Desde Bonn, Alemania
Basta leer los títulos de los diarios para volverse
pesimista.
Se nos dijo siempre que el capitalismo solucionaba
todos los problemas por sí mismo. ¿Cómo? He analizado los diarios alemanes de
las últimas dos semanas. Partamos de la base que se sostiene que Alemania es el
país más desarrollado y adelantado de Europa, por su organización y por ser el
único que no ha sido sorprendido por la crisis. Pero esa tesis se derriba
estrepitosamente cuando uno entra en detalles. Justamente, los dos diarios que
analicé, uno es profundamente liberal-conservador y el otro social-liberal, sin
decirlo, demuestran lo contrario. Se trata del General Anzeiger, principal
diario de la zona renana, y el Frankfurter Rundchau, que llega a todo el país.
El 21 de enero pasado, este último titulaba
“Globalmente más desocupados”, y señalaba el texto: “Según el informe anual de
la Organización del Trabajo de Naciones Unidas en el 2013 se constataron 202
millones de personas sin trabajo, es decir, cinco millones más que en el 2012”.
Y agrega: “La continua suba de la desocupación comenzó con el inicio de la
crisis financiera del 2008 y seguirá así según estudios de la ONU”.
Sigamos, ahí no se termina. El General Anzeiger del
15 de enero titula “Impuestos contra la pobreza infantil”. Y expresa: “En
Alemania, según opinión de la mayoría de sus habitantes, se hace muy poco por
los niños pobres. Para lo cual se señala que hay que cobrar más impuestos a los
ricos. Esto se expresó luego de una encuesta realizada por la Asociación de
Ayuda al Niño”. Y justo en la misma página de este diario figura esta información:
“Griegos ricos salvan miles de millones de euros”. En Grecia, el país que más
sufre la crisis europea. Dice la nota: “De acuerdo a lo sostenido por el
director de la SDOE (de Impuestos) ante el Parlamento, griegos de fortuna
enviaron desde su país 54 mil millones de euros al exterior”. Y agrega que
sobre esa suma nunca se pagaron impuestos.
Uno se pregunta, después de eso, ¿por qué el Mercado
Común Europeo está ayudando financieramente a Grecia en su increíble crisis?
Pero volvamos a los niños. En el mismo diario, bajo
el título “Problema dejado de lado” y el subtítulo “Alemanes que desean más
interés en combatir la miseria de los niños”, se señala: “Niños que van a la
escuela con el estómago vacío. Niños de cuarto y quinto grado que sólo con
mucho empeño y dificultad pueden leer y escribir. Niñas y niños que no pueden
concurrir a las piletas de natación para aprender a nadar, por falta de dinero.
Desde años atrás se discute el problema pero hasta ahora la política no ha
encontrado una estrategia exitosa”.
Wolfgang Büscher ha escrito que “La política no
interviene en el problema, total los niños no votan”. De acuerdo con datos de
la Fundación de Ayuda al Niño, “viven 2.800.000 niños y adolescentes en
familias que perciben menos del sesenta por ciento de la entrada mínima que
necesita una familia”.
El presidente de la Federación Alemana de Pagadores
de Impuestos ha declarado que “hay suficiente dinero. Ni la República, ni las
provincias ni las comunas tienen problemas, reciben el pago de impuestos
necesarios. El único problema es por qué no se gastan esos dineros recibidos
para terminar con los problemas sociales y familiares”.
Pienso: si esto ocurre en Alemania, un país tan
organizado, qué ocurrirá en nuestra Latinoamérica con sus inmensas villas
miseria y su enorme número de niños.
Un problema que tendrían que tratar todos los días
los parlamentos del mundo y obligar así a los gobiernos a terminar con esa raíz
de las violencias que son la pobreza y la desigualdad.
Pero en esto no se acaban los problemas. Leamos este
título del General Anzeiger del 21/1/14: “Pobreza en la vejez. El riesgo
crece”. Y de subtítulo: “Pronósticos sombríos para jubilados del futuro”. Y el
texto: “Cada vez menos dinero para vivir. Los números son alarmantes y muestran
la grieta que atraviesa a nuestra sociedad”. Y señala que así se expresa el
Panorama 2013, documento de expertos sociales y estadísticos presentado hace
pocos días. De acuerdo con él ha ido creciendo el riesgo de caer en la pobreza
de las personas entre 55 y 64 años. Ese riesgo ha crecido, claramente, desde
hace cuatro años del 17,7 por ciento al 20,5. Un promedio exactamente igual
muestra el Informe para Jubilados de la Organización para el Trabajo Conjunto y
Desarrollo (OECD).
Por su parte, la Fundación Bertelsmann ha presentado
un estudio sobre el desarrollo en 129 países, con datos del 2011 al 2013. En él
se concluye que “dada la gran diferencia entre ricos y pobres, se llevarán a
cabo en los próximos años en muchas partes del mundo masivas protestas. En
numerosas democracias, en los pasados años, se han registrado pasos atrás”.
Además resalta que “en numerosas regiones del mundo, a pesar del crecimiento
económico, se registra siempre un alto crecimiento de la pobreza y de
limitaciones sociales. En la mayoría de los estados se benefician sólo las
minorías elitistas. Al mismo tiempo, aumenta la resistencia. Por eso, en el
futuro continuarán las protestas y revueltas ciudadanas”.
El ser humano no se rinde, continúa la lucha
comenzada hace siglos. El único camino.
Pero, ante tanta mala noticia, hay una buena: en
Alemania, el año pasado, las librerías vendieron más libros que en el 2012. Se
detuvo así la decadencia de las librerías que venían perdiendo hace años. ¡La
mejor noticia!
Aunque hay otra mala: a Alemania ha llegado la
información que la multinacional alemana Kronberg y Schubert, radicada en la
Argentina, ha despedido a 70 trabajadores –en su mayoría mujeres– de su fábrica
de autopartes de Pilar y utilizó la policía argentina para reprimir a quienes
habían iniciado un paro por mejores condiciones de trabajo, policía que fue
ayudada por “barras bravas”. Los despedidos piden ayuda de los sindicatos
alemanes ya que esa empresa tiene plantas también en este país, del que es
originaria. Si esos trabajadores son oídos eso sí se llamaría “solidaridad
internacional”.
Y después de una mala noticia, otra buena: acabo de
recibir desde Buenos Aires dos tomos de la obra Derechos humanos, economía,
política y sistema financiero, editada por la Comisión Nacional de Valores de
la Argentina que preside Alejandro Vanoli. Investigación llevada a cabo por los
investigadores María C. Perosino, Walter Bosisio y Bruno Napoli. En la obra se
detalla el colaboracionismo del poder económico con la dictadura militar. Y
aparece la lista de los empresarios y financistas secuestrados y/o
desapoderados durante la última dictadura. Por fin una investigación tan
profunda sobre algo que fue por muchos años callado. Además, el primer tomo se
dedica al ciclo realizado en la propia Comisión sobre “Aportes a la
construcción democrática en las sociedades contemporáneas”. Un aporte muy
positivo a la vida democrática argentina.
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