Fue otro día más en Buenos Aires. El tránsito atroz, el
vértigo en las calles, los medios de transporte funcionando, los comercios
abiertos, los cafés y restaurantes sirviendo viandas, con el plasma/TV clavado
en TN… acaso socarronamente, para que los parroquianos se sintieran parte de un
paro tan estéril como innecesario.
Estéril porque no ha habido gobierno, desde la recuperación
de la democracia, que haya hecho tanto por los trabajadores como los de Néstor
y Cristina Kirchner. Innecesario porque el origen del paro es político y
sinsentido. Y si el objetivo (lo único que se me ocurre) es zanjar cuestiones
políticas, lo que hay que hacer es formar un partido, presentarse en las
elecciones, y ganar!, si le da el cuero. Así funciona la democracia. Todo los
demás son bravuconadas, aprietes, bluf o mate cocido (llena pero no engorda).
Jueguitos para la tribuna que en este caso, más que en ningún otro, lo mira por
TV.
Porque fue por TV que decidió/anunció este paro, durante un
programa reporteado por MB (no apto para diabéticos) que daba vergüenza ajena.
Con un Moyano cómodo, distendido, como quien se siente en su casa, y un
periodista cómplice (hasta no hace mucho, ejecutor serial de sindicalistas),
haciéndole la “segunda voz”, como si esa canción hubiese sido escrita “a
pedido” para ese dueto… por el abyecto de Magnetto.
El paro se convocó por televisión y en un momento en el que
la paritaria de camioneros había cerrado pero, no se comunicaba para especular
con ella. Pero luego, cuando los patrones temerosos de incurrir en un lock out
patronal escupieron el porcentaje del acuerdo, desnudaron lo perverso de una
medida que sólo atiende a las miserables apetencias particulares de un
dirigente que ha trocado de ambicioso a angurriento.
El argumento del piso de Ganancias está invalidado por datos
que la propia Presidenta se encargó de dar a conocer: de los poco más de 9
millones de trabajadores registrados que hay en el país, sólo el 19 por ciento
paga impuesto a las Ganancias o mejor expresado, “a los altos ingresos”. El 81
por ciento restante, no llega al mínimo no imponible. Hay además, un 32 por
ciento de trabajadores informales o “en negro”, como se los denomina
habitualmente, y un 7 por ciento de desocupados que están cubiertos por la
Asignación Universal por Hijo. Pero, además, el propio discurso de Moyano, su
pretendida confrontación con la Presidenta, sus referencias a los pobres (que,
naturalmente no pagan ese impuesto), sus citas permanentes a Perón y a Evita,
su convocatoria a la “unión nacional” recordando el abrazo de Balbín y Perón
hablan, a las claras, de un discurso proselitista, que pretende votos o
adhesiones, y no soluciones para los trabajadores.
El de ayer, fue un día más en Buenos Aires. Y mucho más “un
día como tantos” en el Interior, donde no hubo casi movilizaciones, esto dicho
incluso por los diarios opositores al Gobierno. Fue un día de tránsito complejo
(como tantos otros días en esta ciudad), de ritmo febril, de comercios y bancos
abiertos, de transportes funcionando y con un acto en la mítica Plaza de Mayo,
a mitad de la jornada. Bahhh, en media plaza, ocupada además, por el escenario.
Allí, un dirigente gremial quiso armar una suerte de
exhibición de poder (cuando todos sabemos que quien realmente tiene poder no
necesita exhibirlo) y terminó mezclando aserrín con pan rallado. No hubo una
plena representación de los trabajadores: hubo una dirigencia sindical que
desde hace meses busca pulsear con el Gobierno. No hubo reclamos que incluyeran
a todo el Pueblo trabajador. No hubo política sindical sino política a secas.
Hubo un dirigente aclarando que no era “un paro de la CGT”
porque evidentemente la convocatoria no era gran cosa. Un dirigente que sin
dejar de citar enfáticamente a Perón y Eva Perón, llevaba a cabo la antítesis del
sus pensamientos: “un paro a un Gobierno peronista”. Porque el de Cristina
Fernandez de Kirchner es un gobierno peronista, mas allá de la oralidad o el
discurso.
“Peor que un oligarca, es un traidor a su clase”, Eva Perón
dixit. De todas maneras, los Trabajadores, ya han elegido.
www.anibalfernandez.com
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