sábado, 30 de diciembre de 2017

Retrocesos, Despidos, Pobreza, Deuda Y Represión




2017: EL AÑO DEL CANGREJO
 Por María Quintero

La deformación de la democracia
Con el fin de año de 2017, cierra también la primera etapa del gobierno de Cambiemos. Un gobierno que a dos años de gestión ya se ha ganado la denominación peyorativa de “Régimen” por parte de los sectores opositores, incluida la prensa no hegemónica.
Si hacemos un repaso de la política llevada adelante por el gobierno nacional a lo largo y ancho del país, es fácil reconocer cuánto se ha debilitado y deformado la democracia para transformarse, en primer término, en una Plutocracia y luego mudar su piel a un régimen autoritario que no respeta la división de poderes de una República. Así el entramado de alianzas ejecutivo-judiciales fagocita al legislativo (oficialista y parte del opositor) y lo transforma en una suerte de oficina administrativa que pone sello a lo que la minoría rica del país necesita.
Por la imposición de estas necesidades, terminamos este año con una deuda que “en los primeros 20 meses ha superado los 100 mil millones de dólares”, (1) con una reforma previsional aprobada el 19 de diciembre a pesar de la fuerte oposición de la sociedad, con una reforma tributaria que beneficia a unos pocos y con una reforma laboral en camino.



Como nada es librado al azar, para lograr sus objetivos, el gobierno nacional primero necesitaba debilitar al Campo Nacional y Popular y a su nivel de organización. La cantidad de despidos que comenzó en diciembre de 2015 y creció fuertemente en 2016 y 2017 fue uno de los primeros pasos.  “En términos generales, al 31 de marzo de 2017 se contabilizaban 253.967 despidos y suspensiones. Los despedidos ascendían a 212.004 y los suspendidos a 41.963 casos. Dentro de ellos, los despidos del sector privado ascendían a 136.656 y las suspensiones suman 41.933” (2). Según denunciaron los gremios, para este fin de año, el gobierno tiene pensado otros 20.000 despidos más.
Otro de los pasos para instaurar las políticas de ajuste, es la persecución a dirigentes opositores que comenzó con la detención arbitraria de Milagro Sala en enero de 2016 y que luego se transformaría en una larga lista de presos políticas. Todos detenidos mediante la violación de sus garantías constitucionales. El juez Bonadio es la ventanilla paradigmática de Cambiemos por donde entran las listas con los pedidos del Gobierno nacional.
Hoy Argentina tiene 18 presos políticos. Se encuentran detenidos ilegalmente: Milagro Sala, Mirta Rosa Guerrero, Mirtha Aizama, Gladis Díaz, María Graciela López, Alberto “Beto” Cardozo, Javier Nieva, Diego Barreto, Roberto Baratta, Víctor Manzanares, Facundo Jones Huala, Julio De Vido, Amado Boudou, Luís Delía, Yussuf Khalil, Fernando Esteche, Héctor Timerman y Carlos Zannini.
Sin garantías constitucionales, con los derechos en retroceso

.

Al escándalo de los presos políticos, los despidos y la deuda externa, además, se suman dos casos que aún gozan de impunidad y ponen aún más en riesgo el Estado de derecho de nuestro país: la desaparición forzada seguida de muerte de Santiago Maldonado y el asesinato de Rafael Nahuel, ambos asesinados en operativos de las Fuerzas de Seguridad contra la Comunidad Mapuche.
Argentina vive hoy un profundo retroceso en materia de derechos humanos. La desfinanciación del presupuesto otorgado para llevar adelante los juicios de lesa humanidad  y el beneficio de la prisión domiciliaria a más de medio centenar de genocidas,  a los que sumó en el día de ayer el represor  Miguel Etchecolaz, dan cuenta también de esto.
En este marco, la construcción del enemigo interno que elaboró Cambiemos junto a los medios de comunicación oficialistas apuntó primero contra la comunidad mapuche. Esa construcción justificaba dos cosas indispensables para el gobierno de los ricos. Por un lado, el robo de tierras por parte de Luciano Benetton y Joe Lewis (3), violando la ley 26.160 que declara la emergencia de las tierras habitadas por comunidades indígenas y prohíbe sus desalojos, y por otro, la justificación de la represión por parte de las fuerzas de seguridad tanto en el sur como en otros lugares del país como Jujuy y Buenos Aires.

Llegando al fin de 2017, el enemigo interno ya no serían tan solo “los mapuches de la RAM” – según los denominaba la Prensa Hegemónica- sino los “anarcotroskokirchneristas” según también La Nación y Clarín, o la “Guerrilla Urbana”, como los nombró Infobae en uno de sus últimos editoriales.
Todas estas denominaciones responden a motes rimbombantes y estigmatizantes para justificar balas de goma, gases, camiones hidrantes y hasta balas de plomo por parte de las Fuerzas de Seguridad a la manifestación popular. Todos eufemismos de aquellos a quienes realmente quieren desarticular pero que aún no se animan a nombrar a secas: gremialistas, trabajadores, dirigentes políticos opositores, o todos aquellos que tuvieren una mirada crítica.
.


La etapa represiva comenzó en la ciudad de La Plata en 2016 y se fue recrudeciendo y extendiendo por el país hasta marcar el punto de quiebre en Buenos Aires con la represión a los docentes en abril de 2017. Las fuerzas de seguridad reprimieron este año en la marcha de las mujeres del 8 marzo, en las marchas por Santiago Maldonado y en las marchas contra la Reforma Previsional. La represión fue en aumento, y de manera directamente proporcional a la cantidad de gente que tomaba las calles contra las políticas del Gobierno de Mauricio Macri, hasta llegar a la cacería de manifestantes de las jornadas del jueves 14 y lunes 18 de diciembre.
Todas las represiones contaron con la detención de trabajadores de prensa, quienes además fueron heridos con balas de goma y afectados por los gases lacrimógenos.
Así, las dos últimas y feroces represiones a trabajadores, a la prensa y a diferentes diputados de la oposición puso el punto final al discurso de diálogo y paz que venía repitiendo el gobierno de Cambiemos.

                                                                                        FOTO: Alfonso Sierra

El resultado: 6 diputados heridos por las fuerzas de seguridad (Victoria Donda, Miriam Bregman, Mayra Mendoza, Horacio Pietragalla, Matías Rodríguez y Leonardo Grosso), decenas de manifestantes heridos y detenidos, trabajadores de prensa heridos y detenidas, personas que ni siquiera participaban de la marcha, detenidas.
Según un informe de CEPA, entre el periodo enero 2016 a noviembre 2017, en Argentina,   el promedio es de un herido cada dos días por las fuerzas de seguridad, más del 50% de la represión fue a protestas realizadas por trabajadores y más del 30% ocurrió en la CABA y Provincia de Buenos Aires. (4)

Censura y represión a la prensa
Dentro de las políticas aplicadas por el gobierno, una de las más alarmantes es la censura a la prensa opositora. El intento de callamiento de voces disidentes en los medios de comunicación es cada vez más grande y violento. Comenzó a fines de 2015, apenas asumido el gobierno de Mauricio Macri, con el despido de los medios de comunicación públicos a aquellxs periodistas que manifestaran opinión contra las políticas de Cambiemos: integrantes del programa 678, trabajadores de Radio Nacional y la TV Pública. Continuó con el ahogamiento económico a diferentes medios hegemónicos que tuvieran también una línea opositora, y así quedaron fuera del aire Roberto Navarro y Victor Hugo Morales. Recrudecieron las políticas de ahogamiento económico a los medios populares y comunitarios, y aunque se hace cada vez más difícil sostener los medios, son hoy en día quienes siguen dando una dura batalla contra el aparato de censura del gobierno.


Sin embargo, como al gobierno de Cambiemos no le basta con la censura a los medios de comunicación, comenzó una nueva etapa de persecución y represión directamente contra los trabajadores de prensa que realizamos nuestro trabajo cubriendo en la calles. Reporteros gráficos, periodistas y camarógrafxs fuimos desde afectados por los gases hasta blanco de las balas goma y de las detenciones.

Trabajadores de prensa heridos y detenidos en las jornadas del jueves 14 y lunes 18 de diciembre:
“Leandro Teysseire (Página/12), Germán García Andrasti (Clarín), Federico Hauscarriaga (Red Nacional de Medios Alternativos) y Pablo Cuarterolo (Perfil) y Marcelo Silvestro (Perfil). Además fueron heridos el camarógrafo de C5N, Guido Rodríguez y el fotógrafo Pablo Piovano. Estefanía Cámera Da Boa Morte, de Mundo Villa, el ex reportero gráfico de Página/12 Pablo Piovano, Juan Pablo Barrientos, fotógrafo de la revista Cítrica, Agustín Gulman, del portal Big Bang News, Suyai Serrano, trabajadora del archivo periodístico de la agencia Télam. Cuatro reporteros gráficos de Página/12 también fueron heridos: Adrián Pérez, Gonzalo Martínez, Bernardino Ávila,  Leandro Teysseire. Lucas Molinari, integrante de Radio Gráfica, Silvina Rouvier, camarógrafa de La García, Ignacio Petunchi (Ámbito Financiero), Sebastián Hacher (Cosecha Roja), Ayelén Rodríguez (Marcha Noticias), Bárbara Leiva (Notas), Julio Rodríguez (Radio 10) y Mariano Pacheco (La luna con gatillo / Resumen Latinoamericano). Cuatro trabajadores de prensa de FM La Patriada: Diego Murrone, Francisco Scarzella, Lorena Sfreir y Lula Lillo, del Diario Popular, Gustavo Figueredo, y referentes de organizaciones sindicales, cooperativas y sociales, uno de ellos Carlos Artacho, de Foetra Buenos Aires (sindicato de las Telecomunicaciones)”. (5)

Las mujeres, las más afectadas por la crisis
El gobierno ha profundizado la crisis hacia los sectores más vulnerables y ha retrocedido en materia de inclusión e igualdad. La reforma previsional ha sido el último claro ejemplo, y tal vez el más visibles, sin embargo, hubo otros fuertes retrocesos en materia de derechos, como el caso de políticas de género que termina el 2017 con un saldo negativo.
En Argentina, entre el 1 de enero y el 17 de noviembre de 2017, se registraron 254 femicidios (dentro de los cuales hay 12 femicidios vinculados de mujeres y niñas, y 19 femicidios vinculados de hombres y niños) y 4 travesticidios en todo el territorio nacional. Un femicidio cada 30 horas. (6). Pese al crecimiento de los números respecto a la cantidad de femicidios en 2016, el gobierno nacional decidió ajustar, en términos reales, casi 30 millones de pesos para 2018 respecto a 2017 para el Instituto Nacional de las Mujeres. Implica una baja de 17 por ciento. (7)
Si para los hombres, las crisis económicas y sociales representan retrocesos y vulneración de derechos, para las mujeres ese retroceso es aún más grande, porque partimos de una base de derechos más vulnerados.  Porque, por ejemplo, cobramos un 27% menos de salario a igual tarea que un hombre, entonces si los salarios de los hombres no pueden afrontar la inflación y la crisis, el nuestro puede hacerlo aún menos. Porque las primeras jubilaciones que recortarán serán la de las amas de casa, quienes dejarán de ser reconocidas como trabajadoras. Porque sin presupuesto para políticas contra la violencia de género que contengan a la víctimas, el Estado las estará obligando a convivir con el violento, el femicida.
En este marco, es necesario también resaltar que en las detenciones arbitrarias en las represiones a las manifestaciones populares, las mujeres sufrieron abusos, manoseos por parte de las fuerzas de seguridad. Algunas de las detenidas tras la marcha del 8 de marzo fueron obligadas a desnudarse en sus celdas frente a la mirada de los policías, la mayoría, y en todas las represiones, coinciden en el relato de que fueron detenidas al grito de “putita” mientras eran manoseadas por los efectivos policiales.

Nuestra responsabilidad histórica
2017 arroja un saldo demasiado costoso para quienes asumieron al poder hablando de República y de diálogo. Lo números de este fin de año, que cierran la primera etapa de Cambiemos, responden sin dudas y en todas su variantes a un gobierno que poco entiende de Democracia, de República y de gobernar en pos del bienestar de las mayorías y de los sectores más vulnerables de una sociedad. El régimen plutócrata que nos gobierna recrudecerá sus políticas en 2018. Resta saber si el rechazo de los últimos meses por parte de la sociedad resultará ser algo generalizado y organizado. Y si esa sociedad, que arrastra tanta historia de lucha y organización, traduce el descontento en más manifestación y con el objetivo de un cambio real y decide quitarle su apoyo a Cambiemos de cara a 2019.



Fuentes:

No hay comentarios: