Los
K pasarán a la historia no por sus presuntos negocios ilegales sino por sus
méritos reales, entre los cuales descuella su participación en ese bloque
independiente. Y la oposición pasará a la historia por su estupidez política y
su complicidad tácita con el Imperio.Mario Bunge, un inteligente provocador
Por Jorge
Estrella. Es uno de los mayores pensadores que ha dado la Argentina. A sus 95
años no ha perdido la lucidez ni su capacidad para hacer temblar al mundo
intelectual con sus polémicas miradas. Aquí afirma que los psicoanalistas
buscan dinero antes que la curación de los pacientes y embiste contra las vacas
sagradas de la filosofía del siglo XX. También cuestiona a grandes nombres de
la ciencia, que conoce muy bien. “Stephen Hawking y John Wheeler (quien acuñó el
término “agujero negro”) fueron físicos competentes y al mismo tiempo grandes
macaneadores”, dispara. El peronismo y el destino de su última variante también
entran dentro de su análisis.
La intensa vida
intelectual, política, académica y personal de Mario Bunge, se expone en su
reciente libro Memorias – Entre dos mundos, (Gedisa-Eudeba). 14 capítulos más
un apéndice escrito por su esposa Marta -Mi vida con Mario-, totalizan 400
páginas. Repasa en ellas su fecunda y prolongada actividad filosófico-científica
en puntos centrales de su pensamiento como la actual ontología de las ciencias,
el lugar de la causalidad, el monismo materialista, la filosofía de la
biología, la filosofía social, por ejemplo.
Sus definiciones
doctrinales y su intensa crítica al psicoanálisis, al positivismo, al dualismo
mente-cuerpo, al existencialismo, a la dialéctica marxista pero no a su crítica
del capitalismo son otros temas que señorean en el volumen. A sus 95 años, el
reconocido filósofo atestigua su condición de habitante de dos mundos en la
descripción de sus viajes, trabajos y contactos con personalidades como
Houssay, Leloir, Arturo Frondizi, Popper, Quine, Carnap, entre muchísimos
otros.
- Usted
sostiene, como un encomiable propósito que orientó su tarea intelectual, “estudiar
problemas, no autores”. ¿A qué atribuye que en los estudios humanísticos se
haya afianzado justamente lo contrario, repetir autores como si sus textos
fuesen sagrados?
– En las ciencias
se investiga problemas, no autores, porque se procura conocer el universo, no
opiniones más o menos acertadas. Además, es más fácil seguir a una columna que
encabezarla.
- Ya que
sus dos pasiones –ciencia y filosofía- nacieron y crecieron juntas en Ud.,
¿cree hoy que hay algún modo de demarcar ambos dominios como diferentes, o por
el contrario que sólo hay un conocimiento, el de la ciencia?
– No, porque la
filosofía tiene una problemática distinta de las problemáticas de las decenas o
centenas de ciencias particulares. Por ejemplo, el ontólogo pregunta qué es el
espacio físico, no cómo es el espacio vecino al Sol; el gnoseólogo busca una
teoría general de la verdad, no las verdades particulares de la parasitología o
de la antropología; y el axiólogo se pregunta por el bien en general, no por
los bienes económicos o epidemiológicos. Además, la investigación filosófica,
como la matemática, es puramente conceptual, aunque se ha empezado a hablar (no
a hacer) de filosofía experimental.
- En su
último libro Ud. recuerda que fue echado del partido comunista en 1947. ¿Sigue
aun creyendo que Cuba es una joya en América, pero una joya en bruto porque le
falta algo más de libertad?
– Cuba es una joya
porque ha eliminado a la mafia y ha socializado la sanidad y la educación. Pero
no es una sociedad socialista porque la propiedad ha sido estatizada, en lugar
de ser socializada, y porque el poder político está en manos del gobierno, no
del pueblo. Se convertirá en socialista en la medida en que se organicen
cooperativas y en que los cargos políticos se llenen por concurso, no por mandato
de un puñado de dictadores.
- Si se
pregunta a especialistas en filosofía quién fue el más grande filósofo del
siglo XX, las respuestas oscilarán entre escoger a Heidegger o preferir a
Wittgenstein. Y lo cierto es que ambos desprestigian al pensamiento filosófico
desde un lenguaje confuso. ¿Qué piensa Ud. que los ha conducido a tal éxito?
– Heidegger tuvo
éxito porque tuvo el descaro de hacer pasar el disparate por filosofía
profunda. Y Wittgenstein tuvo éxito porque no abordó ningún problema
filosófico. Ninguno de los dos contribuyó a saber en qué nos distinguimos de
los demás animales, que es pensar, o en qué consiste la justicia. Ambos fueron
escapistas y ninguno de ellos exigió conocer algo, ni siquiera historia de la
filosofía. Wittgenstein pasó por la puerta ancha del jardín de infantes, y
Heidegger ni siquiera vio la puerta.
- Ud. ha distinguido
cuidadosamente entre la ley como pauta objetiva, invariable, y el fenómeno
sometido a ella, transitorio, cambiante. Y su ficcionismo moderado sobre la
naturaleza de los entes matemáticos defiende que los objetos matemáticos son
ficciones, “pero sometidas a leyes inexorables”. En ambos casos defiende un
dualismo (hecho-ley) ¿Por qué, entonces, su resistencia al dualismo
mente-cuerpo? ¿Es por fidelidad al monismo materialista que Ud. reduce lo
mental en lo neuronal?
– Yo he adoptado y
desarrollado el monismo psiconeural porque es el principio filosófico que anima
a la neurociencia cognitiva, la rama más avanzada de la psicología. Dicho
monismo es ontológico -“Todo lo mental es cerebral”- pero no metodológico, ya
que reconoce que hay muchas maneras de entender lo mental: estudiando
mecanismos neuronales, conductas, expresiones verbales, declaraciones de
pacientes, etc.
- Su
rechazo de la teoría psicoanalítica cubre también los resultados de la terapia
psicoanalítica. ¿Hay estudios serios que muestren ese fracaso terapéutico?
– La filosofía
tiene una problemática distinta de las problemáticas de las decenas o centenas
de ciencias particulares. El psicoanálisis sólo se practica en Buenos Aires,
París y Barcelona. No se lo enseña en ninguna universidad de punta, porque, al
igual que la homeopatía, no investiga. Transcurridos 114 años, los
psicoanalistas no han hecho ni un solo experimento. No les interesa poner a
prueba lo que afirman: constituyen una iglesia. Tampoco llevan la cuenta de las
curaciones de depresiones, esquizofrenias, ni adicciones. Buscan guita, no
curación ni comprensión.
- Su
materialismo difiere del dialéctico marxista con fuertes razones. ¿No estima
que las transformaciones nacidas de la ciencia y de la tecnología merecen más
justamente el nombre de revolucionarias que las cumplidas por Lenin, Stalin o
Mao? En otras palabras, ¿no fueron más significativos para las transformaciones
sociales gente como Faraday, Edison o Fleming?
– Efectivamente.
Peor aún: los materialistas dialécticos condenaron inicialmente todas las
revoluciones científicas posteriores al materialismo histórico, desde la lógica
matemática y las dos relatividades, la cuántica, la teoría sintética de la
evolución y la psicología biológica. Pero hubo buenos historiadores marxistas,
porque han subrayado la importancia del aspecto económico de todo lo social.
- Hablando
de su ontología materialista, la lectura usual del experimento ideado por (John
Archibald) Wheeler -“elección retardada”-, sostiene, Hawking entre otros, que un
fotón que ha pasado por una de dos ranuras y ha sido interceptado, “regresa al
pasado”, modifica su comportamiento ya cumplido y toma un camino alternativo.
¿Encaja esa versión del experimento en su ontología cuántica?
– Wheeler, con
quien conversé muchas veces, fue un físico competente y al mismo tiempo un gran
macaneador. Lo mismo se aplica a Hawking. No los citemos como autoridades en
todo: celebremos sus aciertos pero critiquemos sus errores, que no habrían
cometido si se hubiesen atenido al realismo y al materialismo filosóficos. Es
imposible regresar al pasado porque ya no existe, y es imposible que un trozo
de materia sea un montón de bits, porque la unidad de información carece de
propiedades físicas y sólo tiene sentido con referencia a un sistema
informático.
- Entre el
peronismo original que Ud. conoció en el poder y el actual peronismo
gobernante, ¿ve diferencias sustantivas?
– Ante todo, no
estoy informado sobre el peronismo posterior a mi trasplante de país en 1962.
Aún así, de lejos, creo que ha habido tanto cambios -democracia política,
respeto por los derechos humanos, desaparición de las Fuerzas Armadas como
fuerza política y apoyo a la investigación científica- como permanencias
-caudillismo, intento de amordazamiento de la prensa, e improvisación. Los
peronistas no responden a las acusaciones justas de los opositores, y estos
repiten los errores de la llamada Unión Democrática. Además, se niegan a ver
una novedad importante: la formación de un frente único sudamericano
anti-imperialista, el primero en 200 años. Los K pasarán a la historia no por
sus presuntos negocios ilegales sino por sus méritos reales, entre los cuales
descuella su participación en ese bloque independiente. Y la oposición pasará a
la historia por su estupidez política y su complicidad tácita con el Imperio.
- De su
cuantiosa producción intelectual, ¿qué destacaría como su aporte más
significativo al pensamiento contemporáneo?
– Dos: mi trabajo
de axiomatización realista, pero no clasicista, de varias teorías físicas, en particular
la cuántica; y la construcción de una filosofía cientificista, y por tanto
realista, materialista, sistemista y humanista.
Mario Bunge se doctoró
en Ciencias Fisicomatemáticas por la Universidad de La Plata en 1952. Fue
homenajeado con el Premio Príncipe de Asturias, 14 títulos de doctor honoris
causa y cuatro de profesor honorario. Actualmente es profesor de Filosofía en
la McGill University de Montreal (Canadá). Los temas principales de su amplia
bibliografía (40 libros y más de 500 artículos) son la física, la filosofía de
las ciencias naturales y sociales, la semántica, la ontología y la ética.
Agregado
por george on 4 abril, 2015.
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