Analistas del mercado laboral consultados por Infobae.com se
refirieron al retroceso deldesempleo récord de hace una década, hasta el 7,1%
actual, en el que ya se advierte un estancamiento en la creación de puestos
Diez años atrás, una fila de gente de más de veinte cuadras
aguardaba pacientemente frente a la parroquia de San Cayetano y calles aledañas
para ingresar al templo, en la clásica procesión por el pan y el trabajo que
congrega a una multitud de fieles cada 7 de agosto.
Promediando 2002, la desocupación argentina marcaba un
desgraciado récord: más del 21% de la población activa, casi tres millones de
personas, no tenían trabajo. Según el INDEC, otros tres millones tenían empleo
precario u ocupación intermitente. Es decir, seis millones de argentinos
atravesaban problemas laborales.
En contraste, hacia el primer trimestre de este año,
Argentina exhibía una desocupación de 7,1% y una subocupación de 5,8% de la
población activa. Según estas cifras, 2,5 millones de personas tuvieron
problemas de inserción laboral.
El progreso del empleo fue uno de los pilares del llamado
modelo de crecimiento con inclusión social y, aunque menos mencionado que los
superávits gemelos, su incidencia fue mucho mayor que éstos en la base
electoral de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
El sociólogo Artemio López, director de la consultora Equis,
explica que "la principal característica del proceso que se inicia en 2003
es la creación robusta de puestos de trabajo. Hay más de cinco millones de
puestos generados a partir de mayo del 2003 que invierten el ciclo de
decadencia en términos de crecimiento del empleo que se había iniciado en el
segundo semestre de 1994, antes del 'efecto Tequila', cuando ya el desempleo se
duplicó y llegó al 9,6% hasta después llegar al pico de 14 o 15 por
ciento".
López recuerda de los últimos años de la Convertibilidad:
"La situación de empleo no se modificó, salvo por el impacto de los viejos
planes Trabajar, que lo hicieron descender a 12 puntos en la salida del
gobierno de (Carlos) Menem. Y luego pasó lo que pasó con la Alianza: cuando
(Fernando) De la Rúa terminó su gobierno ya el desempleo estaba por arriba del
20%, con picos del 24% en la crisis de 2002".
"Luego de siete u ocho años de caída neta de generación
de puestos de trabajo, comenzó en 2003 una creación vigorosa de puestos.
Obviamente, como todo inicio de ciclo, hubo un mix de puestos formales e
informales, vinculados a las características de estructura productiva
argentina, pero lo que se manifestó fue un ciclo ascendente en el número de
nuevos empleos", refirió el director de la consultora Equis.
En ese aspecto, el economista Ernesto Kritz, director de Sel
Consultores, señaló que "durante la recesión de 2008-2009, en efecto, el
empleo público creció más que el privado, pero ahora no sabemos si está pasando
lo mismo o no. Mi impresión es que no y esa es la gran diferencia con
2008-2009, cuando la caída del empleo privado fue compensada por aumentos del
empleo público".
"Me parece que eso es ahora más difícil por la
situación fiscal de las provincias", agregó, aunque aclaró que estas
estimaciones carecen de la corroboración estadística "porque los datos de
la Secretaría de Hacienda están muy atrasados, son de 2009 y los datos más
recientes, que son hasta el primer trimestre de 2012, en el sector público no
incluyen a las provincias más grandes, que son las que no transfirieron sus
cajas previsionales a la Nación, que es una forma de conocer los datos",
afirmó Kritz.
En ese aspecto, Mariano Lamothe, economista jefe de
Abeceb.com, aporta que "hasta 2007 fue muy fuerte el empleo privado. Desde
2007 hasta fines de 2010 y principios de 2011, predominó más el empleo
público".
Julián de Diego, abogado experto en temas laborales y asesor
de la Unión Industrial Argentina, aporta que "la desocupación ha bajado a
un nivel del 7% y es un retroceso récord, aunque se mantiene elevado el porcentaje
de empleo en negro. Mejoró la situación, pero no en los niveles deseables,
porque ese 35% que está en negro perjudica a todos los demás. O sea, es
competencia desleal, trabajo clandestino, no pagar las cargas sociales y no
tener suficiente dinero para los jubilados. Ahí hubo éxito, pero no tan
resonante, y ese es un lugar donde hay que seguir trabajando muy duro".
"Desempobrecimiento"
"No hay cosa mejor que generar un empleo, sea en blanco
o en negro: un empleado que genera sus propios ingresos es positivo. Luego,
revertir la irregularidad es un proceso largo con políticas claras",
manifiesta Mariano Lamothe. En ese aspecto, Artemio López destaca que
"Argentina tuvo en el desempleo la principal causa de pobreza a partir de
mediados de los 90 y, gracias a la generación de puestos de trabajo,
básicamente, la pobreza descendió del 54% a los niveles actuales, que pueden
estar controvertidos, pero están en torno a los 16 a 18 puntos, depende cómo se
mida, lo que implica un proceso de desempobrecimiento vinculado a una
generación de trabajo muy importante. El equivalente a la provincia de Buenos
Aires, más de 16 millones de personas, se desempobreció entre el 2003 y el
2011, eso vinculado a la generación de empleo y al impacto de los planes de
asistencia".
En ese sentido, Julián de Diego refiere que todavía
"hay una población muy importante de personas que tienen trabajos de muy
baja calificación. Hay una población sobreabundante en personas de muy baja
calificación, es decir, para tareas de peón de albañil, tareas de limpieza,
tareas de los servicios públicos de recolección de residuos o el arreglo de
parques".
"Son en general las personas que están asistidas por el
Gobierno con los subsidios, con lo cual es muy bueno que estén asistidos y que
los subsidios existan –el subsidio universal es otro éxito importante del
Gobierno–, pero hay que incrementar la tarea de transformar esa gente que tiene
el subsidio en gente que tenga salida profesional", apuntó el asesor de la
UIA.
Materias pendientes
Los especialistas coinciden en que la informalidad laboral y
la falta de especialización para satisfacer la demanda de las empresas son dos
condiciones que todavía la Argentina no logró superar. También es preocupante
la existencia de un amplio sector de mano de obra insuficientemente calificada,
que constituye el llamado "núcleo duro" de desocupados que impide
bajar el desempleo del 7% de la población activa.
"Argentina supo tener niveles de informalidad del
mercado de trabajo de 12 puntos a mediados de los 70. Era un país con baja
informalidad y hoy todavía persisten niveles de informalidad de 34% entre los
asalariados. Si se le suman los autónomos, casi la mitad de la población
económicamente activa de la Argentina está informalizada", evaluó Artemio
López.
"Es muy difícil de revertir. Para las características
de la estructura productiva argentina y la Población Económicamente Activa,
estamos casi en situación de pleno empleo, lo que no quiere decir que no haya
que emplear a la gente, más allá de este núcleo duro. Para eso están las
políticas sociales. Eso es como paliativo, pero hay que hacerlo", opina
López.
Mariano Lamothe expresó que "reducir los índices de
informalidad laboral lleva mucho tiempo, porque están acordes a los niveles de
economía marginal de la Argentina. Eso se traduce en empleos que no están
sujetos a las normas y tendencias de mercado, que tienen que ver con sectores
que siguen existiendo en la Argentina que necesitan de menores costos laborales
y ¿cómo lo hacen? Con empleo en negro".
Para Lamothe, "el otro punto es el de los desempleados.
Ese núcleo duro va a llevar mucho tiempo para bajarlo, más allá de las
tendencias económicas. Ahí se van a necesitar ciclos y esto es historias
educativas muy importantes y, a su vez, definir qué se quiere como país y reorientar
las tecnicaturas, y generar más empleos hacia el interior de las provincias y
no tanto en Capital y el Conurbano. Pero ese es un desafío de muy largo
plazo".
De Diego subraya que "hay una sola dificultad en este
momento, que es real, y es quefaltan técnicos especializados en el área de
sistemas. En todo lo que es el área de computación, cibernética y demás, hay
demanda importante en el mercado de esos especialistas y no se consiguen".
"Tenemos algunos clientes que en la Universidad
Tecnológica Nacional, en las escuelas secundarias industriales que tienen
especialistas en computación –que son pocas–, y en las escuelas técnicas, están
colocando camionetas en la puertapromoviendo el empleo de este tipo de
técnicos, porque no hay", indicó el abogado laboralista.
Avanzar en la productividad
Mariano Lamothe manifestó que un tema pendiente es el de
"lograr mejorar la productividad de los que ya están empleados, como para
que tengan mayor capacitación, mejoramiento de equipo, para que las mejoras en
el poder adquisitivo se den por productividad y no por pérdida de
competitividad. Eso es básico para prolongar un ciclo de estabilidad en el
empleo".
"Los empleos en negro son, por lo general, los de
menores calificaciones, que no tienen la productividad suficiente para pagar el
costo del empleo registrado. Todo recae en lo mismo: mejorar la productividad
implica que es posible afrontar los costos laborales y eso reduciría el empleo
marginal", agregó el analista de Abeceb.com.
Artemio López asegura que "Argentina necesita recuperar
perfil industrial. Lo ha logrado moderadamente en el ciclo 2003/2011, medido
por algunos indicadores discretos como las manufacturas de origen industrial
que se exportan, que pasaron del 25% de la estructura exportadora al 35%, pero
ahí hay un fuerte componente vinculado a la industria automotriz, donde el
componente de autopartes todavía sigue siendo mayoritariamente importado. Creo
que en ese sentido hay que profundizar, porque lainformalidad laboral que
estalla en la Argentina a partir de los 90 es la contracara de la
desindustrialización que sufrió el país a partir de mediados de los 70 y se
profundizó en la década de los 90, hasta 2003, cuando comenzó a revertirse
lenta, pero firmemente".
"En la medida en que la que Argentina recomponga su
perfil de agregado de valor a sus exportaciones y de su perfil industrial,
obviamente vinculado a otras industrias que no sean las de chimeneas de los 70,
pero nuevas industrias, va a ver disminuido su nivel de informalidad laboral,
pero ese es un cambio drástico en la estructura productiva, que va a demorar
bastante tiempo", argumentó el director de Equis.
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