Los gigantes de Internet concentran
datos planetarios dentro de Estados Unidos a una velocidad asombrosa. Y,
mientras tanto, la National Security Agency construye un gran backup mundial.
Súbanlo
todo que nosotros se lo guardamos, parecen decir las sugerentes marquesinas
virtuales alrededor del planeta: Google, Facebook, Amazon, RedHat, Ubuntu,
DropBox, GrooveShark (podría seguir) ofrecen servicios de almacenamiento en “la
nube”, ese espacio que queda en algún lejano lugar llamado Internet. Curiosa la
climatología virtual que se las ha arreglado para llevar las nubes siempre para
el mismo lado: la estructura de la información que están montando los gigantes
de la red va a ser más grande que la de cualquier Estado y va a estar guardada
(¿dónde si no?) en Estados Unidos o al menos controlados desde allí. ¡Aleluya!
Estamos salvados: los datos están bien guardados en el país de la libertad.
Google, Facebook, Apple y Amazon, los grandes jugadores de la nube, están
construyendo inmensos centros de datos en las zonas áridas y, lo que es todavía
más simpático, la NSA (National Security Agency, agencia de espionaje desde
Estados Unidos hacia afuera) también está guardándolo todo en el backup más
ambicioso del planeta.
Umberto
Eco decía que las sociedades han avanzado sobre la base de perder montañas de
información de una generación a otra. Esta vez, Internet podría permitir viajar
al pasado con un nivel de precisión espantosa. Facebook tiene apenas ocho años
y anda a los tumbos en la Bolsa de Nueva York, pero más allá de la cuestión
coyuntural es una máquina de guardar datos, fotos, videos, mensajes y
conexiones. ¿Hasta cuándo? ¿Dónde? “El tema de infraestructura va a ser nuestro
mayor desafío”, dijo Mark Zuckerberg –su creador– cuando anunció su salida a la
Bolsa. Imagínese el lector una línea de tiempo (esa función que estrenó hace un
tiempo en Facebook) que llegue cien años para atrás. El lector dirá que
seguramente Facebook no va a existir dentro de cien años, pero el asunto es que
los datos van a quedar bien guardados no importa la empresa que los muestre, incluso
aunque usted piense que los ha borrado para siempre.
Los
gigantes sociales guardan celosamente la información sobre los lugares, la
cantidad de servidores que tienen, los tipos de hardware que compran y toda
aquella información que pudiera afectar a su negocio y por lo tanto su
credibilidad. Eso era así hasta que Facebook decidió abrir su información de
infraestructura: ha elegido Prineville, una ciudad de Oregon, para instalar uno
de sus nuevos inmensos centros de datos, algo así como el corazón de nuestra
memoria. ¿Y por qué eligieron Prineville? Ese recóndito pueblo de Oregon es
algo así como el Tíbet de América del Norte, seco, con sol pero fresco, alejado
de la humanidad para salvarla.
Mientras
Facebook –una empresa cerrada, que exige usuario y clave a sus usuarios para
ingresar– está dispuesto a mostrar sus centros de datos, Google –que ha hecho
culto de lo abierto– esconde información sobre cómo, cuándo y dónde guarda los
datos de miles de millones de personas. La organización de los centros de datos
en Google es secreto de Estado, incluso la compañía es conocida por mantener
los servidores en cajas completamente negras para evitar ser vistas. Por su
parte, Microsoft ha realizado un camino intermedio: si bien no ha abierto todos
sus datos ha publicado información relevante sobre la organización de los
centros de datos. Parece que Oregon se ha puesto de moda, también Apple
construye un gran centro de datos en el desierto de Prineville “similar” al que
se encuentra a unos pocos kilómetros, en el mundo de Facebook. La increíble
nube de Amazon –que además de funcionar para la empresa de libros ofrece un
fantástico servicio de virtualización de servidores– es todavía más oculta que
la de Google: nadie sabe exactamente el tamaño de sus servidores ni el diseño
de su infraestructura. Ni siquiera dónde compra el hardware.
Pero
si hay una “empresa” dispuesta a guardarlo todo, y también lo hace en Estados
Unidos, ésa es la National Security Agency, que construye en Utah un centro de
datos que pretende interceptar, descifrar, analizar y guardar vastos volúmenes
de datos de todos los cables submarinos y satélites posibles locales,
nacionales e internacionales. Según publicó la revista Wired, el centro de
guardados estará “operativo” en septiembre de 2013 y promete ser el backup más
intrusivo de la historia de Internet. ¿Qué van a guardar? Todo: llamadas
telefónicas, correos privados, recibos de estacionamientos, itinerarios de
estacionamientos, compras de libros, cualquier cosa que esté en Internet. O
sea, cualquier cosa.
Según
describe la Wired, el centro de Utah es el sueño borgeano del Aleph hecho
realidad: la historia universal vista desde todos los puntos de vista en un
solo lugar. Cabe decir que la diferencia entre el panóptico de Michel Foucault
–la idea de que el control se efectúa sobre la presunción de que alguien podía
ser mirado– es un tanto diferente aquí: el control se efectúa sobre la certeza
de que todo está siendo guardado. Es la concreción de un viejo proyecto de
George W. “Orwell” Bush que en 2003 se detuvo por presión pública, y que no se
contenta con guardar cualquier tipo de información sino con quebrar cualquier
tipo de código. La NSA tiene la habilidad de romper sistemas de encriptación
usados no sólo por el gobierno alrededor del mundo sino también en cualquier
computadora personal. Cualquier persona que pueda comunicarse es un objetivo:
corre el riesgo de ser taggeada.
Mariano Blejman- @blejman / @cult_digital
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