Hablando claro y
sin vueltas, la minería a cielo abierto es una actividad en extremo venenosa
y contaminante porque -además de utilizar ingentes cantidades de sustancias
tóxicas disueltas en enormes cantidades de agua para separar los minerales de
la roca extraída- dispersa en el aire el polvillo, polvo fugitivo o material
particulado, levantado por las explosiones de dinamita realizadas para
demoler las rocas en las minas. Es una consecuencia de la actividad
extractiva que los mineros no pueden ni podrán nunca controlar o manejar. Los
vientos o corrientes aéreas arrastran ese polvillo a grandes distancias,
depositándolo sobre extensas regiones, incluyendo ciudades y pueblos.
Elaborado en base
a textos de Roberto Luna
El otro de los venenos mineros: el polvillo de las explosiones
Voladura con
explosivos en una mina
¿Qué es lo que
contiene ese polvillo?
El polvillo
levantado de las minas está formado por partículas que contienen decenas de
elementos químicos (Ver Tabla Periódica de Elementos). La Geomedicina nos
dice que si bien algunos de ellos son indispensables para la vida en el
Planeta (Hierro, Calcio, Cloro, Magnesio, Iodo, Selenio, Fósforo, Potasio,
Sodio, Azufre, etc.), otros son venenosos y tóxicos (Arsénico, Cadmio, Plomo
y Mercurio) y finalmente los temibles radioactivos (Uranio, Torio y Cesio).
¿Cuáles son y
dónde se originan los elementos químicos?
Según la
Geología, (y a grandes rasgos), los elementos químicos de las minas provienen
del magma, que es roca fundida, muy caliente y viscosa, que se halla debajo
de la Corteza Terrestre, en las profundidades del Planeta. Está compuesto por
una mezcla indiferenciada de los 92 elementos químicos naturales (Tabla
Periódica) sólidos, líquidos y gaseosos (metálicos y no metálicos). Ese
magma, a causa del choque de las placas tectónicas, subió hace millones de
años a la superficie en forma de lava, enfriándose y formando las rocas de
los volcanes, dando origen a los yacimientos o minas (Ej. minas La Alumbrera
y Agua Rica en Catamarca).
Los elementos
químicos también se encuentran concentrados en las vetas o filones rocosos
originados por magma que llenó fisuras en el interior de la corteza, y que en
ciertos casos afloraron por la erosión. Todo ello en un proceso
físico-químico extremadamente complejo (Ej. mina San Jorge en Mendoza).
Los magmas que
dan origen a los yacimientos minerales siempre son diferentes, aún dentro de
la misma región geológica, lo que explica la diversidad y cantidad de metales
que contiene cada mina. Un ejemplo es el Complejo Volcánico Minero Farallón
Negro, en Catamarca, con numerosas minas con metales y porcentajes
diferentes, desde los más abundantes, como Oro, Cobre y Plata, hasta los más
escasos (trazas). Es de destacar que en ese Complejo, en su conjunto, el
Segemar (Servicio Geológico Minero Argentino) contabilizó alrededor de 60
elementos químicos en un informe pericial de 2008, con alto grado de Uranio,
Torio, Cesio y Arsénico.
En resumen, las
partículas que componen el polvillo que contamina el aire, poseen idéntica
composición química que las rocas de las minas molidas con explosivos, al igual
que el magma que les dió origen.
Capas del Planeta Tierra
(El manto está compuesto por magma)
Croquis de un
volcán
¿Cómo se comprobó
la presencia de los elementos químicos en las minas?
En la Argentina,
la Secretaría de Minería de la Nación llevó a cabo a partir de 1995 un
programa de Exploración Minera intensiva para localizar yacimientos mineros,
utilizado dos procedimientos o métodos, la Geofísica Aérea y la Geoquímica.
Éstos estudios científicos contienen la prueba irrefutable de lo que
afirmamos.
* Los estudios de
Geofísica Aérea se hicieron con aviones y helicópteros equipados con
tecnología especial, cubriendo amplias regiones del país, que posibilitaron
la ubicación exacta de yacimientos mineros, en base a la detección en
superficie de la radiación gamma emitida por el Uranio y el Torio contenidos
en las rocas de esos yacimientos. La radioactividad más intensa indica la
presencia de áreas o terrenos con mayor cantidad de metales (mineralización),
las que coinciden con zonas volcánicas o filones aflorantes.
Con esta técnica
se localizaron centenares de nuevos yacimientos en todo el territorio
nacional, cuya existencia no se conocía.
Así tenemos la
primera prueba de la existencia de Uranio y Torio en la roca de las minas, la
misma que se hace estallar con explosivos, con altísima emisión de polvillo.
Este hecho es verificable en las Cartas de Geofísica Aérea levantadas de
todas las regiones con depósitos mineros, publicadas en los últimos años por
el Segemar.
Exploración de
Geofísica Aérea realizada por empresas canadienses
Levantamiento Geofísico Aéreo – Hoja "Tres Cerros"- Santa
Cruz
(Las áreas con mayor tonalidad de rojo encierran mayor cantidad de
Uranio y Torio en superficie)
* La Prospección
Geoquímica consiste en la toma de muestras de suelos y sedimentos de arroyos,
en las zonas donde los estudios geológicos o de geofísica aérea previos
señalaron la existencia de "alta mineralización", para someterlas a
análisis de laboratorio con técnicas especiales. El fin es conocer los
elementos químicos (Tabla Periódica) contenidos en cada muestra, su cantidad
y las probables concentraciones metalíferas en las profundidades y
alrededores. El Segemar ha publicado detalladas y reveladoras Cartas
Geoquímicas de la Región Cordillerana y de la Patagonia, con las
concentraciones de hasta 48 elementos químicos prefijados.
¿Cómo se
contaminan o envenenan los ecosistemas?
El polvillo
resultante de dinamitar las montañas está compuesto por partículas
invisibles, extremadamente livianas aunque se trate de los elementos químicos
radioactivos, que tienen mayor masa o "peso atómico", comúnmente
conocidos como "metales pesados". Por ello son fácilmente
arrastradas por los vientos hacia zonas pobladas en los valles y regiones
circundantes, pudiendo alcanzar distancias de cientos de kilómetros. No
olvidemos que en los desastres de las plantas nucleares de Chernobyl
(Ucrania-1986), y de Fukushima (Japón-2011) los elementos radioactivos
fugitivos como Uranio y Cesio fueron detectados a miles de kilómetros de
distancia (Nueva York y Madrid).
Otro aspecto
crucial a tener en cuenta a la hora de medir los riesgos es la dirección de
los vientos predominantes, que conducen el polvo mineral en mayor medida
hacia determinadas poblaciones.
Ese material
particulado o polvillo se deposita en los suelos y en los cursos de agua. No
existen ambientes que puedan escapar a la acción contaminante de la minería a
cielo abierto. Además de las personas, el veneno minero también perjudica la
fauna, la flora y a las actividades productivas como la agricultura y la
ganadería. El daño alcanza a las cadenas tróficas o alimentarias, con lo cual
aumentan los riesgos para la salud.
Vista aérea de la
mina Gualcamayo (San Juan), despidiendo polvo (Año 2009)
¿Cómo se produce
el daño sobre la salud humana?
Al iniciarse una
explotación minera a cielo abierto, los daños ambientales son inmediatos,
profundos y duraderos. Las poblaciones locales no están lo suficiente
informadas sobre los riesgos de la actividad minera, y entonces toman agua
"envenenada" y respiran aire contaminado. Además, consumen
alimentos contaminados por los metales tóxicos presentes en el agua y el suelo.
Hay que recalcar
que la contaminación o veneno minero no es de carácter biológico, es decir no
proviene de microorganismos, bacterias, virus, etc. Es de índole química por
un lado y por otro radioactiva, lo que crea una situación de máxima amenaza
para la salud pública.
¿Porqué hablamos
del Uranio, Torio y Cesio?
Reiteramos que
los estudios científicos geoquímicos y geofísicos hechos por el Segemar, han
demostrado que todas las minas, sin excepción, contienen siempre decenas de
elementos químicos en diversa proporción, entre ellos los radioactivos
Uranio, Torio y Cesio, que emiten radiación alfa, beta y gamma. (Ver
Chernobyl y Fukushima).
Las minas son
identificadas por el o los metales predominantes. La Alumbrera, por caso, es
conocida como una Mina de Oro y Cobre, pero también se extrae mucha Plata y
Molibdeno e insospechadamente, encierra Uranio y Torio en "alto
grado", entre otros contaminantes o tóxicos (Datos de un Informe oficial
del Segemar).
A su vez una mina
de Uranio, como Río Colorado en Tinogasta, tiene trazas de Oro, Cobre, Plata,
etc.
El Uranio y sus
"hijos" radioactivos, como el gas Radón, constituyen una seria
amenaza para la salud de las poblaciones asentadas en regiones próximas a las
explotaciones mineras, ya que tiene una alta acción cancerígena, porque sus
isótopos destruyen o alteran el ADN y con ello el comportamiento de las
células. (Ver Radiaciones Ionizantes)
Un átomo (modelo)
Átomo (isótopo)
emitiendo radiación
¿Qué pasa con la
salud de los empleados y operarios que trabajan en las minas?
Los geólogos y
personal directivo de las mineras conocen a la perfección el efecto letal de
las partículas del polvillo que levantan las explosiones. Para impedir la
aparición de graves enfermedades entre el personal y no resentir la
"productividad", realizan un riego intensivo y permanente con
camiones-cisterna en los caminos adentro y fuera del cráter y las áreas de
instalaciones, para evitar que vuele polvo y sea aspirado por los que allí
trabajan, entre otras medidas preventivas. Esta actividad también demanda
grandes cantidades de agua.
Camión cisterna
regador de la Barrick en San Juan
¿Es verdad, como
dicen algunos, que no hay que preocuparse por los metales tóxicos pues están
desde siempre en los ecosistemas y no han traído problemas?
Los metales
radioactivos y tóxicos se distribuyen en la corteza terrestre en mínima
cantidad y con un proceso de decantación natural, que los hace compatibles
con la vida. Pero se convierten en contaminantes y venenosos cuando aumenta
considerablemente su concentración y acumulación en los ecosistemas a causa
de las emisiones de polvillo venenoso de la minería a cielo abierto, en
especial.
El efecto
concentrado de gran cantidad de metales tóxicos que súbitamente aparecen por
la minería en una región, causan estragos en el ecosistema y en la salud
humana.
¿A qué regiones o
países afecta esta destructiva actividad?
Es obvio que los
impactos destructivos de la minería a cielo abierto tienen un alcance
general, allí donde existen explotaciones. Por lo tanto la destrucción de las
fuentes de agua, el envenenamiento del aire, el agua y los suelos, y el
saqueo desenfrenado de los recursos naturales, se extienden por varios países
de Latinoamérica y de otros Continentes que son víctimas de la codicia de la
megaminería transnacional.
En la Argentina,
el caso paradigmático lo constituye Andalgalá, donde se concentran todos los
impactos destructivos de la megaminería, comenzando por la contaminación o
envenenamiento ambiental y el colapso en la salud de su población.
¿Es posible un
cambio de tecnología para extraer el mineral diseminado?
No, no es posible
porque la actual tecnología no ofrece otras opciones fuera de la minería a
cielo abierto, que implica la absoluta destrucción con explosivos de las
montañas, del paisaje y los ecosistemas. En consecuencia este sistema
extractivo es absolutamente inviable.
El cráter de La
Alumbrera
¿Se puede reducir
o anular la emisión del polvillo en la demolición de los cerros?
En la práctica
resulta imposible reducir la nube de polvo mineralizado que levanta la
dinamita al estallar. La apresurada extracción de metales requiere demoler
las montañas, triturar y pulverizar rocas con urgencia, lo que se consigue
con explosivos y cargas de altísima potencia, que inevitablemente van a
impulsar grandes cantidades de polvo tóxico hacia la atmósfera. Bajar las
emisiones de polvillo se conseguiría usando poca dinamita pero eso
significaría bajar la "productividad" y a la "gran
minería" no le interesa.
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http://www.noalamina.org/mineria
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