto Bruto Interno (PBI) fue usado como un indicador de progreso nacional”, expresó Nic Marcs, coautor del estudio en un comunicado de prensa.
Sin embargo, en el estudio aseguraron que en el siglo XXI, políticos, organizaciones no gubernamentales, académicos y el gran público pueden mirar más allá del crecimiento económico para poder entender el progreso.
“El objetivo es llegar a un acuerdo general en el que la actividad económica sea vista como un medio para alcanzar el bienestar social, y no como un fin en sí mismo.” Este punto se vio reflejado en el estudio, ya que de los 40 primeros países que poseen el más alto índice de felicidad, sólo cuatro tienen un PBI per cápita de más de 15 mil dólares.
Estados Unidos se ubicó en el puesto 105˚, de un total de 151 países, manifestándose como uno de los países de ingresos altos, pero que ha sido rebajado en la tabla por su puntaje en cuanto a huella ecológica, de 7,2. El argumento es claro: una sociedad que alcanza un alto bienestar en el presente, pero con un consumo tan alto que no deja recursos suficientes para futuras generaciones, “no puede ser considerada como una actuación acertada”, destacó el informe. Mientras los países de ingresos altos, caen en la tabla de la felicidad, debido a sus huellas ecológicas elevadas, los países latinoamericanos de desarrollo alto y medios tienden a anotarse en lo más alto en cuanto a la expectativa de vidas largas y felices, con una huella ecológica relativamente baja. En conclusión, los resultados del índice 2012 confirman que pocos países son capaces de combinar el éxito en los tres componentes que miden la felicidad, según estos indicadores. <
¿Qué se evalúa?
1 El bienestar que los
habitantes dicen tener. Fue evaluado usando “la Escala de Vida”, donde 0
representa la peor vida posible y 10 la mejor vida posible.
2 La esperanza de vida al nacer. Junto al bienestar experimentado, este índice tiene que ver con la cantidad de años vividos en forma feliz. Se tuvo en cuenta la expectativa de vida .
3 La huella ecológica. La medida de consumo de recursos per cápita. Estima la cantidad de tierra requerida para sostener el modelo de consumo de un país, moderado en términos de hectáreas globales.
4 Para realizar este índice de felicidad planetario se utilizó un sistema semáforo: el verde, lo bueno, el amarillo, lo regular, y el rojo, mal en los componentes anteriores.
El mate más amargo de la
región
A pesar de compartir con Costa
Rica el primer lugar de la mayoría de los índices de calidad de vida,
democracia y libertad de América Latina, Uruguay es uno de los países menos
felices del mundo.
Según el índice de felicidad planetaria, la República Oriental del Uruguay se ubica en los últimos lugares de la tabla, en la posición 93˚. De esta forma, los uruguayos se situaron últimos en este ranking de felicidad regional.
Ese país consiguió 39,3 puntos como resultado del índice general. El informe destacó que el país posee una expectativa de vida de 77 años, una apreciación sobre su bienestar de 6,1 puntos, y 5,1 en huella ecológica.
La escasez de felicidad en el territorio no es novedad. En mayo de este año Uruguay ocupó el puesto 50˚ en un índice de felicidad elaborado por The Earth Institute a petición de Naciones Unidas.
Según parece, pues, ni las sonrisas cosechadas con el cuarto puesto en el mundial de Sudáfrica, ni la elección de Diego Forlán como mejor jugador de esa competencia, ni el título celeste en la última Copa América son lo suficientemente efectivos para convertirse en bálsamos anti-tristeza.
Desde la colera posición 93ª, los charrúas tienen desde ayer otro motivo más para levantar el ánimo, ya que, según publicó el diario montevideano El País, la aparición del pasaporte que Carlos Gardel tenía encima en el momento del trágico accidente de avión en el que perdiera la vida, develó el misterio sobre el lugar donde nació el Zorzal.
El dato hallado deja en el camino la tesis de que Gardel había nacido el 11 de diciembre de 1890 en Tolouse, Francia. De acuerdo al documento, en parte quemado por el incendio del avión en que viajaba cuando se estrelló en Medellín, Colombia, Gardel nació en Tacuarembó. Pero este dato aún no fue medido por los que determinan la felicidad mundial.
Según el índice de felicidad planetaria, la República Oriental del Uruguay se ubica en los últimos lugares de la tabla, en la posición 93˚. De esta forma, los uruguayos se situaron últimos en este ranking de felicidad regional.
Ese país consiguió 39,3 puntos como resultado del índice general. El informe destacó que el país posee una expectativa de vida de 77 años, una apreciación sobre su bienestar de 6,1 puntos, y 5,1 en huella ecológica.
La escasez de felicidad en el territorio no es novedad. En mayo de este año Uruguay ocupó el puesto 50˚ en un índice de felicidad elaborado por The Earth Institute a petición de Naciones Unidas.
Según parece, pues, ni las sonrisas cosechadas con el cuarto puesto en el mundial de Sudáfrica, ni la elección de Diego Forlán como mejor jugador de esa competencia, ni el título celeste en la última Copa América son lo suficientemente efectivos para convertirse en bálsamos anti-tristeza.
Desde la colera posición 93ª, los charrúas tienen desde ayer otro motivo más para levantar el ánimo, ya que, según publicó el diario montevideano El País, la aparición del pasaporte que Carlos Gardel tenía encima en el momento del trágico accidente de avión en el que perdiera la vida, develó el misterio sobre el lugar donde nació el Zorzal.
El dato hallado deja en el camino la tesis de que Gardel había nacido el 11 de diciembre de 1890 en Tolouse, Francia. De acuerdo al documento, en parte quemado por el incendio del avión en que viajaba cuando se estrelló en Medellín, Colombia, Gardel nació en Tacuarembó. Pero este dato aún no fue medido por los que determinan la felicidad mundial.
Encuesta de Gallup - EL OBJETIVO
Según una encuesta de TNS
Gallup, publicado en abril, un 45% de los argentinos aseguraron que la
felicidad es uno de los objetivos más importantes de la vida. Le siguen el amor
y la paz. El 54% de quienes lo desean tienen entre 18 a 24 años.
Sube y baja
En el índice de felicidad de
2009, República Dominicana ocupó el segundo lugar con una puntuación de 70,6, y
descendió 20 puntos, ubicándose este año en el puesto 33˚ con 50,7 puntos.
Los estadounidenses
son apenas un poco más felices en comparación al índice de 2009. En la
actualidad ocupan el lugar 105 en la tabla con 37,3 puntos. En el ranking de
2009 se ubicaron el puesto 114˚.
Tiempo Argentino
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