domingo, 3 de junio de 2012

Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano.



Nació el 3 de junio de 1770 y murió el 20 de junio de 1820.

Una característica

Tenía una profunda vocación religiosa, demostrada en varios momentos de su vida:

* Pidió ser sepultado con los hábitos de la orden de los dominicos.
* Cuando su ejército llegaba a un pueblo llevaba a sus soldados a oír Misa.
* Al ser derrotado en Ayohuma hizo un alto en el camino con la tropa para rezar el Rosario, sin importarle la proximidad del enemigo del que se oía el galope de sus caballos.
* Hizo erigir una cruz sobre la fosa común de los patriotas y realistas muertos en la batalla de Salta, porque para él se trataba de una lucha entre hermanos americanos.
* Como la batalla de Tucumán fue el 24 de septiembre, día de Nuestra Señora de las Mercedes, le dedicó el triunfo y la nombró "generala" de su ejército.

Un pensamiento
Para Belgrano, un maestro debe inspirar en sus alumnos "amor a la virtud y a las ciencias, horror al vicio, inclinación al
trabajo, desapego al interés, desprecio de todo lo que diga profusión y lujo en el comer, vestir y demás necesidades de la vida, y un espíritu nacional."

 LAS PALABRAS DE BELGRANO
Frases Textuales

"Estos miserables ranchos donde ve uno la multitud de criaturas que llegan a la edad de la pubertad sin haber ejercido otra cosa que la ociosidad, deben ser atendidos hasta el último punto."
"Mucho me falta para ser un verdadero padre de la Patria, me conformo con ser un buen hijo de ella."

"Que no se oiga ya que los ricos devoran a los pobres, y que la justicia es sólo para aquellos."

"Me glorío de no haber engañado jamás a ningún hombre y de haber procedido constantemente por el sendero de la razón y de la justicia, a pesar de haber conocido la ingratitud."

"El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente."

"No busco glorias, sino la unión de los americanos y la prosperidad de la Patria."

"Renuncio a mi sueldo de vocal de la Primera Junta de Gobierno porque mis principios así me lo exigen."

"Sirvo a la Patria sin otro objeto que el de verla constituida, ése es el premio al que aspiro. Para el bien de la Patria, ni para el buen servicio mío, hallo conveniente el honorífico título de Capitán General, y no veo en él sino más trabas para el trato social, mayores gastos y un aparato que nada importa sino para la vista vulgar, por cuyas razones V.E. me permitirá, haciéndome una gracia, que no lo use, contentándome únicamente con las facultades que me revisten por el cargo que ejerzo.

Expuse que no era conveniente para la Patria, porque es para aumentársele gastos con el sostén de una escolta que a nada conduce, pues el que procede bien nada de esto necesita, ni tampoco para mi buen servicio, porque es una representación que me privaría de andar con la llaneza que acostumbro y me aumentará también gastos que no es posible soportar."
(Renuncia de Belgrano al cargo de Capitán General enviada al Primer Triunvirato).

"¿Qué otra cosa son los individuos de un gobierno, que los agentes de negocios de la sociedad, para arreglarlos y dirigirlos del modo que conforme al interés público?"

"Ofrezco la mitad del sueldo que me corresponde, siéndome sensible no poder hacer demostración mayor, pues mis facultades son ningunas y mi subsistencia pende de aquél, pero en todo evento sabré también reducirme a la ración del soldado, si es necesario, para salvar la justa causa que con tanto honor sostiene V.E."
(Carta al Primer Triunvirato cuando es nombrado Comandante del Regimiento de Patricios)

"Se deben poner escuelas gratuitas para las niñas, donde se les enseñe la doctrina cristiana, a leer, a escribir, coser, bordar, y principalmente inspirarles amor al trabajo."

"Trabajé siempre para mi patria poniendo voluntad, no incertidumbre; método, no desorden; disciplina, no caos; constancia, no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia."

"Estamos en la mayor miseria, y no tenemos lo que necesitamos para movernos; es un prodigio cómo se conserva esta fuerza que pasa meses sin recibir más socorro que un peso: su comida es carne flaca y maíz rosa; cuido que siquiera estén vestidos, pero no por eso tienen las prendas necesarias. No hablemos de necesidades porque a esto no hay quien nos gane."
(Carta al General Tomás Guido, General del Ejército de los Andes)

"Mi amigo, todo se resiente de los vicios del antiguo sistema, y como en él era condición sine qua non el robar, todavía quieren continuar. Es de necesidad que se abran mucho los ojos en todos los ramos de la administración y se persiga a los pícaros por todas partes, porque de otro modo, nada nos bastará."
(Carta a Mariano Moreno)

El ejemplo
La muerte de un hombre GRANDE

La muerte no es un hecho aislado en la vida de un hombre. Eso hace que muchas veces las circunstancias que la rodean estén relacionadas con lo que fue su vida. La muerte de Belgrano es la síntesis de lo que fue el resto de su existencia.

En 1796 pidió varias licencias en el Consulado por problemas de salud, que lo obligaron a guardar reposo en Montevideo, Maldonado y San Isidro. Eligió estos lugares porque eran menos húmedos que Buenos Aires, y él padecía reumatismo.

Durante la Campaña del Norte, sufrió fuertes dolores internos. En la marcha al Alto Perú, contrajo paludismo, con fiebres intensas que lo debilitaban y postraban. Allí comenzó a asistirlo el doctor escocés Joseph Redhead, quien se convirtió en su médico personal y en uno de sus mejores amigos. Pero Redhead no pudo con los males de Belgrano: regresó de las misiones diplomáticas a Europa muy enfermo. Viajó a Tucumán, donde el 11 de noviembre de 1819 estalló un movimiento militar que derrocó al gobierno civil. Algunos de los sublevados marcharon a la casa donde estaba Belgrano para engrillarlo.

El doctor Redhead debió intervenir para evitar un acto tan cruel. Es que, debido a su enfermedad, los tobillos del prócer estaban tan hinchados que el solo contacto con la ropa le producía terribles dolores. Entonces, Belgrano viajó a Buenos Aires para pasar allí sus últimos días. Estaba absolutamente quebrado económicamente, y eso lo puso en la engorrosa situación de tener que solicitar al gobierno el pago de un dinero que se le adeudaba. Con esta suma saldó a su vez sus deudas con aquellos que lo habían ayudado.
En la más absoluta indigencia, y deseoso de cumplir con todos los que habían estado a su lado, Belgrano le entregó su reloj de oro a Redhead con estas palabras: "Es todo cuanto tengo para dar a este hombre bueno y generoso". El valiente general murió en su casa natal, el 20 de junio de 1820, a las 7 de la mañana. Lo rodeaban apenas unos pocos amigos... 

LA BANDERA Y SUS COLORES

Hasta la creación de la Bandera Nacional, los ejércitos realistas y patriotas utilizaban los colores rojo y amarillo de España en sus estandartes.
El origen de los colores de la bandera nacional tiene un antecedente religioso para algunos e histórico para otros:

* Hay quienes consideran que Belgrano se inspiró en los colores del manto de la Virgen en su advocación de la Inmaculada Concepción. Esta advocación era la Patrona del Consulado en donde Belgrano era la máxima autoridad. Además, esa institución contaba con una bandera de color celeste y blanco.
* Otros sostienen que Belgrano tomó como referencia los colores de la escarapela nacional, que el Triunvirato había aprobado, y que eran a su vez los colores que usaban los miembros de la Sociedad Patriótica que se reunían en el Café de Marco.
La primera escarapela, se supone, era blanca, celeste y blanca. Y esa habría sido la disposición de los colores de la bandera que izó Belgrano a orillas del Paraná.

No hay certeza porque no se conserva aquella enseña ni ningún otro registro histórico.
Cerca de Macha, en Bolivia, se encontraron dos banderas que se supone son las que llevó Belgrano hasta el Alto Perú durante su campaña militar. Una tiene la franja central celeste, y la otra, blanca.
El Ejército del Norte juró obediencia a la Asamblea del Año XIII con una bandera blanca y celeste. Y esta enseña recién se enarboló en el mástil del Fuerte en 1815. Hasta entonces, allí flameaba la bandera española.
El Congreso de Tucumán, en 1816, adoptó la bandera celeste, blanca y celeste como símbolo nacional. La presencia del sol en el centro de la bandera la adoptó el Congreso, reunido en Buenos Aires, en 1818. Este sol es el mismo que aparecía en la primera moneda nacional acuñada por la Asamblea del Año XIII y luce 32 rayos flamígeros.
La bandera con el sol es la "bandera mayor" de la Nación, y sólo pueden lucirla los edificios públicos y el Ejército. Los particulares exponen la bandera sin el sol en el centro.
No hay manera mejor de enriquecer el presente, que a través de la búsqueda inspiradora del pasado glorioso, de contemplar con emoción la gesta de sus ejércitos marchando en pos de un ideal que todo lo tenía de incertidumbre ,de admirar la sabiduría de los preclaros hombres que al frente de los mismos demostraban su capacidad, cimentada en su espiritualidad patriótico y quijotesco a la vez ,tan hábiles con la pluma como con la espada ,hombres de infinita gloria y de muerte casi olvidada , que gracias a la permanente lozanía reverdecedora de la historia, permanecen y permanecerán como ejemplo de vida.
¡¡¡ VIVA LA PATRIA!!! 



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