Cristina Fernández anunció que a
partir de Marzo de este año la suba del mínimo no imponible del impuesto a las
Ganancias, para la cuarta categoría se elevará un 20%. El piso a partir del
cual se aplica el tributo de manera compulsiva en los salarios se eleva a
$8.360 en bruto para solteros y $11.563 para casados con dos hijos.
Es importante recordar que el salario bruto es el total de todas las sumas liquidadas mensualmente.
No es lo que se percibe de bolsillo, sino que incluye las deducciones por los aportes a la jubilación, la obra social, así como también las horas extras y demás agregados o quitas que figuran en el recibo en blanco.
Sin centrarnos en los argumentos que dio la Presidenta durante la cadena nacional para defender la medida, hay un número que resulta interesante para analizar cómo impacta realmente esta suba del 20% del piso de Ganancias en los salarios:
Para ello vamos a usar como parámetro el valor del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) que se actualiza anualmente. Si bien en términos nominales el SMVM ha subido todos los años desde el 2004, su poder adquisitivo prácticamente no varió desde el 2009.
Esto significa que el salario mínimo es más alto en pesos, pero lo que se puede comprar de la canasta básica es aproximadamente lo mismo.
El dato duro indica que en 2008 para que un trabajador soltero pague Ganancias debía tener un sueldo equivalente o superior a 3,23 veces el SMVM. Pagaban el impuesto quienes cobraban desde $4.015 y el salario mínimo se había fijado en $1240 en diciembre de ese año.
En cambio, si tomamos el SMVM que se pagará a partir del mes de febrero ($2.875) el resultado es que tributarán Ganancias aquellos trabajadores solteros que perciban un monto igual o superior a 2,9 veces el salario mínimo.
En 2008, en el caso de un casado con dos hijos, para pertenecer al grupo que tributaba debía ganar 4,47 veces el SMVM, ya que el mínimo no imponible ascendía a $5.554. Y si nos trasladamos a la situación que tendremos en marzo de este año, veremos que la relación disminuye a 4,02 veces el salario mínimo vital y móvil para el trabajador casado con dos hijos.
Es decir que con este anuncio que hizo Cristina el impacto del impuesto a las ganancias sobre los sueldos medios en comparación con el 2008 será mayor.
Si se usa como referencia el valor del salario mínimo vital y móvil vemos que en los últimos cinco años la brecha salarial entre los que pagan el impuesto y los que no deben hacerlo es cada vez más chica. Esto quiere decir que la presión tributaria crece sobre los trabajadores porque afecta desde salarios comparativamente más bajos.
Por otro lado, Cristina aclaró que con esta suba del mínimo no imponible, el 17,48% de los trabajadores pagarán el impuesto.
Si bien la cifra está lejos del 2007 cuando el impuesto alcanzaba sólo al 10%, mejora la situación del año pasado. En el 2012 no se modificó el mínimo y casi el 25% de los trabajadores llegó a pagarlo.
Sin embargo, la ventaja que representa la suba del 20% del piso de Ganancias es de corto plazo, porque todavía los sindicatos no acordaron con las cámaras empresarias las paritarias para este 2013.
Si por ejemplo, los gremios consiguieran en promedio un aumento de salarios del 25%, probablemente para fin de año el porcentaje de asalariados que pague ganancias será similar o mayor que en 2012.
En base a estas comparaciones, este anuncio del 20% de la suba del mínimo no imponible no parece beneficiaria para el conjunto de los trabajadores. Y, por otro lado, muestra que no está en la agenda próxima del Gobierno hacer una modificación profunda del impuesto que alivie la presión tributaria sobre los salarios medios y recaiga en los sectores más pudientes de la sociedad.
Por citar dos ejemplos que vienen fácil a la mano (y sin pretensiones de dar una solución definitiva) vale la pena recordar que los jueces están exentos de pagar Ganancias, y que todavía no está gravada la renta financiera. Esto muestra que es posible aumentar la recaudación del Estado sin necesidad de avanzar sobre los sueldos medios.
Por Nicolás López (ANRED)
Es importante recordar que el salario bruto es el total de todas las sumas liquidadas mensualmente.
No es lo que se percibe de bolsillo, sino que incluye las deducciones por los aportes a la jubilación, la obra social, así como también las horas extras y demás agregados o quitas que figuran en el recibo en blanco.
Sin centrarnos en los argumentos que dio la Presidenta durante la cadena nacional para defender la medida, hay un número que resulta interesante para analizar cómo impacta realmente esta suba del 20% del piso de Ganancias en los salarios:
Para ello vamos a usar como parámetro el valor del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) que se actualiza anualmente. Si bien en términos nominales el SMVM ha subido todos los años desde el 2004, su poder adquisitivo prácticamente no varió desde el 2009.
Esto significa que el salario mínimo es más alto en pesos, pero lo que se puede comprar de la canasta básica es aproximadamente lo mismo.
El dato duro indica que en 2008 para que un trabajador soltero pague Ganancias debía tener un sueldo equivalente o superior a 3,23 veces el SMVM. Pagaban el impuesto quienes cobraban desde $4.015 y el salario mínimo se había fijado en $1240 en diciembre de ese año.
En cambio, si tomamos el SMVM que se pagará a partir del mes de febrero ($2.875) el resultado es que tributarán Ganancias aquellos trabajadores solteros que perciban un monto igual o superior a 2,9 veces el salario mínimo.
En 2008, en el caso de un casado con dos hijos, para pertenecer al grupo que tributaba debía ganar 4,47 veces el SMVM, ya que el mínimo no imponible ascendía a $5.554. Y si nos trasladamos a la situación que tendremos en marzo de este año, veremos que la relación disminuye a 4,02 veces el salario mínimo vital y móvil para el trabajador casado con dos hijos.
Es decir que con este anuncio que hizo Cristina el impacto del impuesto a las ganancias sobre los sueldos medios en comparación con el 2008 será mayor.
Si se usa como referencia el valor del salario mínimo vital y móvil vemos que en los últimos cinco años la brecha salarial entre los que pagan el impuesto y los que no deben hacerlo es cada vez más chica. Esto quiere decir que la presión tributaria crece sobre los trabajadores porque afecta desde salarios comparativamente más bajos.
Por otro lado, Cristina aclaró que con esta suba del mínimo no imponible, el 17,48% de los trabajadores pagarán el impuesto.
Si bien la cifra está lejos del 2007 cuando el impuesto alcanzaba sólo al 10%, mejora la situación del año pasado. En el 2012 no se modificó el mínimo y casi el 25% de los trabajadores llegó a pagarlo.
Sin embargo, la ventaja que representa la suba del 20% del piso de Ganancias es de corto plazo, porque todavía los sindicatos no acordaron con las cámaras empresarias las paritarias para este 2013.
Si por ejemplo, los gremios consiguieran en promedio un aumento de salarios del 25%, probablemente para fin de año el porcentaje de asalariados que pague ganancias será similar o mayor que en 2012.
En base a estas comparaciones, este anuncio del 20% de la suba del mínimo no imponible no parece beneficiaria para el conjunto de los trabajadores. Y, por otro lado, muestra que no está en la agenda próxima del Gobierno hacer una modificación profunda del impuesto que alivie la presión tributaria sobre los salarios medios y recaiga en los sectores más pudientes de la sociedad.
Por citar dos ejemplos que vienen fácil a la mano (y sin pretensiones de dar una solución definitiva) vale la pena recordar que los jueces están exentos de pagar Ganancias, y que todavía no está gravada la renta financiera. Esto muestra que es posible aumentar la recaudación del Estado sin necesidad de avanzar sobre los sueldos medios.
Por Nicolás López (ANRED)
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