miércoles, 14 de marzo de 2012

EEUU-Se suicida un veterano de guerra estadounidense cada 80 minutos





Cuando vuelven a casa, una gran mayoría de los ex soldados se encuentra con un panorama desolador: la sociedad les da la espalda, no encuentran trabajo y la burocracia demora las respuestas de los organismos estatales.





Julio de 2011 fue un mes nefasto: 33 miembros activos y de reserva de las Fuerzas Armadas estadounidenses se suicidaron, una cifra que rompió todos los records. En tanto, según el Departamento para los Asuntos de los Veteranos de los Estados Unidos, cada 80 minutos un ex combatiente se quita la vida, mientras muchos otros fracasan en el intento y quedan con secuelas físicas y emocionales.

Según el reporte “Perdiendo la batalla: el desafío del suicidio entre militares”, publicado en octubre del año pasado por Margaret C. Harrell y Nancy Berglass, aunque sólo el 1% de la población sirve en las Fuerzas Armadas, un 20% de los suicidios en los Estados Unidos (un total de 30 mil en 2011) ocurre entre ex soldados. Este índice subió desde que comenzaron las intervenciones militares en Irak y Afganistán, y el hecho de que las tropas estén en retirada representa una responsabilidad para un sistema que no da abasto para recibir esta población y reintegrarla saludablemente en la vida productiva del país.

Por otra parte, aquellos que participaron en las sucesivas guerras que emprendió Estados Unidos figuran entre los más afectados por la crisis económica. De acuerdo a un informe del Departamento de Trabajo, el desempleo afecta a más de 850 mil veteranos de guerra, entre los que se incluyen 35 mil hispanos. Cuando los soldados regresan, se encuentran con que tienen que enfrentar no sólo su realidad emocional traumática, sino el desamparo económico y social. En el 2010, cerca de 75 mil veteranos que pelearon en Irak y Afganistán se quedaron sin vivienda y tuvieron que dormir en la calle.

Un 25% de los desamparados en los EE UU son veteranos y la tasa de desempleo entre ellos supera el 12%, según la Oficina de Estadísticas Económicas. “Me siento muy apenado, el hecho de vivir en la calle me avergüenza”, dice Joe Mangione, quien sirvió en las Fuerzas Armadas por 16 años. Desempleado y con numerosos problemas médicos, el veterano pide limosna en la calle. “No es nada fácil mi vida, me siento humillado, no tengo recursos. No me pagan el subsidio de desempleo por haber sido herido, antes lo cobraba en efectivo. Y de todas formas, los fondos para los desempleados se desvanecen”, relató Mangione a una cadena de televisión.

Matt Howard, de 29 años, participó en la Guerra de Irak y es miembro de “Veteranos contra la guerra’’ (Veterans Against War). Hoard destaca que los principales objetivos de su organización son conseguir beneficios para los ex soldados y reparar al pueblo de Irak por las consecuencias de la incursión bélica de los Estados Unidos. “Me tomó un tiempo darme cuenta del verdadero motivo por el cual nuestro país invadió Irak. Fue político. Por medio de amigos, y literatura me di cuenta de lo que había pasado y del daño que habíamos hecho al pueblo de Irak. Allí ingresé a la organización. Tratamos de que el pueblo americano tenga conciencia de los efectos de la guerra. Aunque hay mayor conciencia ahora que durante Vietnam, todavía falta mucho. Muchos veteranos viven dramas económicos, psicológicos y sociales. Si tenemos en cuenta que el Departamento de Defensa de los Estados Unidos ocupa el primer lugar de burocracia y el Departamento de Veteranos es el segundo, podemos darnos cuenta de por qué muchos de los nuestros no reciben suficiente ayuda”, relata. Howard recorre el país dando conferencias y creando conciencia sobre la problemática de la guerra.

Al regresar a su país, muchos de los veteranos sufren estrés postraumático a causa de todo lo vivido en la guerra, y los ex combatientes comprueban que las estructuras gubernamentales no responden como debieran. Quienes están en más riesgo son aquellos que sufrieron traumas o heridas en el cerebro, con el 1,5% más de posibilidades de suicidarse, según el estudio de Harrel y Berglass. Desde el Departamento de Veteranos, la directora Jan Kemp, quien dirige el Programa Nacional de Salud Mental para prevención de suicidios, afirma que desde 2007 recibieron más de 500 mil llamadas telefónicas y 31 mil mensajes por el chat. “Pudimos rescatar a 18 mil veteranos en momentos de crisis”, destaca Kemp, quien agrega que mediante nuevos métodos de mensajes de textos asisten a más veteranos estadounidenses alrededor del mundo. “El problema es que cuando los militares regresan a sus casas se sienten desconectados de la sociedad y si esa situación se acumula puede culminar en un desastre. Por eso estamos trabajando para cubrir todas las necesidades de la comunidad, vía teléfono, email y chat, para que se sientan apoyados y comunicados con familiares y amigos”, asevera Kemp.

Por: Anahí Rubín

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