lunes, 23 de enero de 2012

Hoy en Tiempo Argentino: Hay que hablar claro pa´que te entiendan los criollos...

                                                              Lunes 23 de Enero de 2012
Aníbal Fernández


Unos caminitos de madera blanca conducen al entrevistado, pero hay una última barrera que franquear antes de hablar con Aníbal Fernández. “¿Son periodistas? Si quieren hacer una nota primero tienen que hablar con Laura, la dueña, a ver si los autoriza”, advierte un cuidador del balneario Ohlalá. El hombre se tranquiliza al saber que la charla está acordada de antemano. A dos metros, y ante la atenta mirada de su compinche, el diputado bonaerense José María Díaz Bancalari, Aníbal sufre por un envido malparido que le hace perder su partido de truco. El ex ministro invita gentilmente a ocupar algunas de las sillas de la carpa que tiene en el balneario desde hace varios veranos. El típico techo verde, marca registrada de la Costa Atlántica, le da batalla al sol que sigue pegando fuerte. El ex jefe de Gabinete tiene el pudor de cubrir su torso con una remera blanca, cuyas letras plateadas delatan que se trata de un souvenir. “US Open” y una pelota en llamas son la evidencia concluyente de que la prenda proviene de Nueva York, donde se celebra el último torneo de Grand Slam del año tenístico. “¡Hace 15 años que no podía tomarme diez días seguidos de vacaciones, pero no me quejo, eh!”, confiesa el senador, mientras desde el cielo una voz latosa publicita el show de Daddy Brieva en Villa Gesell. “Si te digo que ya me bajé de la moto es mentira. Sigo con la Kawasaki con el tanque lleno todavía, pero ya pasará”, se esperanza Fernández.

– ¿Recuerda qué estaba haciendo en enero de 2011?

–Siempre venía los jueves y me volvía los domingos. Ahora me di cuenta de que necesitaba un descanso.

– ¿Tiene una estimación de cuántos llamados recibía?

–Yo arme una estructura de trabajo que sigue funcionando, que sigue recibiendo información. Tengo el iPad acá, estoy mirando, estoy chusmeando permanentemente.

–Fue senador bonaerense en 1995-6 y en una entrevista declaró que no era un trabajo que lo sedujera demasiado.

–Fui senador unos meses solamente, después me fui con Josée María Díaz Bancalari. Él fue como ministro de Gobierno y yo como secretario de Gobierno. Son dos momentos distintos. En aquella época yo era un legislador más, aunque una revista especializada en temas parlamentarios me eligió como el mejor senador del año, tan salame no debo haber sido. Siempre sentí la función ejecutiva y la sigo sintiendo. En este momento soy senador de la Nación, encabece la lista de la provincia de Buenos Aires y saquée 4.639.000 votos porque me lo pidió la jefa del movimiento nacional peronista. Igual que se lo debe haber pedido a Julián Domínguez y a Amado Boudou, tres hombres del Gabinete. Yo estoy muy contento y convencido de cumplir con mi trabajo.

–Más allá de sus funciones como ministro, usted hizo un trabajo más difícil de encuadrar, como vocero y defensor del gobierno…

–Esas cosas salen o no salen. Por más que vos estudies Ciencias de la Comunicación y te hagas la casa con forma de universidad, no vas a ser mejor periodista, porque eso está adentro. Yo estoy haciendo lo que siento que puedo hacer. No tiene sentido que esté en política si no puedo discutir de política. Cuando la presidenta me dijo que iba a encabezar la lista de senadores, le pregunté si le parecía que iba a poder hacer uso de algo que me gusta, que es hablar, y me dijo sí.

El avión vuelve a pasar, pero la voz latosa esta vez recomienda un producto farmacéutico. “A veces me comentan: ‘che, qué bueno lo que dijiste de tal o cuál tema’, y la verdad es que yo estudio. No se puede hablar con el discurso a poncho. Cuando fui profesor de la universidad preparaba cada una de mis clases. Nunca me gustó ir a guitarrear. En este caso es lo mismo: cada tema que sale a la cancha lo preparo, busco información. Si no me alcanza, llamo al ministro del área y le pregunto. Junto, junto y armo un background que es el que me sirve para dar la discusión de fondo. Eso es lo que la gente espera, lo que decía Jauretche, que ‘hables claro para que te entiendan los criollos’.”

–Entonces no va a perder ese lugar de vocero por haber dejado de ser funcionario.

–Al contrario, mientras la presidenta me siga autorizando, lo seguiré haciendo. Por eso la consulté puntualmente, me siento totalmente fortalecido y no me molesta dedicar mi tiempo a estudiar los temas para poder hablar con propiedad.

–En su discurso de asunción, y refiriéndose al derecho de huelga, la presidenta hizo algo parecido a una crítica a Juan Perón. ¿Es válido que un peronista critique a Perón?

–Yo no soy exégeta de la presidenta, pero no me parece que haya criticado a Perón. En 1949 Arturo Sampay dio una explicación del derecho de huelga como derecho natural, por eso no fue necesario llevarlo al derecho positivo. Pero debe ser utilizado legítimamente para defender los derechos de los trabajadores. Yo no podría estar en otro lado que no fuera el peronismo, porque los trabajadores son algo esencial. No me voy a oponer jamás a que un trabajador reclame por sus derechos de la forma que lo sienta mejor. Pero si teneés elementos de un Estado que los defiende, no hubiesen subsistido las convenciones colectivas si no hubiera ganado Cristina. Tenées de todo hoy para sostener paritarias, para defender formas de trabajo y salarios. ¿Para qué vas a un paro entonces? Veía que los judiciales iban al paro porque se habían puesto de acuerdo con la Corte Suprema en un 10% que no se sabía lo que era. Entonces siéntense y discutan. En la AFIP hubo un problema con los horarios. A lo mejor tienen razón, pero hay un montón de elementos para resolverlo antes de decretar cuatro días de paro. Después aparecieron otros y hablaron, como Julio Piumato. A mí me importa un carajo lo que opine. Yo sé lo que siento y lo que quiero defender. Y eso son los derechos de los trabajadores dentro del marco de una lógica. La presidenta tiene en su cabeza el crecimiento armónico de los sectores y eso no puede suceder a expensas de otros sectores. Para eso no se puede estar extorsionando a la presidenta y buscar sólo lo que me beneficia a mí.

–Según Moyano, la relación con el gobierno estaba en una especie de punto muerto…

–Hugo es un amigo y no lo voy a negar. Pero el gobierno tiene que pensar en el crecimiento armónico de los sectores. Hay cosas en las que no coincidimos circunstancialmente, porque quiero creer que ellos también buscan defender los derechos de los trabajadores. Si es así, entonces tal vez tengamos hoy una charla mejor que la de ayer. Pero son circunstancias y eso pasa. No le presto atención a esas cosas.

Entre los cambios que transita Fernández, está el de oficina. En la actualidad ocupa el despacho que durante varios años perteneció a José Pampuro en el Congreso. De todos modos, todavía conserva algunas costumbres, como su pasión por las telenovelas. “Me encanta ver ficción, pero ahora no hay nada que me guste. Seguía El elegido y El Puntero. Seguramente en marzo me engancharé con otra cosa. Sirve para desinflar el globo. Si no, miro series, como The Closer, Doctor House, que es de lo mejorcito que veo en este momento”, confiesa mientras juega con sus ojotas en la arena.

–¿Qué cosas se llevó a su nueva oficina?

–Yo soy un minimalista absoluto de los despachos. No tengo íconos ni nada. Algunas cosas que me han regalado, ligadas a la religión, que no oculto. Soy un católico sui generis en su práctica, pero católico al fin… Después los siete televisores conocidos.

–¿Se los llevó?

–¡No! Estos son míos. Tengo los siete prendidos, el mundo es del que es dueño de la información. No se puede vivir de otra manera.

–¿Le pasó alguna vez decir “uh, tengo que defender esto”, algún tema con el que no estuviera muy de acuerdo?

–Hay muchas formas de estar de acuerdo. Algunos están de acuerdo con la persona. Otros están de acuerdo con la idea. Yo soy de los que está de acuerdo con el concepto en su conjunto. Porque Néstor y Cristina fueron jefes del movimiento nacional peronista. A Néstor no le gustaba la palabra kirchnerismo, pero yo lo utilizo, porque hay mucha gente que no proviene del movimiento. Si entrabas a mi despacho, no encontrabas ningún ícono peronista. Yo me hago cargo de eso que Néstor y Cristina supieron construir. Alguien que pueda venir del radicalismo, de la izquierda, de donde quiera. Que el objetivo que tengamos sea el mismo. Qué me importa si el pibe que quiere laburar por lo mismo que yo tiene una familia gorila. ¡Que estúpido pelear porque las camisetas son distintas! A mí me pone contento ver que alguien que viene de otro palo que el mío pelea por lo mismo que yo.

– ¿Por dónde pasaban las discusiones?

–Como lo que integro es un todo, puede ser que, en algún pedacito, tenga una visión distinta. Con Nestor en algunas ocasiones nos hemos reputeado, pero eso sucede sólo porque el presidente lo autoriza. Cualquier otro te daba una patada en el orto y te mandaba a tu casa. Nestor me habilitaba para discutir fuertísimo. Con Cristina nunca en esos términos, pero discutí todo lo que tuve que discutir y nunca me cerraron la puerta. Después la que decide es ella, por eso es la presidenta. Toda mi vida pensé en la política como algo colectivo. Fueron desacuerdos en cosas muy pequeñas y ahora no se me ocurre ninguno.

El año pasado, Fernández incursionó, con Zonceras argentinas, en el terreno de la escritura. Hace poco editó el segundo volumen. “Me parece que había quedado mucha tela para cortar, personajes de los que no habíamos hablado en el primero. Lo que muchas veces se dice, cosas que parecen inofensivas y que muchos hombres o mujeres de a pie luego terminan utilizando como multiplicadores de un hecho. Una mujer me decía ayer que alguien en la Villa 31 alquilaba 1000 departamentos a 1000 pesos por mes. Una ridiculez, pero esas son las cosas que multiplican.”

–¿A Macri le surgió otro problema con la denuncia de Lorena Martins?

– ¿Que hubiese pasado si los de la foto del cabaret de Cancún hubiesen sido Nestor y Cristina? Eran tapa del Pravda para abajo. Clarín y La Nación hubiesen tenido esa imagen 84 veces en tapa. Macri tiene derecho a ir adonde quiera, pero cuando aparece la hija de este proxeneta, o como decimos en el barrio, de este ocho cuarenta, de este cafishio, de este gavión, y dice que tiene las pruebas de que estaba financiando la campaña de Macri, todo el mundo mira para el otro lado como perro que volteó la olla. Es incomprensible lo que está pasando. En la foto aparece con su actual mujer y no hace 30 años que está con ella, sino un año y medio, con la cual hace un año y medio que estuvo en ese cabaret en donde se practica la prostitución. Estamos hablando de trata de personas, uno de los negocios más sucios y turbios del mundo. Y nadie dice nada. Es el famoso blindaje mediático. Muchos de los perjudicados con el aumento del subte son los que lo votaron a Macri.

–¿Y por qué lo votaron?

–Porque no comprenden qué tipo de personaje es. Que no labura, que no conoce lo que está sucediendo en la Ciudad, que le llueve lo que está pasando en la Ciudad. Que se dedicó a espiar a Dios y a María santísima por dinero y que tiene causas por el tema de los carteles. Y que hace poco fue incomprensiblemente sobreseído en la causa que tenía por haber armado una banda para pegarle a la gente en situación de calle. Y todos miran para el costado, porque a Clarín y La Nación les convienen estos personajes que nada tienen que ver con la política y que no les interesan soluciones ordenadas y criteriosas en una sociedad que está golpeada y que necesita cambios de fondo.

No quedó tiempo para mucho más, sólo para que el ex intendente de Quilmes confiese que la última vez que se afeitó su bigote fue, como parte de una promesa, dos días después de que naciera su hijo. “Ya tiene 27 años y nunca más lo toqué después de eso y tampoco lo voy a hacer”, asegura. Después, posa para el fotógrafo. Aunque pide rapidez. Al hombre que por casi diez años manejó la temible Policía Federal, que se peleó con casi todos y negoció con grupos piqueteros, le da timidez posar en la playa frente a sus amigos y vecinos de carpa.

David Cameron y Malvinas

–¿Leyó las declaraciones del primer ministro inglés David Cameron sobre una posición colonialista de Argentina en relación a las islas Malvinas?

–Es un despropósito lo que está diciendo. Es el primer ministro del gobierno británico y demuestra ser un enorme ignorante, y además con cero vocación de diplomacia internacional. Toda América Latina ha tenido gestos de unificación en la diversidad, porque no somos de las mismas líneas políticas de encontrar soluciones globales para el continente. Comenzó con el Mercosur, siguió con la Unasur y ahora con la CELAC. Y Gran Bretaña no fue capaz de cumplir con las resoluciones de la ONU que implicaba sentarse a negociar. Pero no es sólo Cameron, también uno de los tories lisa y llanamente nos falta el respeto. Pero seguiremos como hasta ahora, denunciándolos en cada reunión y foro internacional.

El tarifazo en el subte

La medida cautelar nace para que el hombre común tenga una defensa ante las arbitrariedades del Estado. Un boleto que pasa de $ 1,1 a $ 2,5 significa un impacto fuerte para el bolsillo. La medida cautelar sería algo así como decir “paremos la pelota y veamos cómo se resuelve esto”. Y muy suelto de cuerpo un juez de feria le concede. Me cuesta creer que no haya una relación con el poder, con el gobierno de la Ciudad. Es un peésimo antecedente, es Hood Robín, le saca a los pobres para darle a los ricos.

–Dicen que busca la presidencia del Tribunal Supremo de la Ciudad...

–Es una locura que un juez haga un desaguisado de este tipo contra 2 millones de personas. Al Estado Nacional le han sacado en contra medidas cautelares a montones. Contra el gobierno nacional que defiende los intereses de los trabajadores. El de la Ciudad es un gobierno que favorece a grupos de poder en contra de los intereses de los trabajadores.

Por Nicolás Eisler

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