Ante los hechos de
publica trascendencia de un audio de trabajadores de YCRT planificando un
supuesto boicot, me siento en la obligación moral de opinar desde mi más
humilde postura de ciudadano y defensor militante de los derechos
humanos como me considero desde hace mucho en nuestra sociedad.
Creo que lo principal en las sociedades es sin dudas mantener los valores y principios más importantes que las guían, entre ellos el de opinar, de expresarse ,de participar en la sociedad ,ejercer sus derechos plenamente como ciudadanos y por supuesto asumir las responsabilidades enmarcadas en sus obligaciones.
Rio turbio hoy enfrenta uno de los desafíos más grandes de su historia que permitirá a esta sociedad lograr el anhelo y sueño de generaciones pioneras de transformar nuestro carbón en energía. Cada uno desde nuestra más humilde colaboración y trabajo debemos comprometernos en ese objetivo en común, UN OBJETIVO SUPERIOR a cualquier interna política o personal. Porque de esa parte la democracia tiene su forma de resolverlo en las urnas con el voto popular, y lo personal se dirime con el diálogo, comprensión, respeto y libertad de las partes en busca de la resolución del conflicto, única forma de resolverlo desde mi punto de vista.
Si en busca de este objetivo "Rioturbiense colectivo" logramos como corresponde poner en pleno funcionamiento a YCRT de forma estratégica, planificada, organizada ,colectivamente desligándonos de soberbias e individualismos, puedo asegurarles que no habrá más espacios para especulaciones, rumores y distorsiones mediáticas malintencionadas que entorpecen y generan rencores innecesarios donde los malintencionados, rencorosos, egoístas e individualistas se hacen un festín sin pensar siquiera en las familias de los damnificados, y por supuesto menos en el bienestar comunitario .
No hay delito en
ninguna opinión, aunque la opinión implique la perspectiva de un ilícito no
concretado, porque antes de juzgar se deben probar los hechos....es así como
una sociedad debe funcionar. Pasaron ya 39 años de la desaparición de miles de
personas y aun confío en la justicia de los hombres y no en la de verdugos
seudo periodistas que hacen investigación de sofá con el celular en mano, donde
en vez de información trascendente y fehaciente se guían por el comentario del
barrio.
El delito de opinar no existe aunque sea la opinión brillante o un desastre..., porque toda opinión merece ser dicha en el marco del respeto por los demás y es propia de quien las dice, y más cuando es una opinión privada y personal.
La exposición de
cualquier ciudadano malintencionada mediática siguiendo una línea
editorial que ni siquiera les pertenece y de quienes se prestan a
eso, que afecta a las personas, que las maltrata, que la desprecia y
lo más repudiable y poco ético QUE JUZGA, es la manifestación mas
basta de la impotencia y mediocridad de quienes no pueden desprenderse de individualismos
sesgando la historia de nuestro pueblo entre la política y la antipolítica
creando ciudadanos abstraídos de la sociedad que rompen con los lazos sociales
y principios de ella, creando personas que tambalean entre la mediocridad y la
maldad, poniendo a todos en una posición psicológica de abstracción que nos
hace creer que la gente vive el día a día de las internas ,rencillas y
baja calidad de la dirigencia local en todos los ámbitos, y que el camino es el
de la crítica vacía, llana , malintencionada, donde la única verdad es la
que pueden manifestar ellos y que el día de mañana nos influirá a instaurar las
hogueras y horcas en la plaza central y todos lo veremos cómo coherente, tal si
fuese un capitulo bizarro de los Simpson, donde después nos damos cuenta que
ahorcamos a quienes no debíamos ... bizarro... bajo... pero real.
Hoy me siento en la
obligación de escribir mi opinión, mía de nadie más... y que solo quiere
contribuir a que seamos mejores como ciudadanos como personas , donde todos tenemos
derecho de ser escuchados, de proponer ,de disculparnos , de mantener nuestra
postura, de aceptar o rescindir. Pensando esto recordé un poema de Brecht
que me hizo escribir pensando en la libertad de pensar, de hablar de mantener
nuestra privacidad, porque si no se dan estos principios eso ronda la
persecución ideológica acá y en la China:
Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".
Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".
Sin más, esta es mi
opinión la cual no perderé, la cual no resignare.
Cristian Villagra.
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