viernes, 9 de diciembre de 2011

United Colors of Benetton (Tierra para todos?)



El Grupo Benetton es el terrateniente que cuenta con la mayor cantidad de tierras en suelo argentino. Su país dinerario, su provincia de alambre, su comarca privada, está conformada por 900.000 hectáreas, distribuidas en cinco provincias: Buenos Aires, Neuquén, Río Negro, Chubut (630.000 hectáreas) y Santa Cruz. Si sumamos estos territorios, equivalen a la superficie de la provincia de Chaco, y todos ellos corresponden a tierras que hacia fines del siglo XIX fueron robadas mediante las armas a las comunidades originarias y donadas por el Estado argentino al capital inglés.

En aquella época el Gobierno concesionaba lotes de 80.000 hectáreas, que luego se multiplicaban al momento de realizar las mensuras. Los beneficiarios eran en su mayoría individuos residentes en Londres, que administraban sus negocios en Argentina a través de sus representantes. Más tarde, las tierras eran donadas a los concesionarios, supuestamente en virtud al capital invertido y las mejoras realizadas, y a cambio de la devolución de una cuarta parte del territorio otorgado.

Estos procedimientos se aceleraron luego de la llamada Conquista del Desierto, que significó la continuación agravada de la conquista americana, consistente en la entrada violenta a un territorio en busca de poder y riquezas, suprimiendo y destruyendo a las comunidades locales para instaurar un sistema asociado con el progreso.

En 1891, luego del gran exterminio de los indígenas patagónicos, diez beneficiarios del sistema de concesiones se unieron en sociedad y formaron la Compañía Tierras del Sud Argentino Limitada.

Un siglo después, Luciano Benetton, al frente de la empresa textil multinacional, compró las acciones de la compañía en 50 millones de dólares y se quedó con todo el territorio.

Actualmente los hermanos Benetton (Luciano, Giuliana, Gilberto y Carlo) gobiernan un imperio compuesto por 15 fábricas, 6.000 negocios de venta al público que operan en 120 países, y sus ventas superan los dos mil millones de dólares al año. Un artículo de la revista Fortune informó que su patrimonio asciende al billón de dólares, cifra que coloca al empresario entre los magnates más poderosos del mundo.

Mientras los Benetton, desde el extranjero, ordenan alambrar tierras y cortan el acceso a ríos y caminos, en su estancia de Leleque, antigua estación de La Trochita, han cedido un espacio al coleccionista Pablo Korchenewski y han invertido 800.000 dólares para abrir un museo antropológico e histórico, que entre sus numerosas piezas exhibe como un insulto objetos de la misma cultura mapuche, y en la entrada del edificio se exhibe un inmenso cartel que muestra un rostro indígena. Carlo Benetton se les ríe en la cara cuando afirma que el museo es un rescate de la historia regional. En el año 2002, frente al mismo museo fue desalojado violentamente el matrimonio formado por Atilio Curiñanco y Rosa Nahuelquir por el delito de ponerse a trabajar con sus manos los campos deshabitados del paraje Santa Rosa. La acusación fue usurpación de tierras.

El grupo italiano no es la única presencia extranjera en territorio austral. La Patagonia tiene un especial atractivo para los terratenientes, porque sus suelos albergan excelentes condiciones para la ganadería ovina, la extracción de petróleo, gas natural y minerales diversos, además de contener una de las reservas acuíferas más puras del planeta y ofrecer lugares paradisíacos.

El inversor húngaro-norteamericano George Soros, con más de 400.000 hectáreas, es otro extranjero con importante presencia en la Patagonia. Otros terratenientes son Douglas Tompkins, con 670.000 hectáreas en la Patagonia chilena y 230.000 del lado argentino; Ward Lay, propietario de la empresa transnacional Pepsi y dueño de 80.000 hectáreas que le compró al Grupo Benetton en Rancho Alicur, entre Neuquén y Río Negro, para establecer allí un coto para la caza y la pesca con mosca; Joseph Lewis, uno de los principales magnates de Gran Bretaña, ex dueño de Hard Rock Café, dueño de 14.000 hectáreas en Chubut; y Ted Turner, accionista de las cadenas televisivas TNT, CNN, HBO y Warner Brothers, dueño de la estancia neuquina "La Primavera", de 10.000 hectáreas, y de otras propiedades que suman 35.000 hectáreas más; el belga Huber Grosse, que posee 11.000 hectáreas en Río Negro, donde se levantan un campo de polo y otro de golf para turistas adinerados. Continúan esta larga lista Silvestre Stallone, Pérez Companc, Amalita Lacroze de Fortabat, el empresario televisivo Marcelo Tinelli, y el basquetbolista bahiense estrella de la NBA Manuel Ginóbili.

Mientras se abren de par en par las puertas al capital privado, regalando las tierras a precios irrisorios, las comunidades mapuches son arrinconadas y forzadas a subsistir en las tierras más áridas e inhóspitas, las que reúnen las peores condiciones para el cultivo y las pasturas. Únicamente se les permite ocupar predios fiscales, y no se las asiste para realizar los trámites de tenencia definitiva.

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