sábado, 20 de octubre de 2018

La politización


La politización de todas las cosas ha tenido efectos devastadores sobre las relaciones personales. En su tratado de la amistad, Cicerón apunta que la política es causa fundamental de la discordia entre amigos.
“Politizar" es una palabra relativamente nueva. Significa, según lo veo, estas cosas: La  concentración excesiva en la política a expensas de las diversas zonas de la realidad, una concentración excesiva en los aspectos más superficiales de la propia política, y la primera acepción que consigna el diccionario: "Dar orientación y contenido político a acciones, pensamientos o personas que, corrientemente, no lo tienen".

El uso primero es evidente en los medios y las redes. Frente a la política, se desvanecen las otras esferas de la vida: los problemas sociales, los temas de la salud y la enfermedad, la ecología y la naturaleza, las cuestiones de religión y fe, las manifestaciones del arte, las letras y el pensamiento, las finanzas y los negocios, las iniciativas ciudadanas, la ciencia y la tecnología, las migraciones, el mundo exterior... casi todo salvo el deporte y la "cultura". El fenómeno empobrece a quienes lo ejercen y lo consumen: día con día hay hechos ajenos a la política, más importantes, influyentes o trascendentes que los hechos propiamente políticos.

Una variante de esta politización puede hallarse en las columnas y comentarios menudos que siguen los gestos, los rumores, los chismes y -sobre todo- las declaraciones de los políticos de todos los niveles. Es casi una enfermiza obsesión en el que se pierde el contexto social, la perspectiva histórica, la discusión de ideas, la valoración ética, el análisis lógico. En una palabra, el estudio de fondo -estructurado, fundamentado, estadístico, comparativo- de la política. En esa variante de la politización, la opinión desplaza al hecho, la ocurrencia al análisis, la política permanece en la espuma de los días, la politización se vuelve  politiquería.

Otro significado es más interesante y complejo. "Inculcar a alguien una formación o conciencia política". Adoctrinamiento, misa, liturgia. Se trata de un uso positivo, por ejemplo en el caso de una sociedad apática o inconsciente de sus derechos. Politizarla es contribuir a su autonomía y madurez. Pero el uso puede tener también una cara negativa.
Ocurre cuando se da una "orientación y contenido político a acciones, pensamientos o personas" cuya naturaleza es, o debería ser, esencialmente ajena a la política.

Entendida así, la politización es un fenómeno antiguo. En la historia hay buenos ejemplos de este uso distorsionado del saber para legitimar al poder.

En la esfera de la cultura, la politización puede desembocar en lo que Jean Paul Sartre llamó "la militarización de la cultura". A un libro, una obra de arte, un descubrimiento científico o un producto cultural de cualquier índole, no se le juzga -si se le juzga- por su calidad o su valor intrínseco, sino por la real o supuesta filiación política de sus creadores. Si es "amigo", la obra es "buena"; si es "enemigo", la obra es "mala" o, finalmente, no existe. Con la "politización de todas las cosas" se pierde el sentido mismo de la creación y el saber. La ignorancia, egoísmo, mezquindad, etc. Los ejemplos más trascendentes o a tener en cuenta son leyes provinciales en creación de pueblos, juicios al estado nacional, que comenzaron algunos, que terminaron otros .Con el usufructo propio politizando la gestión final.
Una forma particularmente insidiosa y obsesiva de esta politización es la teoría conspiratoria. Quienes incurren en ella no preguntan sobre la verdad objetiva de los hechos sino por el "poder" que adivinan o imaginan -sin probarlo nunca- "detrás" de ellos.

La politización de todas las cosas ha tenido efectos negativos sobre las relaciones personales. En su tratado de la amistad, Cicerón apunta que la política es causa fundamental de la discordia entre amigos. Argentina de estos años, y en esta región del sur la politización extrema (esa forma intolerante de acercarse a la política o de practicarla) no sólo ha sembrado división entre amigos sino entre hermanos. Familias enteras la comienzan a padecer  ahora, los costos del encono ideológico.

Criticar la politización de todas las cosas no significa llamar a la despolitización. No se trata de dejar la política sólo en manos de los políticos. Mucho menos ahora que el PRO está en el poder. Se trata de alentar la buena politización ciudadana (participativa, matizada, informada, inteligente, alerta) y desalentar la mala politización (ideologizada, fanática, trivial). Se trata de enriquecer la vida política elevando la calidad del análisis político, del debate político y la crítica política. La "politización de todas las cosas" no contribuye a ese enriquecimiento. Paradójicamente, por la confusión intelectual que implica, contribuye a la despolitización.

Rene Gado






No hay comentarios: