viernes, 9 de marzo de 2018

Las claves de una jornada histórica


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 Por
 Agustina Frontera                                                   9 marzo, 2018

No se la vieron venir. O sí, y por eso los gestos coreografiados: el “vía libre” para debatir el aborto y el súbito interés de Mauricio Macri por la brecha salarial. Cada vez que convoca, el movimiento feminista en la Argentina rompe sus propios récords. Este Paro Internacional feminista, ya instituido como tradición del 8 de marzo, albergó sólo en Buenos Aires una marea de más de 500.000 personas, todas y cada una de ellas en expresa oposición a los gobiernos neoliberales locales y globales y a los modos nada sutiles con los que el patriarcado y el capitalismo se solapan en la vida social y en cada cuerpo individual.



Crédito Video: Fotosur

La bandera que encabezó la marcha, desplegada desde temprano en Avenida de Mayo y Piedras, decía: “Paro internacional de mujeres, lesbianas, travestis y trans. Aborto legal ya. Basta de ajuste y despidos”. Esta consigna, peleada en la última asamblea del 8M en el predio de la Mutual Sentimiento de Chacarita, expresa el cariz político de la convocatoria. Mal que le pese a los periodistas de la TV del horario central, el paro es político. ¿Cómo podría no serlo un paro? ¿Cómo podría descontarse la ‘politicidad’ de una marcha? ¿Acaso piensan que las mujeres no podemos construirnos como sujetas políticas de cambio?
Hace 170 años, en 1848, se publicaban dos documentos que hoy se alinean en la huelga general feminista. Uno tensó la historia de los siglos XIX y XX; el otro también, pero en silencio. Se trata de El Manifiesto Comunista de Karl Marx y Friedrich Engels, y la Declaración de sentimientos, o Manifiesto de Seneca Falls, que denunciaba la restricción de derechos a las mujeres en los Estados Unidos. “Proletarios del mundo, uníos”, había dicho la feminista socialista Flora Tristán, frase que fue inmortalizada en el Manifiesto de Marx y Engels, aunque su autora terminó olvidada. Las mujeres han sido consideradas un sujeto político menor en las luchas anticapitalistas, hasta hoy. La alianza internacional que teje el neoliberalismo, siempre munido de machismo, es correspondida con otro internacionalismo: el de las mujeres y disidencias unidas de forma transfronteriza y organizada.

Aborto Legal Ya
El martes 6 de marzo, dos días antes del Paro, se presentó por séptima vez en doce años el Proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. La cercanía entre ambas fechas y el desconcierto que provocó la declaración del macrismo de que “daba permiso” a que se diera el debate en el recinto, apuraron a las organizadoras del Paro (la asamblea del 8M convocada por el Colectivo NiUnaMenos) a incluir entre sus consignas principales el reclamo histórico del aborto. La inminencia de la presentación del 6 de marzo junto a la fallida iniciativa de discutir el mismo 8 de marzo el proyecto en la Cámara baja también tuvo incidencia en el recorrido de la marcha. La comisión de logística de la asamblea invirtió el sentido tradicional: la marcha sería desde Plaza de Mayo hacia el Congreso. Pero se tomó esa decisión por algo más que la ley de aborto. Las leyes que reforman el sistema previsional, laboral y de salud también explican el objetivo elegido. María Florencia Alcaraz, periodista integrante del Colectivo NiUnaMenos, se refiere a esta motivación: “El feminismo ha logrado en estos años un saldo organizativo que se ve en todos las instituciones y espacios. Ahora necesitamos un saldo legislativo, necesitamos victorias”.






Es por esa necesidad de victorias que la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito ocupó el espacio justo a continuación de la cabecera de la marcha compuesta por trabajadoras despedidas y representantes de diversos conflictos sociales. 71 firmas tuvo el proyecto que fue presentado por una coalición transversal compuesta por las diputadas Victoria Donda, de Libres del sur; Mónica Macha de Unión Ciudadana; Brenda Austin, de la UCR y Romina Del Pla, del Frente de Izquierda. “Hay olor a que este año sale la ley”, había dicho Victoria Donda durante la presentación, después de recordar que en 2017 se practicaron en la Argentina más de 500,000 abortos. “Este es el efecto de la militancia feminista”, dijo Macha, a su turno, para que nadie se crea que los laureles se le pueden dar al gobierno. Celeste Mac Dougall, docente y representante de la Campaña, agregó que ahora son las adolescentes mismas quienes piden educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir.

Las Pibas
Chicas por todos lados, chicas y chiques. Chiques pintados con purpurina que desoyeron el mandato de que no marcharan machos, es que algo seduce a pensar que no les cuaja esa categoría. Mujeres jóvenes entubadas con el pañuelo del aborto como top, con la panza al aire, marchando de a 3, de a 10. “Queremos ser libres para decidir lo que queramos, si no quiero ser madre nadie me puede obligar”, comentó una de las jóvenes, de riguroso peinado multicolor. “Lo primero, igual, es que este gobierno nos está matando de tristeza, hay hambre, no hay trabajo”, agregó la otra, que tiene pintada la frase “Ni Tuya ni Yuta”, en la T que arman los pechos y el esternón.






Mujeres Sindicalistas
Otra de las novedades de este paro y movilización, el más numeroso a nivel internacional, es la presencia unitaria del sindicalismo. Vanesa Siley, diputada nacional y Secretaria General de SITRAJU, se propuso hace un año junto con Estela Díaz, Secretaria de Género de la CTA de los Trabajadores, construir una unidad del bloque sindical en la marcha del 8M. El año pasado marcharon por separado, pero este año emitieron una declaración conjunta y confluyeron fuerzas que en otros ámbitos resultan antagónicas: las dos CTA, la CGT, la Corriente Federal, la CTEP, la CCC, Barrios de Pie y el Frente por Milagro Sala. Presentaron la unidad en la mañana del miércoles 7, con el monumento “Canto al Trabajo” de fondo: una escultura de bronce en la que un grupo de personas trata de empujar una enorme piedra. Con un espíritu tan festivo como feminista la unión se consumó con un bailódromo improvisado: “La cumbia de la unidad la bailan las trabajadoras, la derecha no la baila porque es la explotadora”, cantaron. Esta alianza de mujeres sindicalistas coloca al 8M en continuidad con el 21F. Así lo expresa Siley: “Hubo una especie de movimiento de polea que se relaciona con los mandatos asamblearios. Nosotras fuimos el primer día de la asamblea y nos llevamos un compromiso, llevar a nuestras organizaciones la idea de que 8M sea un día del plan lucha del campo popular, que no sea una fecha aislada, lo volcamos a la multisectorial federal y logramos que lo incorporen como parte del plan de lucha y se asimiló: esto es marca 2018, no pasó antes. Y a la vez después fuimos a llevar de esa multisectorial una propuesta a la Asamblea de NiUnaMenos: participar del 21F, y fue aceptado. Entonces ese movimiento de poleas fue virtuoso”.




El bloque sindical marchó detrás de la campaña, esperaba el paso de la columna verde del aborto pero al cruzar 9 de Julio un desorden derivado de la intersección de las dos grandes columnas provocó que la marcha de aletargara y el documento demorara más que lo previsto en comenzar, cerca de las 19.30.


Crédito Video: Fotosur

El escenario
La Plaza de los Dos Congresos tenía los aires estudiantiles de los festejos primaverales, parecía un enorme picnic, una playa sin más marea que la feminista. Al escenario desde las 16 fueron llegando organizaciones y personas sueltas que rodearon el “corralito”. Esta afluencia de personas que no venían encolumnadas llenó la plaza y tan es así que las columnas principales no lograron entrar a la Plaza. A simple vista, la manifestación superó en convocatoria a la homóloga del 2017 y a los grandes acontecimientos feministas promovidos por el movimiento Ni Una Menos.




Las primeras en subir al escenario fueron las trabajadoras despedidas del Inti, del Hospital Posadas, de Ferrobaires, de la Casa de la Moneda. Las mujeres organizadas tras el cimbronazo de la pérdida de trabajo son otro de los signos de este 8M. La lectura del documento estuvo a cargo de la periodista feminista Liliana Daunes. Tanto su presencia como la de las Madres de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, Lita Boitano y la histórica militante lesbo-feminista Ilse Fuskova, fueron un común acuerdo derivado de las asambleas. Son nombres indiscutidos. Lo que sí se discutió de forma obsesiva fue el documento de 7 páginas.


 Sobre el comienzo de la lectura, la sola mención de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel despertó el canto que endilga a Macri la condición de basura y de dictadura. El fragmento alusivo a Santiago Maldonado hace referencia a que el movimiento feminista convocó y participó de diversas instancias de pedido de justicia y aparición con vida del joven desaparecido en Cushamen. Pocas horas después este fragmento fue objeto de burlas de un ejército de trolls, una burla iniciada en la televisión cuando un periodista recordó que fue encontrado ahogado.
“No hubiera habido diciembre sin nosotras”, es otra de las lecturas políticas que despertó aplausos y la reiteración entusiasta del Hit del Verano en versión feminista, reemplazando por la palabra “Yuta” aquella de similar sonoridad. La conciencia de que el ajuste y el paquete de reformas de Cambiemos afecta principalmente a las mujeres es radical, y por eso el movimiento feminista salió a las calles cada vez que pudo para señalar su incomodidad. “Trabajadoras somos todas”, continuó Daunes y cosechó más aplausos. El documento hace alusión al trabajo no remunerado que realizan las mujeres en sus casas, cuidando el hogar y a los demás, un trabajo no reconocido formalmente pero que si se computara como tal ocuparía el 20% del PBI nacional. Por eso los gritos y por eso, también, el paro.

                        


La inclusión de las disidencias sexuales en los libros de texto escolares, la educación sexual integral, la exigencia de laicidad del Estado y la declaración de internacionalismo del movimiento feminista fueron otros de los puntos más acompañados por lxs manifestantxs.
“Acá no sobra nadie”, dijo Nora Cortiñas. Debajo del escenario periodistas, militantes, arriba del escenario despedidas, mujeres violentadas, activistas, sindicalistas, diputadas, lagrimeaban. “Hacemos la resistencia sin violencia”, continuó la mujer que hace poco declaró que desde que es feminista “es una cosa bárbara”. Para cerrar, alzó un poco más la voz y dijo que “no queremos prisiones de privilegio” y que “no pasarán”.




El Paro internacional de mujeres, lesbianas, travestis y trans volvió a mostrar la fuerza de un sujeto político tan imprevisible como organizado. Esta vez la TV no tiene fogatas para iluminar ni supuestas vándalas para castigar, no hubo detenciones ni desmanes, el 8M del 2017 una razzia policial había levantado a 20 mujeres sin ninguna razón más que la de la fuerza. Son nuevos tiempos, ahora que “Macri es el feminista menos pensado”, como dijo la funcionaria del PRO Fabiana Túñez la mañana del Paro. Se fue el día del Paro feminista, ese que antes se llamaba “Día de la Mujer”.


* Foto principal: gentileza Gustavo Molfino

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