miércoles, 30 de mayo de 2012

Cooperativas: El cuento de la buena pipa





Por Lucas Diaz
Parece que se ha colgado el satélite y la imagen permanece petrificada, inmóvil.

Pero no existe una tormenta solar, no hay problemas con el satélite. El problema está en la señal de origen. Nadie hace nada.
A casi un mes de la reunión entre el gobernador Martin Buzzi con los intendentes de las cinco ciudades más importantes de la provincia para tratar la dura crisis que atraviesan las cooperativas, nada se ha hecho, nada se arregló y lo único que ha pasado es el tiempo, que al igual que en la televisión, es tirano.
Esporádicamente, casi como un tic nervioso, algún funcionario del gobierno sale a verter opinión, llenar el vacío de los diarios, acaparar un par de páginas, gastar un poco de tinta. Pero de su boca solo sale aire tibio, nada de contenido, ninguna propuesta, ninguna solución.
Pareciera que el problema es de otro, que la crisis de las cooperativas no le afecta a la gente y no tiene ningún efecto sobre la población. Solo están ahí, mirando desde afuera, opinando de vez en cuando y esperando que algún poder divino solucione todos los problemas. Pero a nadie le consta tampoco que sean creyentes o que siquiera se tomen dos minutos de su día y eleven una plegaria al cielo.
Desde la banquina de la realidad, el gobierno provincial ve como todo el sistema cooperativo se desmorona y solo practica el deporte provincial de endilgar culpas, a las administraciones de las cooperativas por manejarlas mal, a los trabajadores por sus salarios, al sindicato para que sea parte de la solución. Pero no toma un segundo en hacer su tan necesaria autocritica.
Martin Buzzi se mueve por el mundo político chubutense con ínfulas de mandamás y líder político de un proyecto que lo vio entrar por la ventana. Habla como el vocero del gobierno nacional y actúa como si fuese el presidente del PJ.

Pero falla a la hora de demostrar ese supuesto liderazgo, en hechos concretos.

Mientras la provisión de los servicios esenciales en todo el territorio del Chubut pende de un hilo, el gobierno esquiva responsabilidades. Buzzi, como líder político debería reconocer, ya que tanto castiga a las administraciones de las cooperativas, la gruesa responsabilidad que les cabe de poner, desde el aparato partidario, a esas mismas administraciones.
El atraso tarifario de las cooperativas esta abiertamente reconocido por todos los actores del conflicto. Desde el gobierno provincial, pasando por los gobiernos municipales, la Federación de Cooperativas, los consejos de administración y el sindicato, todos concuerdan en que la tarifa está muy por detrás de la inflación y el aumento de los costos.
Pero lo que omiten analizar dentro de la torta de responsabilidad que les toca, es que son los poderes concedentes, los municipios a través de sus Concejos Deliberantes los encargados de otorgar tarifa. Dicho de otro modo, son los Concejales los que deben levantar la mano y dar solución al tema tarifario.
Pero el sistema es verticalista. Nadie actúa solo. Así vemos declaraciones grandilocuentes de los intendentes, saliendo en defensa de los ciudadanos, como fue el caso de Ricardo Sastre, intendente de Puerto Madryn, quien al mejor estilo western dijo en conferencia de prensa: “No voy a permitir que ni el Concejo Deliberante, ni los concejales, ni el Poder Ejecutivo sigan siendo rehenes de situaciones que no deben ser” y sentenció que “no va a haber aumento de tarifas, ni de Servicoop ni de la empresa de transporte público”.
En dos frases Sastre reveló el meollo de la cuestión y de qué manera se está manejando la problemática de las Cooperativas.

Luego del exabrupto de proponer un ente mixto y de abrirle la puerta al fantasma de la privatización, Sastre se llamó a silencio y el lugar fue ocupado por el Secretario General dela Gobernación Guillermo Almirón, quien salió a poner paños fríos y descartar que el gobierno estuviese contemplando la posibilidad de privatizar las cooperativas
.
Fiel a un estilo que ya se ha convertido en slogan, Almirón destacó que el gobierno busca tener una salida de la crisis acordada “porque en definitiva la prestación de los servicios públicos por concurrencia y solidaridad en la responsabilidad también la tiene la provincia pero cada ciudad decide cómo manejar los servicios públicos”. Más allá de la evidente lavada de manos, Almirón tuvo un párrafo confuso donde su boca fue más rápida que su cerebro. “Hay una clara definición del gobierno de la provincia que no propicia este tipo de iniciativa de privatizar, sí hay que hacer algo en servicios públicos que no tiene que ver con tarifas, sabemos que hay un atraso que en eso si es homogéneo como es el atraso de tarifas en agua y cloacas en todas las cooperativas. Ahora propiciar un esquema de privatización le corresponde al poder concedente no lo hace la provincia e implementar otro sistema llevaría mucho tiempo y no se podrían resolver temas de coyuntura”.
Además Almirón, en la misma sentada descartó el otorgamiento de subsidios diciendo que “no da para más el auxilio financiero porque por vía de subsidios la provincia para este año tiene una proyección de 25 millones de pesos en subsidios directos, para las cooperativas medianas y chicas básicamente del interior de la provincia, tiene 220 millones de pesos en infraestructura de expansión de servicios
públicos y ha venido haciendo a cooperativas grandes en una proporción muy chica subsidios directos y adelantos de consumos futuros”.
A ver si entendemos, ¿el gobierno no está a favor de la privatización, pero si los poderes concedentes quisieran implementar otro sistema que el cooperativista, lo podrían hacer y el único problema es que llevaría mucho tiempo?

Almirón dice que el gobierno es consciente del atraso tarifario pero lo que se debe hacer no tiene nada que ver con las tarifas. OK, entonces ¿Qué se debería hacer?Porque Almirón descarta la privatización, desecha el aumento tarifario y rechaza los subsidios, entonces ¿Qué plan tiene el gobierno para superar el problema de las cooperativas?
“Los subsidios sirven para una coyuntura en la que hoy no estamos, aplicar la misma política significaría generar más problemas que soluciones porque no se puede solucionar esto por vía de tarifas o plata sino que ya tiene que ver con las conducciones de las Cooperativas” termina asegurando Almirón.
¿O sea que la culpa de la crisis la tiene exclusivamente las administraciones de las Cooperativas y su mal manejo?
Tal vez si una sola o como mucho dos cooperativas estuviesen en crisis quizás se podría decir que esas cooperativas están mal manejadas y es culpa de la mala administración, pero cuando el problema es global, estructural y afecta a todas las cooperativas por igual provocando un déficit mensual total de 11 millones de pesos, el problema no parece ser el mal manejo, salvo que durante años se hayan elegido al mismo tiempo para ocupar tan importantes cargos en todas las cooperativas a completos inútiles. No es imposible, pero pareciera ser más un chivo expiatorio que otra cosa.
En definitiva la discusión termina siendo un cruce de acusaciones que no deja nada en limpio, solo litros y litros de tinta gastada en tirarse la pelota entre unos y otros y nadie dice cómo solucionar los problemas por los que atraviesan las cooperativas.
Una de las voces más críticas de todo este inútil proceso ha sido el Secretario General del Sindicato de Luz y Fuerza de la Patagonia quien viene diciendo incansablemente hace meses que la situación no da para más. Asimismo el sindicato fue el único actor que elaboró, en el marco del Consejo Consultivo, un documento donde se plasmaba y analizaba la situación del sistema cooperativo en la provincia, con datos concretos, números reales de los déficit que presentaban las cooperativas de servicios y brindaba varias propuestas para salir de esta crisis.Este documento titulado “Diagnóstico de la situación actual de los Servicios Públicos Esenciales en la Provincia del Chubut, Parámetros para la Exploración, Análisis, Adecuación de políticas y el Dictado de normativas para resolver las dificultades prestacionales que atraviesan los mismos”, sigue durmiendo desde hace cinco meses, el sueño de los justos mientras que diversos funcionarios
siguen opinando claramente sin haber siquiera ojeado su contenido.
Y el reloj de arena continúa su implacable marcha. No se detiene por buenas intenciones, por reuniones de café, por anuncios vacíos o por frases bombásticas de opinólogos certificados.

Mientras el gobierno se dedica a contar el cuento de la buena pipa, el sistema cooperativo sigue en crisis, sigue acumulando millones de pesos en déficit y continua su marcha hacia el inexorable colapso.
¿Qué habrá de después de eso? Bueno, no sería una exageración si el panorama ante el colapso total de los servicios públicos se pareciera a ciencia ficción de la que solo los más dramáticos guiones de cine catástrofe de Hollywood han podido plasmar.
En una charla con Héctor González, le pregunté si alguna vez había visto una situación similar de crisis del sistema cooperativo. “En cuarenta años nunca vi una crisis semejante” fue la respuesta tajante del titular del Sindicato de Luz y Fuerza. La inacción del gobierno hace sospechar de que efectivamente se esté dejando llegar la crisis a un grado tal de que disfrazadas de soluciones apuradas y
desesperadas impongan un cambio de sistema, llámese privatización, ente mixto o como quieran llamarlo. Porque otra explicación inteligente no se viene a la mente.

O es eso, o debemos sospechar de la preocupante inutilidad de los que hoy en día nos han tocado como gobernantes.

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