La política, es una fábrica inagotable de virtudes, los mejores valores se expresan en este apasionante arte. Inteligencia, compromiso, lealtad, vocación de servicio, solidaridad etc., son algunos de sus costados más visibles y han motorizado los mejores... procesos históricos. Paralelamente, es inevitable la presencia del egoísmo, la traición, le envidia, los celos y muchas otras desviaciones emocionales. Que quedaron demostradas en la colección de avales. Ciertos individuos, en general notables fracasados, se incorporan a los partidos políticos, especulando con los posibles beneficios personales. Otros sólo trasladan sus frustraciones a un colectivo social que les brinda contención. En algún momento del proceso, las partes desnudan sus intenciones. Algunos creen ser imprescindibles, se envalentonan, exigen y ordenan respuestas inmediatas. Muchos y conocidos por la sociedad llegaron ayer. Toda una vida de perdedor y se transforman mágicamente en notables y sabios. Es la rebelión de los perejiles. La envidia y los celos contenidos, desatan la furia de la revancha. El corto ciclo de excitación se termina con el acto electoral y retoman- por suerte- a su insignificante destino. No me refiero al económico que es lo que mejor defienden. Otros pretenden ensuciar y desautorizar a los dirigentes y sus decisiones, a militantes con historia, de verdad, de lucha, para ocultar sus traiciones, sus vaivenes vergonzantes y sus continuas deserciones. Está escrito en la piedra, los más traidores e inmorales, son los mayores calumniadores y los hay muchos... Aparecen también, los mercenarios, inútiles históricos que se sobrevaloran días antes de cada escrutinio, movilizadores de la nada, ponen precio a su adhesión militante desde incluso los medios. Ese periodismo “mil y tanto”, no militante. Termina siempre desprestigiados y secos de sequedad absoluta. Los perejiles se detectan fácilmente. Se ponen solemnes y circunspectos, pero inmediatamente delatan su estupidez y torpeza en sus análisis preelectorales. Son importantes en ciclos breves, semanas a lo mucho; y en ese corto lapso se disfrazan de importantes e inteligentes. No existe peor cosa que un idiota con tenacidad y vocación. Pero no hay que alarmarse, esta minoría, esta fauna engañadora, no tiene presente ni futuro aunque su naturaleza les ayuda camaleónicamente para estar con el ganador. Es hora que el pueblo o los que se precien de ser ciudadanos con derechos, rechacemos sin hipocresías, sin amiguismos, sin pensar que nos pueden afectar en nuestro trabajo, nuestra vida, en lo afectivo y social a los maracanases que años tras años, gobiernos tras gobiernos están con el de turno sea quien sea, en lo político, empresarial, en lo particular. Esto último, no necesariamente hay que ser muy inteligente para, por lo menos sospechar el progreso económico de algunos .Nada es para siempre, siempre que llovió paro. Cuando llueve todos se mojan, yo y otros estamos en el desierto. Llego el momento de los giles (nosotros) Basta. Están nerviosos?, es solo equidad, justicia , pero de verdad no mediática. Llego la hora de los “giles”.
Rene Gado
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