domingo, 30 de octubre de 2016

Tres ideas distintas sobre la nueva mayoría



 Por Alejandro Grimson*
Vivimos una coyuntura de enorme responsabilidad política. A diferencia de etapas históricas en las cuales se impone un discurso único, la sociedad se encuentra movilizada y el debate político está abierto. Si bien se trata de un contexto defensivo para los trabajadores, las clases medias y los sectores más humildes, todavía no se produjo un triunfo cultural definitivo del proyecto neoliberal.
Eso dependerá en parte de las acciones políticas de la oposición. En ese sentido es una buena noticia que la idea de conformar un Frente para enfrentar las políticas del gobierno se vaya multiplicando en discursos de dirigentes de distintos espacios. Es que para 2017 los especialistas de la comunicación de Cambiemos ya están armando una estruendosa estrategia plebiscitaria. Y si su capacidad política se subestima (como ya sucedió) pueden volver a ganar, con lo cual las consecuencias serán mucho peores para las grandes mayorías que lo que se ha visto en 2016. Un macrismo fortalecido por las urnas haría retroceder a las movilizaciones callejeras y a la multiplicidad de voces.
Por eso, el debate sobre la estrategia opositora tiene una dimensión dramática. La idea de un amplio frente de la oposición o de la construcción de una nueva mayoría parece a simple vista generar bastante consenso. Sin embargo, actualmente hay tres interpretaciones muy distintas de ese Frente. Y conviene explicitarlas.
Hay una primera concepción que busca unir a toda la oposición para derrotar en las urnas al gobierno. Y sólo después preguntarse para qué se buscaba ese triunfo. En su versión más ingenua esta versión parte de la presunción de que quienes no integran el oficialismo están en contra del proyecto de país que busca imponerse en la Argentina. En esta idea más urgida por volver al poder que por transformar la realidad, las alusiones al proyecto del país son meros saludos a la bandera. Si se despolitiza de esa manera el debate, lo más probable es que los ansiosos por retornar terminen como furgón de variantes neoliberales que existen hoy en la oposición. (Hasta el extremo que no falta quien cree que un embajador en Estados Unidos puede ser parte de la oposición). Esta primera variante es instrumental: unir es un medio para ganar una elección y ganar una elección es un medio para ocupar posiciones de poder.
Una segunda concepción suscribe las ideas de frente con la condición de que antes se defina la conducción estratégica, lo cual obviamente implica ciertas prerrogativas para las eventuales candidaturas. O dicho de otra manera, sólo se concibe un frente que esté hegemonizado por una de las corrientes políticas. Si no se acepta esa preeminencia, se descarta la idea de frente. Esta variante se expresa en distintos dirigentes que aluden al frente, pero que parecen decir a “la nueva mayoría la conducimos nosotros”. La paradoja aquí es que por ese camino la “nueva mayoría” no puede ser más que una minoría relevante. En ese sentido, la diversidad del Frente no es constitutiva del mismo, sino que es una diversidad conducida y con una única orientación. La imposibilidad de que esta estrategia se concrete radica en que buena parte de esa “heterogeneidad” no acepta que se defina a priori una conducción. Si esta concepción se expande puede ser causa de divisiones irreparables y, por lo tanto, ser funcional a los intereses del gobierno. La pregunta es si la idea de Frente va a anteceder a las candidaturas, o si los nombres van a anteceder a la idea de Frente.
Ahora bien, la tercera variante comienza con una pregunta: ¿un Frente para qué? Hay sólo una salida de este laberinto: colocar en primer lugar el proyecto de país. Si se rechaza no sólo al gobierno actual, sino a todas las variantes de neoliberalismo, ahí se da un paso clave. Es necesario politizar el debate, politizar la idea de frente, de nueva mayoría. Debatir el proyecto de país y la necesidad de avanzar en la ampliación de derechos. Y los dilemas y las paradojas que genera en el mundo actual y en el capitalismo financiero un proyecto de ampliación de derechos. Construir el programa es asumir que no habrá una nueva mayoría si no se definen claramente los objetivos y las estrategias de desarrollo. Sin programa eso podría ser sólo el prólogo de una nueva frustración.
Por eso, es necesario politizar la conversación. Ninguna variante del neoliberalismo podrá abordar los crecientes problemas sociales. Ninguna persona podrá resolver estos desafíos. Ninguna fuerza o identidad será suficiente para construir por sí sola una nueva mayoría. La tarea es articular todas las diversidades posibles en base a un núcleo de definiciones políticas: mayor igualdad, mayor justicia, más derechos, más democracia y, siempre, todos los argentinos “adentro”, sin procesos de exclusión. Para la cuestión de las candidaturas existen las PASO. Sólo una clara orientación política y estratégica permitirá construir una mayoría para derrotar en la urnas a los proyectos hoy hegemónicos. Eso implica poner en primer lugar los intereses del país, porque si este proyecto neoliberal se perpetúa las consecuencias serán devastadoras. Sólo una articulación de diversidad sin mezquindades ni soberbias podrá impulsar a la Argentina en la dirección de la inclusión y la mayor igualdad.
* Antropólogo social.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Recuerdos de una colimba de terror
El juicio es por seis ex conscriptos del Colegio Militar. Tres de ellos siguen desaparecidos. Un testigo contó cómo los hacían participar de los grupos de tareas.

“Si bien ellos nos decían: ‘¡cuando vea algo, tire directamente!’, el rezo de uno fue nunca tener un acontecimiento así”. Así recordó Osvaldo Gabriel Radice ante el Tribunal Oral Federal 1 de San Martín parte de sus noches de colimba en la patrulla de la Compañía de Seguridad del Colegio Militar de la Nación, una institución que comienza a aparecer en los juicios de Campo de Mayo como espacio de secuestro y de torturas, pero también como andamiaje de los Grupos de Tareas. Radice hizo el servicio militar entre febrero y diciembre de 1976. Declaró por primera vez en 1983, en un expediente que buscaba pistas sobre la desaparición del soldado Luis Pablo Steimberg, militante del PC, que hacía el servicio militar en el Colegio Militar y por cuya investigación fue procesado Reynaldo Bignone en 1984, luego de salir indemne del Juicio a las Juntas y antes de los años de impunidad.
Radice habló de las noches de patrullaje en las calles del conurbano y los turnos de tres horas arriba de un camión. En línea con los aportes que hicieron los colimbas en la instrucción de la causa, describió el modo en el que los conscriptos fueron integrados en Grupos de Tareas o Fuerzas de Tareas avocadas a lo que sus superiores llamaron “lucha contra la subversión”. “Nos dijeron que se creaban con el objeto de buscar subversivos”. O, como dijo en 1983, según le recordó uno de los fiscales, como una “sección antiguerrillera”.
A unos metros, en esa misma sala, lo observó uno de los antiguos oficiales del Colegio Militar. El entonces Teniente Primero Alberto Federico Torres, detenido en Marcos Paz, llegó temprano con traje impecable y un par de anteojos. Permaneció sentado al lado de su abogada. Poco más atrás, varias mujeres ocuparon el espacio destinado a familias de los acusados. Ese sitio, históricamente casi vacío, comenzó a poblarse en las audiencias de este último juicio. Una mujer de pelo muy corto y anteojos llegó con un anillo de rosario. Se lo sacó. Y lo hizo correr entre los dedos con avemarías que nadie escuchó. Una vecina arremetió con un rosario que hasta entonces tenía colgado.
Familiares, amigos y militantes de las organizaciones de derechos humanos de la zona norte de la provincia de Buenos Aires comenzaron a notar la presencia de los rezos en las audiencias. En una ocasión, creyeron ver incluso hasta agua bendita caer sobre una bandera en homenaje de los desaparecidos. Por eso invitaron a un sacerdote de la Opción por los Pobres. El padre Jorge Marenco de Nuestra Señora Carupa de Tigre ocupó una de las primeras sillas con su plástico blanco bien expuesto en las partes más altas del cuello para mostrar, en este caso, la presencia de una bendición para las víctimas.
“¿Les hablaban de la lucha contra la subversión?”, preguntó el abogado Pablo Llonto al testigo. “Eso era sobre lo que arengaba el jefe de la agrupación de las tres compañías, Rodolfo Guillermo Ríos (que ya falleció), cada vez que reunía a las tropas en medio del patio. Nos decía que venían tiempos difíciles, que teníamos que tener los ojos bien abiertos, incluso sobre los que nos rodeaban, para ver que no sean terroristas”.
–¿Qué cree que quería decir con eso de que nos ‘rodeaban’?
–Que estemos atentos, tal vez de los amigos, de las familias, para saber si había algo raro. Nosotros tomamos eso como un acto de “fortalecimiento”, desde el punto de vista de lo que ellos querían de nosotros.
El 24 de marzo de 1976 Radice llevaba menos de un mes en la colimba. Y todavía no había salido de franco. “Cuando pasó lo que pasó –dijo– nosotros no sabíamos nada. Nos hicieron esperar en columnas de tres camiones. Estuvimos así desde las 8 de la noche hasta las 3 de la mañana. Eramos diez por camión. Y nos llevaron a la Municipalidad de Tres de Febrero que estaba vacía, como destino provisorio. Nos quedamos una semana y media, en carpas y bolsas de dormir siempre esperando instrucciones y algo supimos de lo que estaba pasando porque uno de los soldados llevó su portátil”.
Entonces contó a la sala algo de esos primeros días de operativos. Recortes de imágenes. Pedazos de noches a los que los testigos aún van poniéndoles formas. “El grupo de tareas al que yo pertenecía salió a patrullar en las calles de Tres de Febrero y hacíamos controles de ruta. Durante el lapso nunca hubo nada raro. Salimos tres horas, descansábamos una hora y media, y volvíamos a salir tres horas más. Y así, tres veces al día”.
Cuando terminó el período en Tres de Febrero, la dinámica se repitió en la jurisdicción del Colegio Militar ubicado en Palomar. En 1983, Radice habló de un episodio que en la audiencia no recordó. El fiscal Marcelo García Berro pidió al presidente del tribunal autorización para leerle un fragmento de esa declaración. Diego Barroetaveña aceptó. Buscó el texto. Radice contaba que participaron de un “allanamiento” en un domicilio del Gran Buenos Aires. Y cómo se llevaron a una persona. Terminada la lectura le mostraron las hojas. Radice reconoció su firma. Y dijo: “Si lo firmé, debe haber sido así”. No hubo mucho más sobre aquel recuerdo. Tres camiones atrás de un Jeep en el que siempre iban los oficiales. Un procedimiento que se hacía todas las noches, de 23 a 6 de la mañana, en turnos de tres horas y para los cuales dormían hasta el mediodía siguiente. ¿Hora exacta de ese “allanamiento”? ¿Lugar?, le preguntaron. ¿Quién estaba a cargo del operativo? ¿Cómo era la persona? Insistieron, pero nada sobre un dato que, seguro, alguien espera en otro lugar.
“Lo que puedo decir, si sirve...”, agregó. Llonto dijo: “Todo sirve”. Y él continuó: “Me acuerdo de un patrullaje hasta la zona del Hospital Posadas. La patrulla paró lejos. Pero lo tengo muy claro. Incautaron papeles y subieron a personas que supuestamente asocié que serían médicos porque usaban guardapolvo”.
Durante la audiencia también declaró Jorge Luis Hillel, otro colimba de 1976, con quien Steimberg pasó su ultimo día de guardia y quien estuvo directamente bajo las órdenes del imputado que estuvo en la sala.
De pronto sonó el teléfono de Hillel. Era la tercera vez que lo llamaban. La primera no atendió. La segunda atendió y cortó mientras el juez le pedía que lo apague tranquilo. Hillel en 1983 había dicho que en el Colegio Militar se decía que a Steimberg lo habían desaparecido. Un defensor le preguntó si alguna vez escuchó la palabra desertor en el caso de Steimberg dentro del Colegio Militar. Dijo que no. Ahí sonó por tercera vez el teléfono que, después de todo, no pudo apagar.
 Por Alejandra Dandan
//
Bonus track literario externo:
Y volvió una noche …; otra vez la colimba (correr limpiar y barrer).. Y había una vez, así empiezan los cuentos  no? 3 Colimbas que llegan a un café  (“LRF”), entran, y piden 3 cafés obviamente después de charlar de la hermosa vida del colimba, llaman a Fernando(el mozo) le dicen FMI ,es Mancilla Irusta .Le piden la cuenta y lo escuchan como siempre  ,porque el les aconseja ,se ve que FMI es 1 buen tipo ,algunos dicen que es socio del café “Reserva.. Otros cuentan que trabaja en varios cafés. Cuentan que es muy violento si uno se va sin pagar, pero si lo tratas bien te hace precio ..Eso lo aprendí hace mucho tiempo , hacete amigo del juez como dice Hernández en el Martín Fierro, y del cocinero ,y no le des trabajo al mozo Bueno decía que lo llamaron al mozo , lo escucharon y pagaron $10 mangos c/u, es decir  $30 en total (cada uno pago lo suyo, a lo colimba) Aquí el misterio ,va FMI y le da los $30 al dueño del café (La Reserva Federal) este; en 1 acto de benevolencia, altruismo y una filantropía inusitada (cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía) le da $5 para que se los devuelva a los jóvenes ,por ser buenos y obedientes clientes. FMI, piensa y resuelve que es mas fácil darle 1 a cada uno que dividir $5 entre 3.Y se guarda $2.
Va a la mesa y le da  1 mango a cada uno, es decir los colimbas pagaron 10 y le devuelven
1 (Uno a cada uno), la cuenta entonces seria pagan $10 le dan  $1 de vuelto, sale $ 9 cada café, OK?    Son 3,  3(tres cafés), osea  9 x 3 = $27 y 2 (dos) que se guardó Fernando son:  “$29”·   ¿DONDE ESTA EL PESO QUE FALTA?   Lo tiene el dueño del café, el mozo o los colimbas; estos últimos son los culpables por no ser ordenados y andar con sencillo.


domingo, 16 de octubre de 2016

Regreso al mundo


Intelectuales y analistas del establishment académico y mediático están lanzados a construir el relato del macrismo. Uno de los pilares épicos que ponderan es la decisión política del regreso de Argentina a las reglas del mundo global. En estos diez meses han estado desfilando CEO de multinacionales que festejan y funcionarios de potencias occidentales que elogian ese retorno. No es sólo publicitar el abandono del aislamiento internacional, como exponentes del conservadurismo han vulgarizado la política exterior del kirchnerismo, sino de postular la redefinición en la forma de relacionarse en el concierto político y económico mundial. Como si nada hubiera cambiado en el mundo desde la caída del Muro de Berlín, la dominancia de las finanzas globales, la irrupción de China como potencia económica y la debacle del 2008, el macrismo se ha arrojado a los brazos del capitalismo global siglo XXI. Es recibido con entusiasmo porque en un mundo sediente de mercados para descargar excedentes de producción y para conseguir rentas financieras fabulosas, el gobierno de Mauricio Macri ha ofrecido el espacio económico argentino para que pueda ser capturado. La cuestión central que no evalúan en toda su dimensión los intérpretes de la marcha libertadora del macrismo es que ya no existe ese mundo global de décadas pasadas. Hoy está en una profunda crisis sin señales claras de cuál será el desenlace.
La banca central estadounidense (Reserva Federal) subiría la tasa de interés a fin de año, dejando atrás uno de los ciclos más prolongado de costo del dinero en casi cero. El principal banco alemán y europeo Deutsche Bank está tambaleando y analistas del mercado financiero están especulando con que puede ser otro Lehman Brothers, el banco de inversión estadounidense que precipitó el derrumbe de 2008. La banca italiana está en terapia intensiva. La economía europea no reacciona y Gran Bretaña decidió salir de la Unión Europea, síntoma del deterioro general de la región. El proteccionismo y el nacionalismo están avanzando a paso firme en las potencias económicas como respuesta a una crisis económica provocada por el neoliberalismo, que como única respuesta entrega políticas de austeridad extendiendo el estancamiento e incrementando la exclusión social. Retroceso económico, laboral y social que se expresa en una crisis de la representación política y el consiguiente surgimiento de figuras por fuera de las estructuras tradicionales, como Donald Trump en Estados Unidos. La economía asiática ya no es tan dinámica y la china sigue liderando la tabla de crecimiento global pero lo hace con variaciones lejanas de los dos dígitos. Brasil continúa en un círculo vicioso de deterioro político y económico sin un horizonte cercano de superación. La crisis global está conformando una economía mundial de deflación y sobreproducción.
Hacia esa inestabilidad política, económica y social internacional se ha lanzado el gobierno de Macri. Quienes se han erigido en herreros del relato macrista festejan el abandono de lo que denominan despectivamente populismo, y plantean que se ha abierto una etapa crucial de refundación del país. No es una idea nueva la de forjar un destino venturoso liderado por las elites. Uno de los aspectos más tierno de esa elaboración voluntarista es que quienes la formulan han sido feroces críticos del cortoplacismo del populismo, y ahora dicen que ese futuro maravilloso está supeditado a que el oficialismo triunfe en las elecciones de medio término del próximo año. Por ese motivo aceptan como licencia de corto plazo un déficit gemelo (fiscal y externo) elevadísimo para sus almas puras de la ortodoxia que nunca convalidarían en un gobierno populista, y un vertiginoso endeudamiento externo e interno, en pesos y en dólares, recursos que sólo son utilizados para cubrir esos inmensos baches y para cancelar deudas. Es un combo explosivo que está subordinado a la construcción de la Argentina idealizada de las elites.
El macrismo y sus satélites políticos han repetido hasta el cansancio que el país estaba fuera del mundo, y que ahora son ellos quienes han emprendido la tarea fundamental de hacerlo parte. Se sabe que ese supuesto aislamiento fue una de las tantas confusiones deliberadas que ha moldeado el sentido común en los últimos años. El aspecto interesante es evaluar a qué mundo el macrismo ha decidido incorporar a la economía argentina, y fundamentalmente de qué modo. Como si nada hubieran aprendido de la historia, la definición geopolítica y económica ha sido la de anudar una alianza estratégica con Estados Unidos, potencia que en la actual etapa del capitalismo global ya no está sola en la cúspide del poder económico, sino que ha empezado a compartir ese espacio privilegiado con China. Esa opción geoestratégica y económica se parece bastante a la decisión de las elites de la década del ‘30 del siglo pasado con la firma del pacto Roca- Runciman, de subordinación económica a la potencia declinante (Gran Bretaña) en desmedro de la emergente (Estados Unidos); hoy se reitera esa defectuosa perspectiva histórica de las elites argentinas.
Desorientación que también la manifiestan al promover una amplia apertura financiera y de libre comercio cuando el mundo ya ha empezado a transitar lento pero a paso firme hacia el proteccionismo y el nacionalismo. Es una de las principales razones para entender el entusiasmo de CEOs y de diferentes funcionarios de potencias occidentales con el gobierno de Macri. No hay muchos países que en el actual contexto económico mundial abran sus mercados sin pedir nada a cambio. La Argentina de Macri lo hace y con fanatismo. Facilita el ingreso de bienes de Estados Unidos, Brasil, Asia y Europa que rápidamente desplazan a la producción nacional. Si algún intelectual orgánico del macrismo busca respuestas de las razones a la cálida bienvenida que recibe Macri en el mundo occidental, en contraposición a la creciente resistencia que despierta a nivel local, debe encontrarlas en esa apertura fuera de época que está desplegando.
Recientes informes de organismos internacionales dan cuenta de la crisis internacional a la que el macrismo le abrió las puertas argentinas de par en par. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que agrupa a 34 países desarrollados observa que la economía mundial ha ingresado en la trampa del bajo crecimiento. “La espiral no es ascendente, sino descendente. Con caída del comercio, baja productividad, y reducción del crecimiento global”, apunta. El FMI señala que “desde 2012, el crecimiento del volumen del comercio mundial de bienes y servicios ha sido menos de la mitad que en las tres décadas anteriores. Apenas se ha mantenido a la par con el PIB mundial y la desaceleración ha sido generalizada”. La UNCTAD, la organización de la ONU que monitorea a las economías de los llamados países en desarrollo, advierte en World Economic Situation and Prospects 2016 que el mundo está a punto de “entrar en una tercera fase de la crisis financiera y no se pueden descartar espirales deflacionarias dañinas”. Destaca que no hay inversión en los sectores productivos y que muchos países han aumentado la distancia con los países ricos en relación con la década de 1980, a pesar de la apertura a los flujos de capital multinacionales. Para indicar que “la mayor parte de esos beneficios obtenidos han salido de los países o se han invertido en sectores no productivos como el inmobiliario o la especulación financiera”.
A estas reglas del mundo global, en un escenario económico internacional perturbador, el macrismo ha apostado para emprender la refundación de la Argentina conducida por las elites. No hace falta conocer mucho de historia ni de coyuntura mundial para saber cuáles serán los costos del regreso a ese mundo.

sábado, 15 de octubre de 2016

Líderes; Ignorantes-Contradictorios-Positivos-Que no valoran la diversidad...



-Líderes Estúpidos: personas sin talento necesario para comprender la tarea en cuestión y comunicárselos a otros. La dificultad es la obstinación y tozudez mental al decidir una dirección, personas que no escuchan, se los puede llamar “incapacitados de flexibilidad”.

-Líderes Ignorantes: es preferible a la estupidez. Cierta ignorancia es natural en los equipos. La idea de equipo se fundamenta en la idea de que las personas se complementan unas con otras para crear un todo. La ignorancia no necesariamente debe ser eterna, la estupidez es Terminal. La ignorancia se puede descollar a través del aprendizaje. Una mente ignorante se puede decir que es una mente abierta a nuevas informaciones y diferentes perspectivas, la ignorancia buena es humilde. La mala ignorancia estás orgullosa de sí misma, cerrada a cualquier nueva información, obstinada en sus hábitos.-Líderes con exceso de instrucción: líderes que asisten a demasiados seminarios o cursos. El líder del equipo aprende demasiado rápido a integrar lo que está aprendiendo. Pero el aprendizaje es un medio, no un fin.

-Líderes demasiados talentosos: un conductor tan brillante, que su talento excede su capacidad para enseñar. Cuando el líder es tan capaz que el equipo no logra alcanzarlo, síndrome de “demasiado talentoso para su propio bien”. Solución cambiar el rol del individuo líder a recurso del equipo.

-Líderes demasiados amables: ven a la gente como sus pupilos, tratan de proteger a sus miembros para que no se enfrenten a nuevas situaciones, se convierten en un factor restrictivo para el progreso del conjunto. El antídoto es que los líderes entiendan que trabajan con hombres y mujeres y no niños. El dolor y el miedo son parte natural del aprendizaje.

-Líderes cerrados a nuevas ideas: se relaciona con la ignorancia. Todo líder cuenta con herramientas que nos permite disfrutar del éxito. El probado sistema de resolución de problemas no puede aplicarse a cualquier situación. Se debe aceptar esto y elaborar una colección de diversas herramientas, evitándose basarse exclusivamente en el martillo. Los malos líderes siguen martillando aun cuando su golpeteo ha dejado de servir para algo. La conducción debe procurar que exista apertura a todos los niveles.

-Líderes con estilo inadecuados: un líder acostumbrado a delegar, espera que los miembros de equipo funcionen de manera autónoma, con un mínimo de dirección. O un líder autocrático que recuerde su estilo que le funciono en un momento con un equipo determinado ( “has esto, has aquello, ahora esto” tipo capataz) y quiere aplicarlo en otro contexto o equipo distinto.

-Líderes que se ubican fuera de los equipos: falta de lealtad o identificación con el grupo. Algunos indicadores son; renunciar a participar en objetivos comunes, poca disposición por  pelear por el grupo, no compartir el mérito del éxito, tendencia a apuntar con el dedo y adjudicar culpas cuando las cosas salen mal. Líderes que no corren riesgos personales por sus equipos.-Lideres que no conocen al equipo: los miembros de un equipo deben estar comprometidos uno con otros, no solo como integrantes, sino también como personas. Los miembros deben conocerse y simpatizar uno con otros como personas. Necesitamos reconocernos como humanos, saber que somos personas con historias, dificultades y sueños únicos.-
Líderes contradictorios: el liderazgo tiene ritmos y contradicciones, como cualquier otra conducta humana. Estas fluctuaciones pueden ser perjudiciales para el equipo. Las variaciones deben ser estudiadas y comprendidas. Comprender y mejorar aquello que puede cambiarse, y aceptar con estoicismo la cosas que no se pueden modificar.

-Líderes que no pueden ser subalternos: cuando un líder participa en varios equipos es inevitables que sea subalterno o par en muchos.

-Líderes que se niegan a reconocer a los miembros del equipo: una de las tareas primeras de un líder es ganarse el apoyo de la gente. Independiente de su posición, título o grado, si las personas no están dispuestas a seguirlo, no se es líder. Los líderes deben saber ver en los corazones y las mentes de su gente. Los que consideran al liderazgo como algo propio, están equivocados. Para consolidar su legitimidad, un conductor debe reconocer las contribuciones de la gente (ceder el mérito), saber premiar cuando corresponde y fortalecer a los demás.

-Líderes con predilecciones: en todos los aspectos de las organizaciones existen un regla,80/20: un 80 por ciento de los buenos resultados provienen de un 20 por ciento de los participantes. Se debe conocer a cada integrante en forma individual, saber qué los irrita, qué los motiva y cuáles son sus necesidades y deseos. El favoritismo es un cáncer que consume el espíritu de equipo.

-Líderes que no admiten el fracaso: los equipos son crisoles de conocimiento y creatividad. Sumisión es doble: realizar la tarea determinada y mejora constantemente la manera en que se ejecuta la tarea. Esto último es imposible de hacer sin intentar cosas nuevas, sin correr riesgos, y lo nuevo siempre trae posibilidades de fracaso. Tanto el equipo como el método de ensayo y error tienen que ver con el aprendizaje, las equivocaciones cometidos en forma adecuada, brindan gran información sobre lo que funciona y lo que no sirve. Si el líder es severo ante el error, significa que la organización se maneja a través del terror. Los líderes deben infundir esperanzas de éxito mostrando valor ante las dificultades.

-Líderes que protegen y adjudican culpas: las organizaciones caníbales ( las que en momentos difíciles comen a los suyos) tienen poca paciencia ante el error. El modelo causa terror y resulta previsible; es acusatorio. El líder poco eficiente, tan aterrorizado como todos ante la idea de recibir un castigo personal, se une a los que acusan. En un ambiente semejante, donde reina el temor es imposible que la gente experimente un gran sentimiento de equipo. Una organización sana cultiva “un ambiente libre de culpas”. Se trata de reconocer que pasan cosas desagradables, pero que todos estamos embarcados en la tarea de aprender y equivocarnos.

-Líderes poco éticos: la ética es importante a nivel del equipo y la norma moral que establece el líder. El conductor esta para instruir a los miembros, para ayudarlos con los problemas que se presentan en la ejecución de la tarea, para reconocer los logros y esfuerzos, para compartir los conocimientos a la medida que éstos son adquiridos, para moldear la conducta grupal y recordarle a la gente cuáles son su misión y los objetivos grupales. Una tarea necesita franqueza y una moral sin dobleces. Un líder no puede decir una cosa a un integrante y otra distinta a los demás, el líder no puede engañar al equipo. Tampoco ponerse en cima del equipo, la confianza que él a recibido puede quebrarse fácilmente. Esto no significa que deben ser San Francisco de Asís, deben ser ellos mismos, ser libres para perseguir sus propias ambiciones. Pero mientras tienen la responsabilidad por el grupo, deben ser leales a su rol de líder, esto implica un perfeccionamiento continuo de esos procesos de liderazgo: se mejores instructores, maestros, modelos y servidores.

-Líderes que ponen distancia: los líderes pueden distanciarse de las personas, eso limita la información de la gente. La distancia es usada como disfraz, permite crear un culto de la personalidad y carisma. Pero los equipos se alimentan de información, los líderes que entregan con gotero matan de hambre a sus equipos.

-Líderes que no saben modelar la conducta de sus equipos: “has lo que yo digo y no lo que yo hago”, el liderazgo requiere respeto mutuo entre miembros y conductores. Si el equipo ve que no se comporta según las pautas que impone a los demás, dejarán de respetarlo y le retirarán la confianza. Termino operativo: Hipocresía.

-Líderes que ignoran las necesidades profesionales de la gente: para que el equipo sea efectivo, deben ser reconocidas, y de ser posible satisfechas. Las personas sueñan con progresar. Los líderes que participan activamente para ayudar a la gente a lograr sus aspiraciones, generan confianza, lealtad y camaradería.

-Líderes que no están dispuestos a pelear por el equipo: Lao Tsu describió el rol del verdadero líder como el del servidor. El servidor-líder se traduce en alguien que fija la dirección (visión, objetivos, etc.) y luego corre con el resto del equipo brindando aliento, derribando obstáculos, abriendo puestas.

-Líderes que no están dispuestos a correr riesgos: Los buenos líderes alientan los riesgos calculados, si las cosas salen mal, ellos separan los resultados de la decisión. El fracaso es una información valiosa, se estimula la decisión de correr riesgos, de seguir intentando, de tomar por otra dirección. Hay dos cosas que destruyen los equipos, la escasez o excesos de desafíos.

-Líderes que no permiten el conflicto: algunos líderes se atan a una imagen de equipo, de cómo debería comportarse, un ideal. Pero existen distintos tipos de conflictos, algunos que no son disfuncionales y otros que atentan contra la funcionalidad de la organización. Algunos equipos parecen más perreras que equipos de personas pensantes, cuando el conductor es afecto a censurar la expresión, los conocimientos no se comunican. El intercambio es demasiado valioso para ser “controlado”.

-Líderes que no valoran la diversidad: la diversidad en el sentido de igualdad de oportunidades para personas de todas las razas, grupos religiosos, antecedentes étnicos, géneros y estilos de vida. Un líder prejuicioso pertenece más a un parque jurásico, que a una organización moderna. El buen líder no solo las diferencias, si no goza con el choque de valores, las discrepancias y el espíritu de disenso.

-Líderes positivos: piense el liderazgo como un conjunto de actividades iniciadoras. Los líderes deben se activos, adquirir y enseñar nuevos conocimientos para circunstancias que están en constante cambios. Es posible ser un buen manager (con capacidad de reacción) y no un buen líder (activo y planificador). Pero nunca llegará a ser un buen líder si primero no ha sido un manager aceptable.

Lo que debe hacer un líder para que la gente lo siga; primero no se encamine hacia el precipicio y segundo el líder debe conocer las necesidades de la gente y ayudarla a satisfacerla.

Del libro Autores Harley Robins, PH D / Michael Finley-


martes, 11 de octubre de 2016

12 de Octubre de 1492


Cuando el capital “descubrió” América.

 Cada 12 de octubre se rememora un nuevo aniversario de la llegada de Cristóbal Colón a las Islas del Caribe en América Central; lo que significó para esa época una situación extraordinaria: un continente completo desde el Ártico hasta la Antártida del cual no tenían registro los europeos, tampoco los japoneses y los chinos, los grandes centros económicos del mundo en ese entonces.
En ese continente de enormes proporciones habitaban millones de personas (los cálculos mas ajustados mencionan entre 70 y 80 millones) en una diversidad de culturas, lenguas y modos de vida que puede apenas vislumbrarse señalando que había unas 1.000 lenguas originarias diferentes en nuestra américa a la llegada europea.
Una sola cosa en común tenían las maravillosas y diversas culturas americanas (de las que las actuales culturas originarias son descendientes, pues no olvidemos el hecho que los pueblos originarios son presente y no pasado): desconocían el capitalismo, sus prácticas, sus modos y sobre todo sus necesidades materiales de apropiación y saqueo. No eran sociedades idílicas pues eran sociedades humanas, pero eran sociedades y culturas que seguían patrones de utilización de los recursos naturales que compatibilizaban con las necesidades sociales, modos de utilización de los recursos que se basaban en complejas modalidades de reciprocidad que habían permitido un crecimiento poblacional continuo y equilibrado.
La historia tradicional está repleta de nombres y hechos que enfatizan las cualidades navieras de Colón, los intereses de la Iglesia católica de la época, los trayectos y nombres de los conquistadores, el “intercambio de culturas”, la obra “civilizadora” de España y Portugal en América Latina y de Inglaterra en América del Norte.
Pero la historia tradicional deja en las sombras, oculto, el hecho central que produce Cristóbal Colón con su viaje: el capitalismo europeo es el que “descubre” América.
Durante trescientos años (desde Las Cruzadas) los fastuosos principados del Mediterráneo, sobre todo Génova y Venecia, habían tenido el monopolio del comercio de especies, seda y metales desde el Imperio Chino y la India. Un comercio fabulosamente rentable por las enormes diferencias entre su precio en origen y su venta al menudeo en Europa. Ese capitalismo mercantil pagó el fastuoso desarrollo de las ciudades Italianas del humanismo y el renacimiento, los palacios, las Iglesias, el arte, la ciencia y, por supuesto el amor de los mercaderes por más oro y riquezas.
La caída de Constantinopla en 1453 (pasaje obligado a Oriente) desesperó a los mercaderes europeos, que comenzaron a buscar rutas alternativas para continuar con el negocio. Colón no fue el único (portugueses, holandeses e ingleses se sumaron a la exploración de una  nueva ruta por Africa), pero sí fue el único que propuso lo imposible: ir a la China y Japón por el oeste. Nadie lo creyó  posible, quizás porque todas las cortes tenían geógrafos que sabían exactamente que la tierra era redonda y enorme y no había forma de llegar a la China y Japón en un viaje de más de seis meses de duración. Los sabios españoles señalaron lo mismo , pero por alguna razón la reina Isabel acepto ese proyecto imposible (quizás porque Colón tenía alguna data concreta y oculta de que había tierra más cerca de lo que se sabía). Colón fue el único que se lanzó decidido hacia el occidente, algo que todos los demás (con razón) consideraban una locura.
Así, con Colón (un mercader genovés, nunca olvidemos esto) arriba a las costas americanas el capitalismo europeo: a partir del 12 de Octubre de 1492 se descargan sobre América y sus habitantes todas las prácticas que el capitalismo comercial europeo había desarrollado: la propiedad privada de la tierra (desconocida en América), la renta individual (desconocida en América); la explotación de la naturaleza con fines de renta individual (oro, plata, bienes preciosos); la concepción de la naturaleza como un bien “apropiable” sin limitación alguna; la negación de toda otra cultura que no fuera la que se asentaba en los patrones europeos, el fundamentalismo religioso católico que consideraba a las cosmovisiones indígenas como obra del demonio y el concepto de que el trabajo humano podía valorarse en términos económicos para mejor producir bienes (dicho de otro modo, que las personas podían venderse y comprarse como esclavos o que podía comprarse su tiempo como trabajadores).
Comenzó así uno de los procesos más destructivos (sino el mas destructivo) de toda la historia humana: había que ubicar las minas de oro y de plata y extraer todo lo que se pudiera con mano de obra esclava o con mano de obra indígena; había que ocupar la tierra y distribuirla entre terratenientes españoles (y luego criollos); había que construir nuevas ciudades en América y destruir las antiguas ciudades de las culturas originarias; había que establecer relaciones sociales basadas en la búsqueda de lucro individual en sociedades que no lo conocían….
Trabajar en las minas hasta morir, perder las tierras que siempre habían compartido, ver destruir sus ciudades y templos, cambiar de religión, de lengua. Todo esto lo exigió el capital, y como los pueblos originarios no estuvieron dispuestos a perder su mundo de buena manera, las potencias europeas desplegaron toda su barbarie destructora por las armas, la tortura y la imposición social, cultural y religiosa.
¿Las cifras de este desastre no planificado? Decenas de millones de muertos (las cifras oscilan entre 50 o 60 millones de indígenas muertos por la espada, el trabajo a destajo y las enfermedades europeas) en los primeros dos siglos de conquista. Ocho millones de muertos sólo en las minas de Potosí, para que España se pudiera llevar la plata del cerro y pagar los lujos de la corte, el arte y los ejércitos que peleaban por la hegemonía europea. El territorio actual de México pasó de 25.000.000 de habitantes en 1520 a 1.500.000 un siglo después. En el Caribe para fines del siglo XVI no quedaban indígenas vivos; por lo que comenzó otro proceso capitalista: el ingreso de esclavos negros africanos. Quince millones de esclavos llegaron a América durante el período colonial; otros quince millones murieron en la travesía desde el Africa. El “descubrimiento” de América por el capital, también fue una tragedia para las poblaciones africanas.
Además de la muerte, la destrucción de civilizaciones completas, la desaparición de ciudades, templos, libros y obras de arte, idiomas, esculturas, ritos, cosmologías y saberes científicos y ancestrales  que las civilizaciones originarias poseían, junto a las culturas africanas y el capital europeo destruyó para mejor extraer los recursos americanos. Los relatos de los propios invasores describen la profundidad del desastre civilizatorio: los europeos llegaban a pueblos semidesiertos por la presencia de la viruela y la gripe (que llegaban antes que ellos); sobre esos pueblos establecían las formas de trabajo a destajo para la extracción de oro y plata, profundizando la muerte y la huida y, cuando no quedaban poblaciones originarias, importaban esclavos africanos para trabajar la tierra.
Solo las grandes concentraciones poblacionales de las civilizacion maya, azteca e inca lograron mantener un mínimo de población (un 10% en cada caso) y aún los pueblos de las zonas alejadas del oro y la plata por razones naturales  (amazonia, Patagonia) lograron sobrevivir. Para el resto de los pueblos originarios fue la casi completa desaparición o su desplazamiento a zonas y regiones de penuria.
Resulta absolutamente inexplicable que aún hoy se siga “celebrando” el 12 de octubre en varios países de nuestra américa. Resulta terriblemente egoísta que no se utilice este día de luto y dolor para los pueblos originarios y africanos, para visibilizar y hacer reconocer en las nuevas generaciones latinoamericanas las terribles experiencia de los pueblos de nuestras naciones bajo el yugo del capital que introdujo Cristóbal Colón.
También resulta imprescindible aprovechar el 12 de octubre para preguntarnos cuánto de la conquista sigue aún hoy vigente en el trato que las repúblicas latinoamericanas de la post independencia le han dado a los pueblos originarios y afrodescendientes; también  preguntarnos por los modos en que el capital (con sus nuevas formas globales y neoliberales) profundiza y continúa la conquista y la imposición sobre todos los pueblos latinoamericanos (originarios, mestizos, criollos, afrodescendientes) hoy.
El 12 de Octubre es, como toda la historia latinoamericana, ayer y hoy, pues su efectos y continuidades continúan destruyendo y posponiendo las posibilidades emancipatorias de nuestras sociedades.
 Por Carlos Ciappina

 Oct 10, 2016

lunes, 10 de octubre de 2016

Cristina Kirchner en Atlanta: homenaje a Yrigoyen




“El rol que desempeña esta mujer argentina va a estar orientado única y exclusivamente a lograr la conformación y construcción de una nueva mayoría que les permita a los argentinos volver a tener un gobierno que los represente.”
Palabras de Cristina Fernández de Kirchner en el acto para conmemorar los 100 años de la asunción de Hipólito Yrigoyen. El evento estuvo organizado por el radicalismo popular, la corriente liderada por Leopoldo Moreau (Movimiento Nacional Alfonsinista) y Gustavo López (Forja), y se llevó a cabo en el estadio cubierto de Atlanta. Ciudad de Buenos Aires, 6 de octubre de 2016.
“Queridos y queridas compatriotas, Madres de la Plaza de Mayo, artistas, intelectuales, militantes peronistas, radicales, socialistas y todos aquellos que conforman… todos y todas.
Debo decir algo antes. Luego de escuchar a los oradores que me precedieron en el uso de la palabra, como decía cuando era legisladora, todos creen que el acto lo organizaron los amigos radicales. Lo organicé yo para que pudiera quedar muy moderada y muy modosita porque la verdad que han dado unos discursos flamígeros, pasionales, como sólo pueden darse y hablar los que no nos escriben un libreto ni nos hacen un coaching para hablar porque el coaching es el pueblo, la historia y nuestra identidad militante.
Cuando llegaba aquí, alguien me preguntaba medio en broma, medio en serio, si no me parecía extraño venir a un acto convocado por militantes, por dirigentes radicales. Y le dije que no, porque en realidad mi viejo era radical. Y era medio gorilongui al principio, porque tenía… No, no, hay que entender porque yo creo que muchas cosas que se dijeron hoy aquí, ese corto que vimos y la propia historia enseña por qué hay ese flujo y reflujo, como señalaba Leopoldo, del movimiento, no de los movimientos, del movimiento nacional y democrático que encarna de distintas formas exteriores, a lo largo de los doscientos años de historia.
Sé que siempre me han criticado mucho porque me gustaba la historia y entonces como me gusta la historia decían que mirábamos el pasado, porque vieron que esta cosa de estigmatizar el conocimiento de la historia en realidad es la gran trampa del neoliberalismo: no saber qué pasó en la historia para que no nos demos cuenta lo que está pasando y lo que va a pasar esta cosa de estigmatizar el conocimiento de la historia en realidad es la gran trampa del neoliberalismo: no saber qué pasó en la historia para que no nos demos cuenta lo que está pasando y lo que va a pasar
. Por eso siempre es importante conocer la historia. Y hay que conocerla además para entender cómo es posible que minorías a lo largo de la historia, minorías, porque siempre han sido las minorías, puedan lograr la división del campo nacional y popular, el enfrentamiento muchas veces entre los argentinos y de esta manera, pivoteando sobre estas diferencias, pivoteando sobre lo que podríamos denominar no contradicciones secundarias sino contradicciones ridículas e inexistentes, llevan agua para su molino, consiguen la división del campo popular y someten al conjunto de la ciudadanía a políticas antipopulares que finalmente culminan siempre con crisis institucionales en las cuales se retiran momentáneamente, viene el movimiento nacional y popular a acomodar lo que destruyeron y destrozaron prolijamente durante su paso por el poder, no sin antes haberse llevado todo.
Y lo veo desde mi propia historia familiar. Recién veía y veíamos todos cuál era el medio por el cuál atacaron a Hipólito Yrigoyen, lo estigmatizaron, lo trataron de corrupto. En ese momento no había radio, en ese momento era la prensa gráfica, los medios gráficos únicamente los que estigmatizaban, y lograron convencer a parte de esa ciudadanía que Yrigoyen estaba bien al ser derrocado. Mi abuelo, que luego se hizo peronista pero antes era conservador, nunca lo pude entender, no teníamos, no tenían ellos, yo no había nacido, dónde caerse muertos. Y sin embargo eran conservadores, del conservadurismo popular de la Provincia de Bs. As. Me quedé con las ganas de preguntarle por qué porque mi abuelo murió muy joven, pero pivoteaba sobre esa idea, mi abuelo, en mi casa se hablaba de “El Peludo”. “El Peludo” era Yrigoyen.
¿Por qué en mi casa que era de obreros y de gente humilde se alineaban con un partido que estaba en contra de los intereses populares? Por eso que estamos machacando desde hace mucho tiempo, la subordinación cultural, la penetración en aquel momento de los medios escritos, hoy mucho más sofisticados, pero si uno escarba la pátina de las cosas ve que se ha evolucionado en la tecnología, que se ha evolucionado en la discursiva, pero en definitiva siempre es la misma historia. Modelos extrapolados e instalados en el continente, porque fíjense ustedes que mientras Hipólito Yrigoyen gobernaba en la Argentina, asesinaban a Sandino en Nicaragua. Fue siempre así el ataque a los movimientos nacionales y populares, y siempre, absolutamente siempre, pivoteando sobre la división del campo popular, de los ciudadanos.

Hace pocos días estuve en Ecuador, me invitó su presidente Rafael Correa y también el Encuentro Latinoamericano Progresista, el ELAP, para asistir al tercer congreso, y también poder ir a lo que fue la proclamación de la fórmula presidencial que va a disputar las elecciones en el Ecuador un 19 de febrero. Sí, también la Asamblea me condecoró con su máximo reconocimiento, la Orden de Manuela Sáenz. Para los que dicen que soy soberbia y orgullosa, no quería decirlo porque si no parecía como que me estaba haciendo autobombo y no es la idea, al contrario.
Mi idea, y esto quiero que lo tengan claro no solamente los que hoy están aquí, no solamente quienes participan de este espacio, quiero que tengan en claro los 40 o 42 millones de argentinos, que el rol que desempeña esta mujer argentina va a estar orientado única y exclusivamente a lograr la conformación y construcción de una nueva mayoría que le permita a los argentinos volver a tener un gobierno que los represente en sus intereses, en sus esperanzas, en sus ilusiones, en sus ideas. Quiero decirles también, como un compromiso de honor frente a todos ustedes, que no voy a tener una sola actitud, una sola decisión que obstaculice la construcción de ese frente, que para mí y para mi compromiso con la memoria de mi compañero, es lo más importante que me resta hacer en toda mi vidano voy a tener una sola actitud, una sola decisión que obstaculice la construcción de ese frente, que para mí y para mi compromiso con la memoria de mi compañero, es lo más importante que me resta hacer en toda mi vida. He tenido todos los honores que puede tener quien ha dedicado su vida a la política y a la militancia desde muy joven. La verdad que escucharlo a Mempo, desde la JTP no te tenía pero… debo decirlo que no te tenía que realmente me hiciste emocionar. Y el compromiso esencial es precisamente el de contribuir con el mayor grado de amplitud y de grandeza que me obliga a tener el honor que me dispensó el pueblo argentino de elegirme dos veces presidenta, el compromiso de generar y ayudar a construir ese espacio.
Por eso, coincido con lo que dijo Leopoldo, hoy la Argentina no necesita candidatos, necesita dirigentes que se pongan al frente en cada uno de los espacios sociales que mencionó Sergio Palazzo, un dirigente sindical que propone un modelo donde el dirigente no se agota en la lucha por la paritaria o por el cierre del convenio más ventajoso para sus representados, que esa es una parte de su misión, pero no es la única porque hay que entender, y él lo hace, que solamente se pueden desarrollar los trabajadores en un modelo de país y de sociedad donde además de los trabajadores registrados se desarrollan los científicos, la universidad, las amas de casa, los jóvenes y logran trabajo decente para la gran tarea permanente de la lucha popular que es lograr la igualdad y la libertad.
Y la verdad que en estas dos palabras, igualdad y libertad más democracia, se condensa lo que fue una discusión entre radicales y peronistas durante décadas. Nosotros los peronistas, que hacíamos hincapié esencialmente en la tarea de la redistribución del ingreso, de la igualdad social, y los radicales en las libertades públicas. Y nos enrostrábamos los unos con los otros que durante el gobierno de Perón no había habido todas las libertades, y nosotros contestábamos: ¿de qué sirve la libertad si esa libertad es para morirte de hambre? Hasta que ese golpe terrible del 24 de marzo del 76 a nosotros, que en la universidad nos reíamos de renovación y cambio y de los centros de estudiantes, nos dimos cuenta que la democracia también era central. Y entonces incorporamos, con sangre de nuestros compañeros y compañeras detenidos desaparecidos, la idea de la democracia y de la libertad como valores inescindibles, indivisibles del concepto de la igualdad.
Y hoy por eso quiero rescatar algunas palabras, algunas intervenciones de quienes lo hicieron antes que yo. Leandro, cuando se refería al tema de la pesada herencia… Sabio, el pueblo siempre es sabio. Es cierto, si es tan pesada la herencia, que la devuelvan si es tan pesada la herencia, que la devuelvan. Estoy repitiendo palabras del pueblo, vox dei, vox populi. Fue una genialidad, debo admitir que siempre me tiran buenas ideas.  Fue una genialidad.
Pero fue algo que ya advertíamos, ustedes recordarán el discurso, mi último discurso, el de la asamblea legislativa el 1 de marzo del 2015 cuando me acuerdo que estábamos juntando los papeles para ir a la asamblea y mirando muy rápidamente los titulares de los diarios, vi en un diario menor que decía que dejábamos una pesada herencia. Y claro, dejábamos un país desendeudado, un país con el nivel histórico de endeudamiento más bajo de que se tenga memoria en toda su historia, y hoy, en apenas diez meses, la Argentina, nuestro país, tu país, el país que vos vas a tener que hacer frente también, ha tomado el 60% de la deuda total de países emergentes a nivel global: miles y miles de millones de dólares que deberán devolver nuestros hijos y nuestros nietos. Claro que dejábamos una pesada herencia: paritarias libres, convenciones colectivas de trabajo, donde cada sindicato, cada secretario general del gremio llegaba todos los años cada vez con mayores mejoras, no solamente salariales que batimos record de recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores en la Argentina, sino también de las condiciones laborales que significan no ingreso monetario pero sí ingreso directo para los trabajadores.  Bueno, eso va a depender fundamentalmente de los dirigentes sindicales cómo arreglan y cómo llegan. Gran confianza acá en Sergio y en muchos compañeros, gran confianza en Sergio y en muchos otros compañeros, que por ahí tenemos diferencias pero estamos convencidos que a la hora de defender a los trabajadores van a hacer honor a cómo los han defendido históricamente, no solamente durante nuestro gobierno si no también durante la década de los 90. A muchos de ellos los conocí allí, los conocí con la reforma laboral, con la Banelco, así que sé también de sus convicciones.

Y sé también que por allí pudo haber diferencias o puede haber diferencias pero nunca van a ser las diferencias que separen de lo que debe ser el objetivo fundamental de cualquier dirigente político o sindical, lograr que vuelva a restablecerse el consumo. ¿Qué clase de capitalistas son estos que no quieren que consumamos?
¿Qué clase de capitalistas son estos que no quieren que consumamos?
 Si el capitalismo es consumo, ni siquiera se ponen de acuerdo con sus propias ideas o con sus propios discursos. ¿Dónde se ha visto un capitalismo donde nadie puede consumir? ¿Dónde se ha visto?
Una pesada herencia que fueron más de 1100 científicos repatriados, que fueron el surgimiento nuevamente de las carreras de investigadores con los mejores salarios, no solamente en los centros científicos, en el Conicet, en la CNEA, sino también en las universidades, diecinueve universidades le dimos a los argentinos donde la mayoría de sus alumnos son la primera generación de estudiantes. Los hijos de los obreros que vuelven a estudiar cómo era yo, mis padres trabajadores y mi hermana y yo la primera generación de universitarios en esa parte de la familia.
Claro que hubo una pesada herencia. Cuando recuperamos la administración de las AFJP y con el Fondo de Garantía de Sustentabilidad pudimos incorporar a más de 3 millones de jubilados. ¿Qué nos vienen a hablar de reparación? Nadie más que nosotros ha reparado la dignidad de los jubilados y pensionados en la República Argentina
¿Qué nos vienen a hablar de reparación? Nadie más que nosotros ha reparado la dignidad de los jubilados y pensionados en la República Argentina
. Claro que es una pesada herencia haber distribuido y entregado a millones de chicos en las secundarias públicas una netbooks en el plan de alfabetización digital más ambicioso del que se tenga memoria.  Este año precisamente, y esto es lo que marca la necesidad de que las políticas públicas no se discontinúen, sean continuas para poder capacitar. Este año habíamos logrado que solamente tuviéramos que entregarles a los chicos de primer año las netbooks porque ya con las constantes entregas todos tenían su netbooks. Lo único que entregaron fueron 100 mil computadoras que habían quedado como parte de la pesada herencia.

Cómo no van a hablar de pesada herencia, Fines, de Qunita, la pesada herencia que también significa que los argentinos, que las familias argentinas tenían la esperanza de su casa, de su auto y de sus vacaciones. Esa fue parte de la pesada herencia.
Y son tan incoherentes que primero cuando decidieron el ajuste comunicaban que la clase media se había acostumbrado a viajar y a tener celulares y un plasma y eso no podía ser. Lo dijeron públicamente en todas partes. Y una vez que se visualizan las consecuencias del ajuste, le echan la culpa de los pobres al anterior gobierno. Pónganse de acuerdo para mentir por favor, no se puede decir una cosa hace tres meses y luego decir otra.
Pero yo me he puesto a pensar cómo se trabaja realmente al sujeto social, la subjetividad para crear estas cosas, cómo se puede decir una cosa hace cuatro meses y luego decir exactamente otra. Porque trabajan obviamente con un gran blindaje mediático y trabajan además con la idea de la modernidad donde nadie recuerda lo que pasó antes de ayer, porque todo es la noticia, el hoy y el ahora, y el sálvese quien pueda, el individualismo. Entonces, nosotros necesitamos también entender estas nuevas formas de comunicación, estas nuevas formas de penetración y de distorsión nosotros necesitamos también entender estas nuevas formas de comunicación, estas nuevas formas de penetración y de distorsión
. Yo lo pude ver en Ecuador, es exactamente lo mismo, no crean que son originales de acá. Es una matriz regional. Cuando estábamos mirando el acto de la Alianza País, que es precisamente el movimiento del correismo en Ecuador, las redes se inundaban de frases que decían “los trajeron a todos”, porque se hizo un gran acto en un estadio de fútbol. No, no, choripanes no, en buses. Claro, allá el bus es el bondi de acá o el colectivo. Decían además tres horas y media utilizando los medios de comunicación nacional para trasmitir un acto partidario. Hasta un doctor habló de la enfermedad de hubris. Ahí dije chapó, jaque mate. Martín, vos estabas… Cuando vi en la red alguien hablar de hubris, por supuesto el que sufre hubris es Rafael Correa, igual que lo sufría yo aquí en la Argentina. La enfermedad del poder, de la adicción al poder. Ahí dije, bueno, basta, es lo mismo que en Brasil con “fora Dilma”, es lo mismo aquí.
Entonces, esta matriz continental, y que lo vimos hace poco también trágicamente hace unos días cuando vimos estupefactos cómo le ganaba en Colombia el no al sí frente a la tragedia y el drama de la guerra. Leí un artículo al respecto que se publicó en el diario El País. Su autor, un periodista y escritor inglés. Me llamó mucho la atención el título de la nota, decía “2016, el año que vivimos estúpidamente”. Y referenciaba tres hechos históricos, referenciaba el resultado en Inglaterra del Brexit, la separación, referenciaba el ungimiento de un candidato en la interna para presidente de los EEUU y referenciaba lo que había pasado el pasado domingo en Colombia. Y hablaba de la mentira y de la manipulación de los dirigentes políticos sobre la sociedad, y también no se refería demasiado amablemente a la responsabilidad social frente a esta manipulación. Les recomiendo su lectura, es muy interesante.

Pero aquí me quiero detener, en la palabra estafa, que creo que fue Mempo el que la subrayó con mayor énfasis, porque acá también tenemos que decir las cosas como son: se ha consumado una gran estafa electoral tenemos que decir las cosas como son: se ha consumado una gran estafa electoral. Miren, el 15 de noviembre, faltan pocos días, se va a cumplir un año exacto de aquel debate presidencial. Ahora se está discutiendo en el Congreso de la Nación reforma política y creo que están introduciendo como obligación el debate presidencial y aquel que no quiera someterse al debate presidencial, sufriría la penalidad de no contar con la publicidad gratuita en los espacios televisivos. En realidad, si quieren ponerle una penalidad al debate obligatorio, oblíguenlos a que los que mientan y no cumplan lo que dicen a que se tengan que ir. Esa es la verdadera penalidad.
Yo los invito a los 42 millones de argentinos, hayan votado como hayan votado, que exijan a los medios de comunicación que el día 15, a un año del debate, vuelvan a poner al debate para que la ciudadanía pueda ver cómo los manipulan y cómo les mienten. Alguien podrá decir, ¿pero cómo pudo creerse lo que decía en un discurso que se daba de patadas con lo que era la historia del propio candidato y lo que era la gestión en lo que podemos denominar la parte más rica de la República Argentina, como es la Ciudad de Buenos Aires? Y uno dice, el bombardeo constante, la distorsión, que uno ha visto aplicar no solamente en la Argentina sino en toda la región y en todos los casos contras los movimientos y líderes populares.
Es cierto también, tenemos presos políticos en la Argentina nuevamente, no quería olvidarme, lo tenía anotado. Y también, ya que el compañero pide como todos nosotros la libertad de Milagro Sala, quiero decirle que hoy está presente con nosotros, y me voy a poner los anteojos para no equivocarme, el compañero Martín Cruz Pérez, delegado de SITRAJU, procesado por colgar una bandera en Comodoro Py el día 13 de abril. Madre de Dios…

Ya lo creo Mempo, que necesitamos y también Leopoldo, una reforma constitucional, una nueva Constitución, donde no solamente modifiquemos la parte funcional u operativa de la segunda parte, sino también establecer nuevas reglas de juego, relaciones de poder, porque hemos quedado los que no representamos a corporaciones ni tenemos grandes empresas ni representamos intereses foráneos, esta Constitución ha quedado absolutamente desbalanceada en la relación de fuerza, lo que es lo ciudadano y las corporaciones. Esto se puede ver claramente en el ejercicio cotidiano.
Esta reforma, esta nueva Constitución, exigirá la conformación de un gran frente ciudadano donde discutamos nuevamente nuestro país y las bases de nuestro país. Yo adhiero plenamente al colectivo de intelectuales del manifiesto en la necesidad de rediscutir el modelo de país, las relaciones de poder y las obligaciones que tienen todos y cada uno de los ciudadanos, no solamente en términos individuales sino también en términos corporativos adhiero plenamente al colectivo de intelectuales del manifiesto en la necesidad de rediscutir el modelo de país, las relaciones de poder y las obligaciones que tienen todos y cada uno de los ciudadanos, no solamente en términos individuales sino también en términos corporativos. En Ecuador, por ejemplo, quien tiene un medio de comunicación o un diario no puede ejercer ninguna otra actividad que no sea esa, le está vedada cualquier actividad económica, claramente, porque su peso específico en la sociedad al formar opinión produce conflicto de intereses entre lo que él tiene y el conjunto de la sociedad. Alguien que es banquero solamente puede dedicarse a la banca y nada más, no puede tener ninguna otra actividad, no puede tener intereses en medios de comunicación o en telefónicas.¿Por qué? Porque advirtieron que la crisis que ellos denominaron feriado bancario y que fue una réplica exacta de lo que pasó en la República Argentina en el año 2001 con el nombre de corralito, fue lo que desencadenó en la sociedad una crisis institucional que culminó finalmente en la necesidad de reestructurar a esa sociedad.
El mundo está exigiendo, no solamente en la región, no solamente en la Argentina, una reformulación en las relaciones de poder. Lo vemos claramente cuando vemos una Europa que vuelve a tener prácticas xenófobas. Una Europa que vuelve también a tener divisiones internamente y que provocan crisis cíclicas en sociedades y en gobiernos que se llega a que ni siquiera se puede formar gobierno. Algo está andando muy mal. Es necesario dar cuenta de ello y abordar el problema.

Y aquí en la Argentina, claramente lo vemos, en esta política brutal de ajuste sobre la sociedad, que además va a provocar muchas tragedias. El tema de la inseguridad que tanto menearon y tanto agitaron durante nuestra gestión hoy está adquiriendo en el Gran Buenos Aires y en la Ciudad de Buenos Aires proporciones dantescas. La gente no puede salir a la calle porque son asaltados cuando van a comprar algo al almacén en cualquier partido del Gran Buenos Aires. ¿Y esto saben qué es también? La crisis social, cuando se empiezan a robar zapatillas, camperas, cuando le arrebatan a los pibes una mochila en el colegio ya no estamos ante el crimen organizado, estamos ante una sociedad que frente a la crisis social y económica puede salir para cualquier lado. Y esto es lo que siempre hemos sostenido, la necesidad de mantener una sociedad más justa, más equitativa, con salarios dignos, donde los argentinos no se terminen viendo como enemigos entre pobres y atacándose y sacándose las cosas entre los pobres como está pasando en muchísimos lados.
Se trata entonces, y finalmente para dirigirme a todos los compañeros que tienen responsabilidades en un sindicato, en la universidad, en una básica, en un comité, en el barrio, en la villa, en donde sea, necesitamos ponernos la patria al hombro y llegar de una forma sencilla a cada uno de nuestros compatriotas necesitamos ponernos la patria al hombro y llegar de una forma sencilla a cada uno de nuestros compatriotas
. No se trata de refregarle por la cara a quién votó, se trata de hacerle entender que por este camino vamos hacia un desastre social, y no queremos volver a esa Argentina. A mí me tocó vivirla desde el Parlamento, a él le tocó asumirla como presidente con apenas el 22% de los votos, sin legitimidad política, porque nos la habían arrebatado. Sin legitimidad política, porque hasta eso nos arrebataron, la legitimidad del voto. Tuvo que ir a sentarse a la Casa Rosada con el 22% de los votos para enfrentar la crisis económica, social, financiera, de deuda, más brutal de la que se tenga memoria en los últimos cien años. Y allí fue, tenía el 22% de los votos, pero el 100 por 100 de las convicciones en alto, que es lo que se necesita además de otras cosas.
Y nunca  lo escuché hablar de ninguna herencia, lo escuché hablar del infierno y de la responsabilidad que él tenía de sacar a los argentinos y a sus compatriotas de ese infierno. Era un hombre absolutamente responsable, porque había querido ser presidente y se hacía cargo de que había querido ser presidente, que es lo que necesitamos.  Es cierto que por ahí andaba con sus mocasines y su traje mal entrazado, pero por favor, nunca se le ocurrió ni nunca se me ocurrió a mí subirme a un bondi artificial para hacerle creer a los argentinos que soy popular nunca se me ocurrió a mí subirme a un bondi artificial para hacerle creer a los argentinos que soy popular. Nunca se nos ocurrió besarnos acaloradamente en las Naciones Unidas para tapar algún desaguisado que habíamos cometido en el campo de las relaciones exteriores. Nunca se nos ocurrió poner helicópteros ploteados o autos que no entregábamos. Jamás se nos pasaba por la mente, será porque somos antiguos, será porque nos acostumbraron que cuando decimos blanco es blanco, y cuando decimos negro es negro. Podremos estar equivocados, no lo niego, pero por favor, no nos mientan porque no nos merecemos que nos sigan mintiendo.
Los argentinos necesitamos dirigentes, funcionarios, que traten de solucionar los problemas, cuya misión sea organizar la vida de sociedad, no complicársela. Y por favor, gobernar es algo más que una puesta en escena. Dejen la puesta en escena para los actores, que son los que lo hacen bien además. No necesitamos actores ni directores de cine, necesitamos funcionarios responsables. De los actores nos hacemos cargo nosotros, que los tenemos y muy buenos realmente.

Por eso, compatriotas, para terminar, mi compromiso frente a todos ustedes y el resto de los argentinos. La construcción de ese frente ciudadano para construir nuevas mayorías, y por favor, cuando hoy lo escuchaba a Mempo , la verdad no se trata de una persona, se trata de que subamos a la superficie a los miles de Mempo Giardinelli que hay, a los miles de Sergio Palazzo que hay en todas las regionales, en los sindicatos. Se trata no vueltas de nombres, se trata de vueltas de políticas de dignidad y de un país que durante doce años y medio pudo demostrar que podíamos tener una política industrial; pudo desmostar que podíamos poner en órbita satélites, cuando en el 2003 no teníamos dónde caernos muertos; que pudimos demostrar que repatriábamos a miles de compatriotas que se habían ido, científicos, por falta de oportunidades. Hoy algunos ya están pensando en irse de vuelta. No los dejemos ir, no van a volver nunca más.
Por eso siento que la sociedad, en las luchas cotidianas que está dando, está un paso adelante y bastante de los dirigentes institucionales de la política. Y yo creo que, y en esto quiero hacer un llamado a todas las fuerzas políticas, a todas aquellas que se identifican con las necesidades y las demandas de los ciudadanos, que dejen las mezquindades de lado, las pequeñas miserias humanas
Miren, que nadie se ilusione pensando que de la desgracia de uno viene lo bueno para el otro. No es así, se los puedo asegurar, el tanto peor tanto mejor no le sirve a nadie. Le sirve únicamente a las elites que siempre especularon con eso para adueñarse del poder y lograr la división del campo popular. Por eso les pido a todos aquellos que alguna vez pensaron que era bueno la igualdad y fundamentalmente la redistribución del ingreso, de que los chicos pudieran ir al colegio no a comer sino a aprender, a todos les pido, despójense de las mezquindades, de los orgullos de creer, por favor, que una foto en un diario puede modificar la realidad. Abandonen el patrón de conducta que a los políticamente correctos les ponen desde los medios de comunicación y que si no te acomodás a ese cliché o a ese corset te hacen bolsa con cualquier infamia, calumnia, difamación o campaña de desprestigio. Despójense, porque les puedo asegurar que cuando uno se ha despojado de las mezquindades, cuando uno ha desterrado los miedos más recónditos que tiene cualquier ser humano, se es infinitamente libre e infinitamente mejor.
Muchas gracias, los quiero mucho y muchas gracias por esta tarde maravillosa junto a los amigos radicales.”

domingo, 9 de octubre de 2016

La brutal Carta abierta de un dramaturgo a un desmemoriado Luis Brandoni



El sociólogo, dramaturgo y escritor Carlos Balmaceda le contestó a través de una Carta abierta a la presunta indignación del actor Luis Brandoni por una foto que se sacó Cristina Fernández de Kirchner con una boina blanca, símbolo del radicalismo.


La alienación, estimado Luis Brandoni, es ese mecanismo por el cual uno se experimenta ajeno a sí mismo. O sea, cuando uno se ve a sí mismo, en sus ideas, en sus hábitos, en sus vínculos, como algo absolutamente distinto a lo que en realidad es.
Usted se horroriza de Cristina con boina blanca y se hace cruces por la corrupción del gobierno kirchnerista, pero en ese espejo deforme que se ha puesto adelante, no ve su propio silencio, su complicidad, con el gobierno de la Alianza: en tan solo dos años, 39 muertos, represión, estado de sitio, hambre y una ley contra la clase trabajadora conseguida a través de coimas, para coronar la entrega del patrimonio nacional de la mano de Domingo Cavallo, el arquitecto de esa segunda década infame de nuestra historia.
Se ve, a usted y su partido, inmaculados, porque no solo ha borrado de su memoria, de su ser, estos antecedentes, sino que no acepta que marcha de la mano del que tal vez se convierta en el gobierno más vendepatria de nuestra historia.
Reclama para usted y los suyos la herencia de Yrigoyen y de Illía, incluso comete la osadía de afirmar que Alfonsin hubiera votado a Macri, y en este pase de magia, se obliga a que las piezas de su dominó político y existencial vayan cayendo una por una, hasta revelarnos su verdadera cara.

Apoya usted a un gobierno que ha entregado una riqueza nacional como la energía a una multinacional, y sin despeinarse, sigue reclamándose heredero de Hipólito Yrigoyen. Nada menos que de don Hipólito, que al fundar YPF, sostuvo lo siguiente “Se reserva, pues, para el estado, en razón de la incorporación de estas minas de petróleo a su dominio privado, el derecho de vigilar toda explotación de esta fuente de riqueza pública, a fin de evitar que el interés particular no la malgaste, que la ignorancia o precipitación la perjudique, o la negligencia o la incapacidad económica la deje improductiva, para lo cual se adoptan en el proyecto disposiciones que fijan y garantizan un mínimo de trabajo y las formas convenientes de realizarlo. Con el mismo concepto se ponen trabas a la posible acción perturbadora de los grandes monopolios”.
Dígame si encuentra un parecido entre esta afirmación de independencia nacional y cualquier acción de Aranguren, gerente de Shell. Pruébemelo, señor Brandoni, y le aseguro que lleno la ficha de afiliación a la UCR.
Sacrílego es para usted que Cristina Fernández de Kirchner junte sus manos en saludo alfonsinista, pero no lo es que Susana Malcorra reconozca tácitamente la soberanía inglesa al sellarnos el pasaporte como si fuéramos extranjeros en las Malvinas, o que al referirse a las islas, escriba “invadir” en un documento oficial, en vez de “recuperar” esa tierra irredenta.
Dónde cree usted que se ubica cuando blande su crucifijo contra el kirchnerismo, ¿del lado de Malcorra, sospechada de agente directa de la CIA o de Arturo Illía que con la resolución 2065 consiguió un avance definitivo hacia la recuperación de esas islas?
¿Está usted seguro de estar del lado correcto cuando apoya al gobierno de Macri, que ve con beneplácito la instalación de bases militares yanquis en el país, sometido como está al designio de los Estados Unidos, mientras que Illía se negó a enviar tropas a República Dominicana respetando el principio de no intervención?
Tan enorme y patético es su odio que no ha dudado en llamar a Axel Kicillof “minúsculo canalla” mientras Alfonso de Prat Gay licúa salarios con una inflación que duplica la del kirchnerismo, devalúa para favorecer a los sectores concentrados y no se ahorra expresión injuriosa para hablar de los trabajadores estatales despedidos, a los que llama “grasa de la militancia”.
Dice, con la cólera de los rencorosos, que el peronismo no es democrático que “si uno no piensa como ellos, es su enemigo”, sin que se le mueva un músculo de la cara ni una idea de su cerebro. Disparos contra militantes en un acto de Nuevo Encuentro, balaceras contra unidades básicas, requisas permanentes a los jóvenes de barriadas populares, detención fuera de todo orden legal de Milagro Sala, represión a pibes de una murga, todos episodios que en doce años no ocurrieron durante el gobierno de aquellos que “no son democráticos”, y que sí ocurrieron en diez meses del gobierno que usted apoya.
Es más, los nazis pueden pasearse por la casa de gobierno, dar clases en una escuela de Morón, evadir la condena del intendente de Mar del Plata, cuando atacan a distintos grupos de esa ciudad. ¡Los nazis! Aquellos mismos que cubrieron de sangre y oprobio con sus “pogroms” las calles de Buenos Aires en 1919, desgastando al gobierno del propio Yrigoyen, y a usted, todo esto, no le merece mención ni prevención.
Cristina lleva la boina blanca de los revolucionarios que dieron sus vidas en el ´90 para que el voto fuera universal y secreto, y lleva la boina blanca de los que dieron sus vidas en el ´30, asesinados y cortadas sus orejas como trofeos, porque, decían sus asesinos, eran “orejas de Peludo”, como el mote de don Hipólito.
Hay una continuidad histórica entre aquellos y ella. Hay una continuidad histórica que se hace carne en cada biografía. Lo sé porque fui radical, porque así como aplaudí el juicio a los comandantes de la represión, porque así como celebré cada acto de libertad del alfonsinismo inicial, repudié el punto final, la obediencia debida y la economía de guerra que cedió ante el FMI la soberanía de nuestras finanzas.
Desconcertado después en los noventa, huraño y desconfiado por ese triunfo de la antipolítica, la historia volvió a encarnarse en mí cuando el hilo de los movimientos populares fue recompuesto por un hombre, primero, y por una mujer, después.
Más tarde que yo, pero nunca definitivamente tarde, los radicales que estaban allí, en Atlanta, celebraban no ya a esa mujer, no ya la adhesión al peronismo, sino la propia reconstitución de su ser en el tren de la historia.
La alienación, le decía, Brandoni, ese concepto que nos legó el compañero Marx, nos hace ver rubios cuando somos negros, altos cuando somos petisos y dignos cuando no lo somos. Rubio y alto, su espejo merece verse así al menos en esos dos atributos, pero haga un esfuerzo de imaginación, le pido, para vérselas con el tercero.
Uno nunca termina de hacerse en su propia salsa, uno es con la historia, se hace con ella, se revisa, se critica, se cambia y se entrega a estadios que lo van dignificando y permitiéndole encontrarse con compañeros cada vez más dignos de lucha. En un retroceso extraordinario, usted se ha encontrado, como diría el tango, pasando del brazo con quien no debe pasar; su historia de lucha, de coraje, de reivindicación de los derechos de los actores ha quedado trunca (si hasta me cuentan que insidiosamente quiere ir con formas poco democráticas contra los avances logrados en estos doce años en la Asociación de Actores y en SAGAI), y, como en una contradicción zoológica, invierte la parábola del elefante: recuerda para adelante y camina para atrás.
La condena de los alienados como usted, son los otros, (siempre es el otro la condena y el consuelo, después de todo). Porque el otro, que vendría a ser yo, las multitudes, los que se encuentran entre boinas blancas y bombos, persisten tozudamente en su ser, coronan con acciones y con ideas los puntos de ese mapa que es la historia, y le reflejan a usted en una imagen en la que está obligado a verse.
No es con palabras que uno puede disponer de la realidad, es con acciones, con resultados, con idas y venidas dialécticas, con un hacerse permanente con los otros.
De manera que si usted farfulla, grita y afirma sus ideas, alejándose tan obstinadamente de la realidad, es porque en verdad necesita, mire qué ironía, un relato en el que usted sigue siendo ese tipo valioso de los setenta, que se la jugaba contra el orden neoliberal que hoy apoya con un irritante entusiasmo.
Necesita un relato en el que usted, actor al fin de cuentas, es un personaje, pero, pirueta final de la alienación, no es el personaje que usted cree ser, es más ni siquiera es la víctima de alguien “comido” por el personaje. Usted dispara sus últimos cartuchos existenciales creyendo que es el Gallego Soto, y no es más que Muzzicardi.
De la resistencia épica al grotesco criollo, de un revolucionario a un corrupto vinculado con la corrupción del Proceso. Digamos que en realidad, Muzzicardi le sienta bien, después de todo, usted, Luis Brandoni, apoya al hombre que se hizo multimillonario durante la dictadura y que proveía de vehículos a los grupos de tareas para sus secuestros.