ELSA BRUZZONE / RNV – En los últimos tiempos Sudamérica
se ha visto sometida a una especie de ofensiva por parte del llamado Comando
Sur de los EEUU con sucesivos intentos de instalar nuevas bases militares en la
Región, como en el caso que denominamos “El Comando Sur en El Chaco”
rápidamente abortado gracias a la inmediata y eficaz acción de las autoridades
del gobierno argentino. Pero otros casos, en cambio, han tenido pleno éxito
como los que denominamos “el Comando Sur en Chile” y “el Comando Sur en Perú”.
Habría que preguntarse a qué se debe esta ofensiva que despliega el mencionado
comando.
Quizá sea una contrapartida por la exitosa evolución que va
tomando el desarrollo de la Celac y de Unasur con su Consejo Sudamericano de
Defensa, o el abandono de su adhesión al TIAR por parte del resto de los países
del Alba que aún se mantenían en este Tratado.
Quizá aprecian que ha llegado la hora de cerrar el cerco de
vigilancia militar sobre los ingentes recursos naturales estratégicos de la
Amazonia y del agua potable del Acuífero Guaraní. Sea cual fuere la causa, lo
cierto es que estas belicosas actividades ahora se han iniciado en el país
quizá menos sospechado: Uruguay. No se debería dejar de considerar que gran
parte del territorio del país hermano se despliega sobre las aguas subterráneas
del Acuífero Guaraní.
Durante los últimos días hemos asistido a una serie de
acontecimientos que han ocurrido en Uruguay y que fueron difundidos por los
medios de comunicación del país hermano. He aquí los hechos.
Desde el 15 de mayo fuerzas especiales de Mar, Aire y Tierra
(SEALs por su acrónimo en inglés) de la IV Flota de la Marina norteamericana
(Comando Sur) están en Uruguay. Llegaron con el propósito de “entrenar a
efectivos del Cuerpo de Fusileros Navales (FUSNA) de la Armada Nacional en
Contra Interferencia Ilícita de Buques (CIIB)” por solicitud de la Armada
uruguaya, la cual fue aprobada por el Ministerio de Defensa y el Presidente. La
autorización para el ingreso de los militares norteamericanos con su armamento
fue enviada como Proyecto de Ley por el Poder Ejecutivo. Se señaló que esta
presencia militar del Comando Sur fue tratada en el Parlamento de manera
urgente.
El Proyecto de Ley ingresó a la Comisión de Defensa de
Diputados y fue analizado en la sesión del 2 de mayo a la que compareció el
Contralmirante Daniel Núñez del Comando General de la Armada del Uruguay quien
explicó que el Río de la Plata se puebla cada vez más porque además de la pesca
y del tráfico mercante surgen otras actividades como la posible planta
regasificadora de gas licuado y las offshore para prospección y extracción de
crudo. Dijo que el entrenamiento con los SEALs resulta “fundamental” para la Armada
para enfrentar “claras amenazas emergentes en nuestro mar como tráfico de
drogas, tráfico de armas, contrabando y el terrorismo a bordo de buques”.
El diputado Javier García del partido Nacional reclamó saber
qué lineamiento estratégico justificaba el ingreso de los norteamericanos pero,
ante la ausencia del Ministro, el Subsecretario de Defensa Passada consideró
que tal pregunta no era pertinente. El Proyecto no fue tratado en la Comisión
de Defensa del Senado y pasó al plenario directamente, siendo aprobado por el
Parlamento a principios de mayo, con los votos de todos los Legisladores del
Frente Amplio (FA). Sin embargo, luego de que se conocieron más detalles sobre
los ejercicios, comenzaron a aparecer algunas voces discrepantes en referentes
del partido del gobierno.
El diputado del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP),
aliado del FA, Luis Puig, que votó a favor de la autorización como todos los
frenteamplistas, anunció que su partido estaba analizando el tema porque “no
existió la información previa sobre de quiénes se trataba” y se aprobó “porque
venía una propuesta de la Comisión de Defensa, impulsada por los compañeros del
FA. Vamos a analizar en detalle estas situaciones”, dijo, en referencia a esta
iniciativa y a la prórroga de la permanencia de las tropas uruguayas en Haití
“votamos por disciplina pero fundamentando en contra”. Agregó que se pediría a
Passada explicaciones “desde el punto de vista del procedimiento y de fondo”.
Consideró que no hubo “información previa necesaria” pero
que, además, la habilitación para el ingreso de tropas de élite debe formar
parte de una “estrategia” en materia de Defensa Nacional. Y sostuvo que “Hay
que ver qué convenios se están realizando con el Comando Sur para el
asesoramiento y la instrucción. No podemos excluir de este debate el hecho de
que sean tropas de Estados Unidos. El Frente Amplio debe participar del debate
de la política defensiva a nivel estratégico y no administrativo. Si no se
discute a fondo, en el futuro nos vamos a reservar el derecho a votar sobre
estos temas”.
Por su parte, el profesor Julio Louis en el artículo “¡Ay,
General Licandro!” publicado en el sitio web del PVP se pregunta qué hace
Uruguay trayendo soldados estadounidenses del Comando Sur. Si Brasil se
pertrecha en la Amazonia como base defensiva nacional, si los países de la
Alianza Bolivariana para las Américas (Alba) también se preparan contra la
agresión imperialista y el Consejo de Defensa Sudamericano tiene ese objetivo
común, cómo se explica esa presencia. “¡Imagine cual hubiera sido la respuesta
del Frente Amplio si todo esto lo hubiera hecho un gobierno blanco o
colorado!”. Luego de describir una larga lista de países en los que
intervinieron los efectivos del SEALs el docente de Historia se pregunta si el
Presidente, el Ministro de Defensa Nacional y los Parlamentarios del FA ignoran
“la ofensiva militarista” en América, la instalación de bases en “Colombia,
Panamá, Aruba, Curazao, Guantánamo, Paraguay, Perú, y recientemente en el Chaco
argentino o en Chile cerca de Valparaíso”, o la “actividad golpista” en
Venezuela, Ecuador, Bolivia y Honduras. “La conducta del gobierno avergüenza y
se precisa una autocrítica profunda, con relevos de los responsables”, concluye
Louis en su artículo.
Y desde México, el Comité de Base del FA, Víctor Licandro
hizo circular una carta pública en las redes sociales, titulada “¿Uruguay será
cabeza de playa de Estados Unidos en Sudamérica y en el Atlántico Sur?”. La
misiva expresa que este hecho “hace perder credibilidad a la política exterior
del gobierno con sus positivas posturas a favor de la no intervención y el
respeto a la soberanía de los pueblos”, y expresa el “categórico rechazo a que
Uruguay se preste a ser cabeza de playa de la intervención norteamericana”.
Además declaró: “Legalizar la actividad en Uruguay de las fuerzas de élite
intervencionistas de Estados Unidos que han provocado la muerte y el
sufrimiento de millones de seres humanos, muchos de ellos en América Latina y
el Caribe, es una afrenta a esos pueblos y enloda la historia de digna
solidaridad de los uruguayos con ellos”.
Los efectivos estadounidenses que llegaron a Uruguay están
compuestos por un equipo de la unidad SEALs y otro de una unidad especial de
botes, que es el personal militar que inserta por la fuerza a los combatientes
dentro de los barcos que son blanco de las operaciones. Fueron elegidos porque
son “los mejores del mundo”. Según el jefe de Relaciones Públicas de la Armada
uruguaya Capitán de Navío, Sergio Bique, los norteamericanos están trabajando
con el FUSNA realizando ejercicios teóricos y prácticos que “priorizan la
contingencia de interdicción ilícita de buques”.
Para Bique, Uruguay tiene, en tanto “país ribereño”,
obligaciones a nivel internacional respecto de la “seguridad en la navegación”
y eso forma parte “de los adiestramientos”, para prepararse en las
“contingencias ilícitas de buques por piratería o por terrorismo”. En primer
lugar, los estadounidenses están trabajando en el “mantenimiento de las
lanchas” llamadas LRI (Lanchas Rápidas de Interdicción), que son las que
transportan a los equipos SECRON (Sección de Reconocimiento), “las fuerzas de
operaciones especiales de fusileros navales”, manifestó Bique.
Se ha señalado que el Ministerio de Defensa no autorizó la
presencia de la prensa en la instrucción que los NAVY SEALs llevan adelante con
el FUSNA porque quiere evitar la profundización del debate en el Frente Amplio.
El ministro Eleuterio Fernández Huidobro, ordenó que la
maniobra de instrucción que la Armada realizará el 18 de junio, con la presencia
de parlamentarios y autoridades nacionales, sea “cerrada” y no abierta a la
prensa como se había previsto La orden fue “bajarle el perfil” a la presencia
de los NAVY SEALs del COMANDO SUR y no autorizar el contacto de los militares
con la prensa, así como tampoco difundir las actividades que se llevan a cabo.
Como un dato adicional informamos que los SEALs constituyen
un cuerpo de tropas especiales de la Armada norteamericana integrado por
efectivos con sede en Dam Neck, Virginia, la unidad SEALs de élite, conocida
oficialmente como Grupo de Desarrollo Naval Especial de Guerra (DEVGRU por su
sigla en inglés) y es parte de un grupo especial de operaciones que se
autodenomina “los profesionales discretos”. Aunque el Presidente puede ordenar
a los SEALs y otras unidades antiterroristas realizar acciones encubiertas sin
supervisión de la CIA, el Presidente Barack Obama los puso bajo el mando de esa
agencia de inteligencia y en este caso los ha asignado, significativamente, al
Comando Sur, aunque normalmente actúan por afuera del protocolo militar clásico
y reportan directamente al Estado Mayor Conjunto. Esto les permite realizar
operaciones al nivel más alto de la clasificación y a menudo fuera de los
límites del derecho internacional. Un ejemplo claro lo constituyó el asesinato
de Osama Ben Laden en Pakistán.
En principio el ejercicio de cooperación en defensa
suscripto por el ejército uruguayo con una potencia militar extra regional no
fue informado al Consejo de Defensa Sudamericano (CDS), tal como acordaron
hacer los Ministros del área en la Cumbre de Quito de 2010 en un intento de
armonizar las relaciones entre Fuerzas Armadas vecinas.
El Embajador argentino en Guatemala, Ernesto López, expresó
“La costa uruguaya es hoy un teatro de operaciones de la fuerza militar más
letal de los EEUU: los temibles marines SEALs. El comando que asesinó a Osama
Ben Laden entrena al Cuerpo de Fusileros Navales uruguayos. El Consejo de
Defensa regional no fue consultado al respecto. De esta manera la costa
uruguaya, un punto estratégico de la Cuenca del Plata, hoy es un teatro de
operaciones del Comando Sur reforzado con la fuerza militar más letal y
despiadada de los EEUU.”
Un integrante de la mesa chica regional cada vez que hay una
cumbre de defensa explica este desajuste entre el poder político y el militar
de forma contundente: “El caso de los SEALs es un ejemplo del bajo nivel de
conducción política que ejercen algunos integrantes del Ministerio de Defensa y
el Gobiernos Nacional sobre las FFAA.
Estos cuerpos castrenses se siguen manejando en sus
relaciones externas, en particular con los EEUU, en base a un esquema viejo,
perimido, propio de las últimas dictaduras militares”. Por último, Juan
Castillo reconoce que “es un profundo error del gobierno pactar un contrato militar
con la armada norteamericana porque lesiona la histórica posición
latinoamericanista del Frente. Esto evidencia las contradicciones de nuestra
fuerza política”.
Continuaremos la investigación sobre la evolución de estos
acontecimientos y oportunamente los daremos a conocer. Mientras tanto nos
preguntamos qué dirían nuestros amigos los Generales Liber Seregni y Víctor
Licandro, el Coronel Carlos Zufriategui y el Dr. Héctor Gutiérrez Ruiz sobre
estos hechos tan significativos.
En los últimos tiempos Sudamérica se ha visto sometida a una especie de ofensiva por parte del llamado Comando Sur de los EEUU con sucesivos intentos de instalar nuevas bases militares en la Región, como en el caso que denominamos “El Comando Sur en El Chaco” rápidamente abortado gracias a la inmediata y eficaz acción de las autoridades del gobierno argentino. Pero otros casos, en cambio, han tenido pleno éxito como los que denominamos “el Comando Sur en Chile” y “el Comando Sur en Perú”. Habría que preguntarse a qué se debe esta ofensiva que despliega el mencionado comando.
En los últimos tiempos Sudamérica se ha visto sometida a una especie de ofensiva por parte del llamado Comando Sur de los EEUU con sucesivos intentos de instalar nuevas bases militares en la Región, como en el caso que denominamos “El Comando Sur en El Chaco” rápidamente abortado gracias a la inmediata y eficaz acción de las autoridades del gobierno argentino. Pero otros casos, en cambio, han tenido pleno éxito como los que denominamos “el Comando Sur en Chile” y “el Comando Sur en Perú”. Habría que preguntarse a qué se debe esta ofensiva que despliega el mencionado comando.
Quizá sea una contrapartida por la exitosa evolución que va
tomando el desarrollo de la Celac y de Unasur con su Consejo Sudamericano de
Defensa, o el abandono de su adhesión al TIAR por parte del resto de los países
del Alba que aún se mantenían en este Tratado.
Quizá aprecian que ha llegado la hora de cerrar el cerco de
vigilancia militar sobre los ingentes recursos naturales estratégicos de la
Amazonia y del agua potable del Acuífero Guaraní. Sea cual fuere la causa, lo
cierto es que estas belicosas actividades ahora se han iniciado en el país
quizá menos sospechado: Uruguay. No se debería dejar de considerar que gran
parte del territorio del país hermano se despliega sobre las aguas subterráneas
del Acuífero Guaraní.
Durante los últimos días hemos asistido a una serie de
acontecimientos que han ocurrido en Uruguay y que fueron difundidos por los
medios de comunicación del país hermano. He aquí los hechos.
Desde el 15 de mayo fuerzas especiales de Mar, Aire y Tierra
(SEALs por su acrónimo en inglés) de la IV Flota de la Marina norteamericana
(Comando Sur) están en Uruguay. Llegaron con el propósito de “entrenar a
efectivos del Cuerpo de Fusileros Navales (FUSNA) de la Armada Nacional en
Contra Interferencia Ilícita de Buques (CIIB)” por solicitud de la Armada
uruguaya, la cual fue aprobada por el Ministerio de Defensa y el Presidente. La
autorización para el ingreso de los militares norteamericanos con su armamento
fue enviada como Proyecto de Ley por el Poder Ejecutivo. Se señaló que esta
presencia militar del Comando Sur fue tratada en el Parlamento de manera
urgente.
El Proyecto de Ley ingresó a la Comisión de Defensa de
Diputados y fue analizado en la sesión del 2 de mayo a la que compareció el
Contralmirante Daniel Núñez del Comando General de la Armada del Uruguay quien
explicó que el Río de la Plata se puebla cada vez más porque además de la pesca
y del tráfico mercante surgen otras actividades como la posible planta
regasificadora de gas licuado y las offshore para prospección y extracción de
crudo. Dijo que el entrenamiento con los SEALs resulta “fundamental” para la
Armada para enfrentar “claras amenazas emergentes en nuestro mar como tráfico
de drogas, tráfico de armas, contrabando y el terrorismo a bordo de buques”.
El diputado Javier García del partido Nacional reclamó saber
qué lineamiento estratégico justificaba el ingreso de los norteamericanos pero,
ante la ausencia del Ministro, el Subsecretario de Defensa Passada consideró
que tal pregunta no era pertinente. El Proyecto no fue tratado en la Comisión
de Defensa del Senado y pasó al plenario directamente, siendo aprobado por el
Parlamento a principios de mayo, con los votos de todos los Legisladores del
Frente Amplio (FA). Sin embargo, luego de que se conocieron más detalles sobre
los ejercicios, comenzaron a aparecer algunas voces discrepantes en referentes
del partido del gobierno.
El diputado del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP),
aliado del FA, Luis Puig, que votó a favor de la autorización como todos los
frenteamplistas, anunció que su partido estaba analizando el tema porque “no
existió la información previa sobre de quiénes se trataba” y se aprobó “porque
venía una propuesta de la Comisión de Defensa, impulsada por los compañeros del
FA. Vamos a analizar en detalle estas situaciones”, dijo, en referencia a esta
iniciativa y a la prórroga de la permanencia de las tropas uruguayas en Haití
“votamos por disciplina pero fundamentando en contra”. Agregó que se pediría a
Passada explicaciones “desde el punto de vista del procedimiento y de fondo”.
Consideró que no hubo “información previa necesaria” pero
que, además, la habilitación para el ingreso de tropas de élite debe formar
parte de una “estrategia” en materia de Defensa Nacional. Y sostuvo que “Hay
que ver qué convenios se están realizando con el Comando Sur para el
asesoramiento y la instrucción. No podemos excluir de este debate el hecho de
que sean tropas de Estados Unidos. El Frente Amplio debe participar del debate
de la política defensiva a nivel estratégico y no administrativo. Si no se
discute a fondo, en el futuro nos vamos a reservar el derecho a votar sobre
estos temas”.
Por su parte, el profesor Julio Louis en el artículo “¡Ay,
General Licandro!” publicado en el sitio web del PVP se pregunta qué hace
Uruguay trayendo soldados estadounidenses del Comando Sur. Si Brasil se
pertrecha en la Amazonia como base defensiva nacional, si los países de la
Alianza Bolivariana para las Américas (Alba) también se preparan contra la
agresión imperialista y el Consejo de Defensa Sudamericano tiene ese objetivo
común, cómo se explica esa presencia. “¡Imagine cual hubiera sido la respuesta
del Frente Amplio si todo esto lo hubiera hecho un gobierno blanco o
colorado!”. Luego de describir una larga lista de países en los que
intervinieron los efectivos del SEALs el docente de Historia se pregunta si el
Presidente, el Ministro de Defensa Nacional y los Parlamentarios del FA ignoran
“la ofensiva militarista” en América, la instalación de bases en “Colombia,
Panamá, Aruba, Curazao, Guantánamo, Paraguay, Perú, y recientemente en el Chaco
argentino o en Chile cerca de Valparaíso”, o la “actividad golpista” en
Venezuela, Ecuador, Bolivia y Honduras. “La conducta del gobierno avergüenza y
se precisa una autocrítica profunda, con relevos de los responsables”, concluye
Louis en su artículo.
Y desde México, el Comité de Base del FA, Víctor Licandro
hizo circular una carta pública en las redes sociales, titulada “¿Uruguay será
cabeza de playa de Estados Unidos en Sudamérica y en el Atlántico Sur?”. La
misiva expresa que este hecho “hace perder credibilidad a la política exterior
del gobierno con sus positivas posturas a favor de la no intervención y el
respeto a la soberanía de los pueblos”, y expresa el “categórico rechazo a que
Uruguay se preste a ser cabeza de playa de la intervención norteamericana”.
Además declaró: “Legalizar la actividad en Uruguay de las fuerzas de élite
intervencionistas de Estados Unidos que han provocado la muerte y el
sufrimiento de millones de seres humanos, muchos de ellos en América Latina y
el Caribe, es una afrenta a esos pueblos y enloda la historia de digna solidaridad
de los uruguayos con ellos”.
Los efectivos estadounidenses que llegaron a Uruguay están
compuestos por un equipo de la unidad SEALs y otro de una unidad especial de
botes, que es el personal militar que inserta por la fuerza a los combatientes
dentro de los barcos que son blanco de las operaciones. Fueron elegidos porque
son “los mejores del mundo”. Según el jefe de Relaciones Públicas de la Armada
uruguaya Capitán de Navío, Sergio Bique, los norteamericanos están trabajando
con el FUSNA realizando ejercicios teóricos y prácticos que “priorizan la
contingencia de interdicción ilícita de buques”.
Para Bique, Uruguay tiene, en tanto “país ribereño”,
obligaciones a nivel internacional respecto de la “seguridad en la navegación”
y eso forma parte “de los adiestramientos”, para prepararse en las
“contingencias ilícitas de buques por piratería o por terrorismo”. En primer
lugar, los estadounidenses están trabajando en el “mantenimiento de las
lanchas” llamadas LRI (Lanchas Rápidas de Interdicción), que son las que
transportan a los equipos SECRON (Sección de Reconocimiento), “las fuerzas de
operaciones especiales de fusileros navales”, manifestó Bique.
Se ha señalado que el Ministerio de Defensa no autorizó la
presencia de la prensa en la instrucción que los NAVY SEALs llevan adelante con
el FUSNA porque quiere evitar la profundización del debate en el Frente Amplio.
El ministro Eleuterio Fernández Huidobro, ordenó que la
maniobra de instrucción que la Armada realizará el 18 de junio, con la
presencia de parlamentarios y autoridades nacionales, sea “cerrada” y no
abierta a la prensa como se había previsto La orden fue “bajarle el perfil” a
la presencia de los NAVY SEALs del COMANDO SUR y no autorizar el contacto de
los militares con la prensa, así como tampoco difundir las actividades que se
llevan a cabo.
Como un dato adicional informamos que los SEALs constituyen
un cuerpo de tropas especiales de la Armada norteamericana integrado por
efectivos con sede en Dam Neck, Virginia, la unidad SEALs de élite, conocida
oficialmente como Grupo de Desarrollo Naval Especial de Guerra (DEVGRU por su
sigla en inglés) y es parte de un grupo especial de operaciones que se
autodenomina “los profesionales discretos”. Aunque el Presidente puede ordenar
a los SEALs y otras unidades antiterroristas realizar acciones encubiertas sin
supervisión de la CIA, el Presidente Barack Obama los puso bajo el mando de esa
agencia de inteligencia y en este caso los ha asignado, significativamente, al
Comando Sur, aunque normalmente actúan por afuera del protocolo militar clásico
y reportan directamente al Estado Mayor Conjunto. Esto les permite realizar
operaciones al nivel más alto de la clasificación y a menudo fuera de los
límites del derecho internacional. Un ejemplo claro lo constituyó el asesinato
de Osama Ben Laden en Pakistán.
En principio el ejercicio de cooperación en defensa
suscripto por el ejército uruguayo con una potencia militar extra regional no
fue informado al Consejo de Defensa Sudamericano (CDS), tal como acordaron
hacer los Ministros del área en la Cumbre de Quito de 2010 en un intento de
armonizar las relaciones entre Fuerzas Armadas vecinas.
El Embajador argentino en Guatemala, Ernesto López, expresó
“La costa uruguaya es hoy un teatro de operaciones de la fuerza militar más letal
de los EEUU: los temibles marines SEALs. El comando que asesinó a Osama Ben
Laden entrena al Cuerpo de Fusileros Navales uruguayos. El Consejo de Defensa
regional no fue consultado al respecto. De esta manera la costa uruguaya, un
punto estratégico de la Cuenca del Plata, hoy es un teatro de operaciones del
Comando Sur reforzado con la fuerza militar más letal y despiadada de los
EEUU.”
Un integrante de la mesa chica regional cada vez que hay una
cumbre de defensa explica este desajuste entre el poder político y el militar
de forma contundente: “El caso de los SEALs es un ejemplo del bajo nivel de
conducción política que ejercen algunos integrantes del Ministerio de Defensa y
el Gobiernos Nacional sobre las FFAA.
Estos cuerpos castrenses se siguen manejando en sus
relaciones externas, en particular con los EEUU, en base a un esquema viejo,
perimido, propio de las últimas dictaduras militares”. Por último, Juan
Castillo reconoce que “es un profundo error del gobierno pactar un contrato
militar con la armada norteamericana porque lesiona la histórica posición
latinoamericanista del Frente. Esto evidencia las contradicciones de nuestra
fuerza política”.
Continuaremos la investigación sobre la evolución de estos
acontecimientos y oportunamente los daremos a conocer. Mientras tanto nos
preguntamos qué dirían nuestros amigos los Generales Liber Seregni y Víctor
Licandro, el Coronel Carlos Zufriategui y el Dr. Héctor Gutiérrez Ruiz sobre
estos hechos tan significativos.
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