Eva Perón 1919 – 1952
María Eva Duarte nace el 7 de mayo de 1919 en la localidad de Los Toldos, Partido de Gral. Viamonte, Pcia. de Bs. As. Hija de Juan Duarte y de Juana Ibarguren – ambos hijos de inmigrantes vascos-franceses -, es la menor de 5 hermanos (Blanca, Elisa, Juan y Erminda) los cuales viven primero en Los Toldos para luego trasladarse a la localidad de Junín.
Producida la muerte del padre en un accidente automovilístico en 1926, la madre realiza tareas de costura, corte y confección para sostener a la familia en base a un fuerte compromiso cristiano. La fuerte inclinación que tenía Eva por lo artístico se canaliza durante los 10 años (1935 – 1945) de actuación en el teatro, la radio y el cine con singular éxito.
En 1944, tras producirse un terremoto en la Pcia. de San Juan se realiza un festival artístico en el Luna Park para recaudar fondos para reconstruir la capital y asistir a las víctimas. Allí su encuentro con el Coronel Juan Perón signa la vida de ambos por el amor que se despierta entre ambos y la pasión compartida por lo social. Inmediatamente Eva colabora con la labor de la Secretaría de Trabajo y Previsión, a la vez que preside la Asociación Radial Argentina.
Los sucesos del 17 de octubre de 1945 la encontrarán pidiendo por la libertad de su hombre y tratando de convencer a los trabajadores de pedir por la libertad de quien impulsó todas las reformas sociales en dicha época.
Tras la liberación de Juan Perón por el Pueblo, se casan el 22 de octubre por civil y el 10 de diciembre en la Iglesia de San Francisco de la Ciudad de la Plata, Pcia. de Bs. As, reafirmando el profundo amor que Evita sentía por la Orden de los Franciscanos (de hecho, Eva Perón será nombrada Hermana en Primer Orden de los Franciscanos ).
Tras la asunción de Perón como Presidente el 4 de junio de 1946 Evita empieza a desarrollar una actividad inusual para las Primeras Damas de la época, ya que busca involucrarse en temas sociales y cívicos acorde con el ideario del nuevo gobierno en base a planteos afines a la Doctrina Social de la Iglesia.
En 1947 Eva perón viaja como embajadora de buena voluntad a distintos países europeos en representación de nuestro país. En algunos casos como España es la cara visible de la ayuda humanitaria brindada al pueblo español por parte de Argentina a la vez del quiebre del aislamiento internacional al que España era sometida. En Francia e Italia también asiste a las necesidades de esos pueblos, siendo destacado su encuentro con S.S. el Papa Pío XII, el cual le entrega un crucifijo de oro tras su entrevista. En Portugal se interesa por los problemas sindicales, completando su periplo por la Confederación Helvética.
Tras su regreso a Argentina recala antes en Brasil, donde asiste a la Conferencia de Cancilleres por la Paz y Seguridad Continental, donde se entrevista con el Gral. Marshall, quien impulsaría el plan de recuperación económica de Europa por parte de los EE.UU, y en Uruguay.
A su regreso se le preguntó qué aprendió en Europa y Eva respondió sin vacilar: "lo que no tengo que hacer en la Argentina”, poniendo en evidencia que impulsaría la ayuda social con un sentido humanitario y cristiano y no como mera dádiva o limosna. Dicha idea fue tratada extensamente con quien era en ese entonces Nuncio Papal en París: Angelo Roncalli, después Juan XXIII, llamado "el Bueno". Esas conversaciones habrían terminado con una advertencia del futuro Papa a Evita: "Sabe, señora, dónde terminan quienes inician una tarea como la suya... en la cruz, señora, en la cruz".
Su interés por la Justicia Social la impulsa en 1947 a crear la “Cruzada de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón” que asiste en lo inmediato a los más necesitados, para luego perfeccionar esa ayuda en forma más integral a través de la Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón” en 1948. La Fundación impulsa miles de obras por todo el país como ser Policlínicos, hospitales, escuelas (Plan 1.000 escuelas), Hogares- Escuelas, Hogares de Tránsito, Hogares de Ancianos, Colonias de Vacaciones, Hoteles para los obreros, Campeonatos Infantiles Evita, la creación de la Escuela de Enfermeras, la Ciudad Infantil, la Ciudad Estudiantil, etc.
Dichas obras fueron modelos de asistencial integral al desposeído, pues cubrían no solo sus necesidades materiales inmediatas, sino que se ocupaban de lo educacional y lo espiritual interactuando en algunas obras con ordenes religiosas ( por ej. en el Hogar de Tránsito N° 2 para mujeres, amén de trabajar asistentes sociales desarrollaban una tarea fundamental la Orden del Huerto en el economato y cuidado de los niños y mujeres de dicha obra). A su vez la Fundación Eva Perón contaba con el fundamental asesoramiento espiritual del Padre Hernán Benítez.
Es de destacar que Eva Perón impulsó el Decálogo de los Derechos de la Ancianidad en 1948, el cual fue incluido en la Constitución Nacional de 1949, a fin a un espíritu más social y de reivindicación de los más humildes.
A su vez la Fundación asistió con víveres, medicamentos y elementos de trabajo a diversos países de todos los continentes (por ej. Italia, España, Israel, Colombia, Venezuela, Egipto, Líbano, Japón, EE. UU, etc).
En cuanto a lo cívico en el año 1947 tenía como objetivo impulsar los derechos cívicos de la mujer argentina, los cuales se incluyen en la Ley 13.010 de Voto Femenino. Tras su sanción se organiza el cuerpo de Delegadas Censistas para empadronar a las mujeres argentinas e instruirlas en sus derechos cívicos. A su vez organiza en 1949 el Partido Peronista Femenino, del cual es Presidenta, a la vez que impulsa la creación de Unidades Básicas Femeninas, exclusivas para mujeres, las cuales cumplían funciones no solo políticas sino sociales, culturales y recreativas.
Tras su labor en el primer gobierno de Perón es impulsada por la CGT y las mujeres del Partido peronista Femenino a ocupar la candidatura a Vicepresidente de la Nación, para lo cual se desarrollaría el acto de proclamación el 22 de agosto de 1951 en el Cabildo Abierto del Justicialismo. Ese día Eva recibe el apoyo de más de 2 millones de personas y a quienes, en un dramático diálogo, intenta convencer de su renuncia al mismo. Presionada por la situación de confrontación con la oposición y los militares, Evita decide renunciar anunciándolo por radio el 31 de agosto de ese año.
Progresivamente se va deteriorando su salud por un cáncer terminal que la lleva a la muerte el 26 de julio de 1952.
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