La traición es un concepto que implica la violación de la
confianza y lealtad hacia alguien, generalmente cometida por alguien cercano o
en una posición de poder. En el contexto del sector político, la traición puede
tener repercusiones particularmente significativas y dañinas, ya que involucra
la traición de principios, ideales y promesas públicas.
Cuando hablamos de traición en el ámbito político, nos
referimos a acciones en las que un individuo o grupo traiciona la confianza
depositada en ellos por el electorado o por sus compañeros de partido. Puede
manifestarse de diferentes maneras, como el incumplimiento de promesas
electorales, la traición a los valores y principios fundamentales, o la
manipulación de información para obtener beneficios personales o partidistas.
La traición de Bruto y la de Judas son dos episodios
históricos y literarios extensos contextos conocidos, pero tienen diferencias
significativas tanto en su como en sus motivaciones.
La traición de Bruto se refiere a la participación de Marco
Junio Bruto, un senador romano, en el asesinato de Julio César en el año 44
aC Bruto formó parte de un grupo de conspiradores que descubrió que el poder de
César se había vuelto demasiado autocrático y amenazaba la republica romana. Su
traición se basó en la idea de restaurar la libertad y el equilibrio político a
través del asesinato de César.
Por otro lado, la traición de Judas hace referencia a la
figura de Judas Iscariote, uno de los doce apóstoles de Jesús en la tradición
cristiana. Según los evangelios, Judas traicionó a Jesús al entregarlo a las
autoridades romanas a cambio de treinta monedas de plata. Su traición fue
motivada por una combinación de codicia, desilusión y posiblemente por el deseo
de forzar a Jesús a actuar de manera más política y establecer un reino
terrenal.
En resumen, la traición de Bruto se centró en la política y
la lucha por el poder en el contexto de la Roma antigua, mientras que la
traición de Judas se enmarca en un contexto religioso y se relaciona con los
eventos que llevaron a la crucifixión de Jesús. Las motivaciones y las
circunstancias de ambas traiciones son diferentes, aunque ambas han pasado a la
historia como ejemplos notables de traición.
La consideración de una doctrina política como una religión
puede ser objeto de debate y puede depender de la definición y los criterios
utilizados para definir tanto la religión como la doctrina política en
cuestión.
En general, las religiones suelen involucrar creencias y
prácticas relacionadas con lo divino, lo espiritual y la trascendencia, ya
menudo incluyen rituales, enseñanzas morales y una comunidad de seguidores.
También debemos considerar el involucramiento de la religión en la política
(Bolsonaro, Brasil).
Generalmente no se considera una doctrina política como una
religión. Aunque tanto las doctrinas políticas como las religiones pueden
influir en la forma en que las personas ven y entienden el mundo, existen
diferencias fundamentales entre ambas.
Una religión es un sistema de creencias y prácticas espirituales
que generalmente involucra la adoración o reverencia a un ser supremo o
entidades divinas. Las religiones suelen tener un conjunto de enseñanzas
sagradas, rituales y normas morales que guían la vida de sus seguidores.
Además, las religiones a menudo abordan preguntas trascendentales sobre el
propósito y el significado de la vida.
Por otro lado, una doctrina política se refiere a un
conjunto de principios, ideas y valores que definen las creencias políticas de
un grupo o movimiento. Estas doctrinas se centran principalmente en cuestiones
relacionadas con el gobierno, la economía, la distribución del poder y los
derechos humanos.
Aunque algunas personas pueden tener un fuerte compromiso o
devoción hacia una doctrina política en particular, generalmente no se
considera una religión en el sentido tradicional.
Sin embargo, es importante destacar que el lenguaje y las
metáforas religiosas pueden utilizarse en el contexto político para describir
la devoción o el fervor de los seguidores hacia ciertas ideologías políticas,
pero esto no implica que sean religiones en sí mismas.
P.D. :
Qué
duele más la mentira o la traición?
Duele la mentira,
pero más duele la traición. Es decir cuando la persona se entera porque
tarde o temprano se sabe la verdad, sufre tanto porque se siente traicionado y
una traición es difícil de superar.
Es posible observar que el acto de traicionar estaba
estrechamente asociado a la delación, a la entrega de algo/alguien al enemigo y
que, peor aún, anidaba en su interior una tercera posibilidad: la infiltración,
es decir, que un agente extraño se incorporara a la organización con el objeto
de extraer información clave y entregarla al enemigo para atacar y destruir al grupo.
No hay peor enemigo que un amigo (cro. ofendido)
Disgregación interpretativa de;
(1) “Un amigo ofendido es el más encarnizado
enemigo.” Thomas Jefferson
Nos lleva a concluir que;
(2) “El individualista (es) un traidor en
potencia”
Existen, sin embargo, otros sentidos asociados a la noción
de traición, otros actores a los que se les llamó traidores, otros gestos y
conductas que fueron catalogadas de ese modo. En ocasiones, la palabra traición
fue utilizada por parte de las dirigencias para señalar y acusar a militantes
que no aceptaron de buena gana las órdenes y los mandatos partidarios. En este
caso, la traición se asocia a la disidencia y al castigo de la misma.
(1) Fuente:
https://citas.in/frases/66899-thomas-jefferson-un-amigo-ofendido-es-el-mas-encarnizado-enemigo/
(2) “Evita
Montonera”: P-87.
“Si les hacen una ofensa, Aunque la echen en olvido, Vivan
siempre prevenidos, Pues ciertamente sucede Que hablará muy mal de ustedes Aquel
que los ha ofendido” Martin Fierro
RENE
GADO
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